Hace poco más de 25 años mi madre me regala el que sería mi primer libro, Azabache (Black Beauty; Anna Sewell; 1877), el cual terminó siendo una misteriosa invitación no sólo a la lectura, sino que a la escritura y mis estudios.
Cumpliendo los 18 años de vida, escribía mi primer proyecto de poesía, pero fue, recién, en mi tesis de pregrado (2007) donde logré desarrollar este concepto que da nombre al sitio web, Filopóiesis.
Ahora este proyecto va tomando vida propia, gracias al aporte de cada uno/a de sus colaboradores/as.
Ya se ha fundado un Colectivo.
A modo de Autobiografía
Juan Alejandro Henríquez Peñailillo
Profesor de filosofía - Licenciado en educación
Máster en entornos de enseñanza y aprendizaje mediados por tecnologías digitales
Becario ANID Doctorado en Ciencias de la Educación
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Algo sobre mi historia
(1)
Nacido un 16 de noviembre de 1982, en Santiago de Chile, siendo el menor de tres (3) herman@s. Viví hasta fines de mi etapa escolar, durante el cambio de milenio, en la comuna de La Cisterna.
Aprendí a leer en mi casa, gracias a mi madre y padre, intentando descifrar los pergaminos, proverbios y todo cuanto pudiese estar colgado en las paredes de su acogedora habitación.
Crecí en un patio como de casa quinta (en mi visión de niño ciertamente), lo que me ayudó a desarrollar la imaginación y construir mundos a los que ni mis herman@s podían entrar.
Dos fotos son icónicas en ese terruño, una imitando al gran Gustavo Ceratti y otra preparando un clásico almuerzo al calor de la parrilla y su infaltable carbón.
Enamoramientos, muchos, sentir una primera conexión y vivirla, fue a fines del '98. Aparte de leer toda la colección infantil y juvenil de la biblioteca familiar (agradezco enormemente, a veces con algo de pudor, la posibilidad de contar con ello), mi pasión de ese entonces eran los números (Matemática) el deporte (Vóleibol) y la computación (Juegos).
Esta primera etapa la cerré dejando inconclusos mis estudios de Ingeniería Civil Informática en los pastos de la USACH, ocho (8) meses para ser más exacto duró. Pero...todo cambió...
"En simpleza y complejidad agradezco a los luceros.
Y me cobijo en ellos ante lo que ha de pasar." (Fragmento del poema Senderos del Saber)