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Compilación de escritos. Sirio López Velasco

Escritos por Sirio López Velasco


ÍNDICE



 

NOTA ECOMUNITARISTA SOBRE LA ESTUPIDEZ CRIMINAL DE LA POSTURA ANARCOCAPITALISTA ACERCA DE LA LIBERTAD    

  

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)    

  

Javier Milei, el candidato presidencial argentino por el Partido “La libertad avanza”, ha defendido reiteradamente las ideas de que como cada individuo debe ser libre para decidir, si lo desea puede vender un riñón, y que cada pobre tiene la libertad para morirse de hambre abajo de un puente. Además Milei en su condición de Diputado a fines de 2022 votó contra la ley que prevé el estudio de cardiopatías en bebés recién nacidos, argumentando que esa es una más de las indeseables intromisiones del Estado en la vida de los individuos, y que esos estudios significarían muchos gastos; en esta última ponderación ese personaje muestra que para él vale más el dinero que  la vida  humana.       

Todas esas posiciones se han encuadrado en el llamado anarcocapitalismo, que en última instancia defiende la extinción de los intervencionismos estatales para que se despliegue sin ningún obstáculo la supuesta libertad capitalista.    

  

Parte I    

  

Ahora bien, si cada individuo pudiera hacer lo que quisiera sin ninguna limitación estatal (o, más ampliamente, comunitaria o social) yo podría sacar una pistola y matar a la primera persona que tuviera enfrente. Y si se me cuestionara sobre ese acto yo podría aducir que el mismo brotó de mi libertad individual y que nadie ni nada puede estar por encima de ella.   (No otra cosa pueden aducir los racistas que en Europa matan a algún inmigrante).    

 

Pero hay que notar de entrada que la tesis antiestatista básica de Milei y los anarcocapitalistas choca contra la tesis fundamental de Hobbes,  uno de los primeros pensadores que justificaron el capitalismo naciente. En efecto en 1651 éste argumentó que para que los hombres no corrieran el riesgo de ser asesinados por la fuerza o por la astucia por cualquier congénere (como ocurría en el estado de naturaleza), renunciaron a su derecho de hacer lo que individualmente les viniera en gana y consensuaron un contrato para poner el cuidado de su vida, propiedades y de la paz en manos de Leviatán (título de la principal obra de Hobbes), que en términos actuales significa ni más ni menos que “Estado”.      

 

Ahora, para oponerse a mi hipotético ejemplo del individuo que inopinadamente mata a cualquier otro, y para intentar reconciliarse con Hobbes, Milei y sus compinches podrían replicar que la libertad del individuo que ellos defienden tiene por límite el hecho de que su ejercicio no afecte a cualquier otro individuo.    


Pero entonces su rectificación choca contra el inevitable carácter social de la vida de los humanos. Y éste significa tanto que la libertad de cada uno solo brota en el seno de una comunidad-sociedad, como también que lo que cada uno hace o deja de hacer inevitablemente impacta a otros humanos.  

  

Lo primero se verifica en el hecho de que salvo casos excepcionalísimos (los llamados “niños lobo”) un ser humano que no es protegido por otros seres humanos muere poco tiempo después de nacer; pues de su convivencia con ellos depende para ser alimentado, vestido y protegido contra las intemperies y peligros, y en ella es introducido a una lengua-cultura (inevitablemente comunitarias-sociales) en la que madurará como individuo (incluyendo en sus habilidades productivas) hasta que en la pubertad descubrirá, siempre en ese contexto, la problemática y desafíos de su libertad. (Piaget situó alrededor de los 11 años la edad inicial de la moral madura en los humanos, en cuyo contexto, agregamos, sabemos desde Kant que debemos reposicionar la cuestión de la libertad; recordemos que Kant caracterizó a la libertad como un postulado de la razón práctica en tanto que condición de la Moral).  Esta realidad se verifica incluso en el náufrago Robinson Crusoe, cuyas habilidades son fruto de la sociedad que lo educó antes de su naufragio, y en función de cuyos valores práctica y juzga la relación con Viernes, en la convivencia que acaba con su soledad excepcional.     

  

Y en segundo lugar, el carácter comunitario-social del individuo humano hace que cada acto u omisión de su parte tenga inevitables efectos sobre otros. En los ejemplos citados resulta obvio que la omisión criminal de Milei hacia la eventual cardiopatía de un bebé condena  éste a corto o medio plazo a una muerte segura, que los cuidados médicos actualmente disponibles pueden evitar y permitirle a ese ser humano alcanzar la edad adulta e incluso en muchos casos la vejez, con todos los impactos sobre otros que ello significa, si consideramos que ese adulto o viejo a su vez puede llegar a tener un-a compañer@, hijos, nietos, parientes políticos, amig@s, etc. Y hay que recordar también los sufrimientos que la omisión ante la cardiopatía infantil que lleva a la muerte del niño afectado provoca en todo su entorno familiar, sus amig@s, condiscípulos, maestr@s, etc.       

Lo mismo vale para el brutal ejemplo de la mercantilización del riñón humano defendida por Milei. Porque la venta del mismo, además de beneficiar a su comprador y a quien lo reciba por una urgencia sanitaria, también afecta al personal de la salud que participa en esa extracción y transplante, y, en caso de que el vendedor venga a padecer a causa de esa venta algún problema de salud, afectará negativamente a sus familiares y allegados.    

De hecho en esa mercantilización del riñón la posición de Milei extrapola hacia todo el cuerpo humano la realidad diaria que es la compra de la fuerza de trabajo del asalariado por parte del capitalista, afín de enriquecerse, según sostuvo Marx, con la plusvalía generada por la puesta en acción de esa fuerza. Esa extrapolación se hace patente en la prostitución en la que supuestamente de forma libre un ser humano vende por un determinado tiempo su cuerpo al servicio del placer y/o beneficio de quien lo compra. Y como lo dijimos en otra ocasión (ver https://www.alainet.org/es/articulo/211609 ) cuando se pretende defender la condición de trabajadoras-es de las personas prostituidas, como en matemática a=b equivale a b=a lo que se admite es que en el capitalismo la-el trabajador-a se  prostituye durante la duración de la jornada de trabajo. (Cuando decimos que la prostitución resulta de un supuesto uso libre del propio cuerpo aludimos al hecho de que en la gran mayoría de los casos la misma resulta de situaciones de falta de instrucción-medios-trabajo para que la persona prostituída pueda acceder a un nivel de vida que cubra sin apuros sus necesidades vitales fundamentales; o sea, que la prostitución no es fruto de una real libertad de decisión, sino que es forzada por las circunstancias).     


Y veamos ahora el ejemplo de la “libertad de morirse de hambre bajo un puente”. (Recordando que esa expresión fue usada originalmente precisamente por los críticos de la supuesta libertad vigente en el capitalismo, y que ahora Milei reivindica con cruel indiferencia y desparpajo desde el anarcocapitalismo). Como es verdad que cada ser humano ha nacido de otros (aunque sea niño de probeta), no es menos verdad que su vida y su muerte afecta a otr@s. Así también la muerte del pobre debajo del puente tiene impacto sobre eventuales familiares, o compañer@s de situación de calle, y/o sobre la actividad y eventualmente la salud de los funcionarios de la salud o la policía que se ocuparán del fallecido y que incluso podrían contagiarse con ese habitante del puente de alguna enfermedad contagiosa que por ventura éste pudiera padecer (afectando a su vez a través de los efectos de esa enfermedad a los familiares de aquellos funcionarios, y sus allegados, etc.).    

  

Parte II    

  

Por nuestra parte redescubrimos la cuestión de la libertad de decisión en la refundación de la Ética a partir del linguistic turn de la Filosofía.    

Partimos del  hecho de que la pregunta que instaura la Ética es “¿Qué debo hacer?”. De inmediato y aprovechando la contribución de John L. Austin nos preguntamos por las condiciones de felicidad de tal pregunta, al tiempo en que redefinimos las normas éticas como Cuasi Razonamientos Causales. Así descubrimos que la gramática profunda de la pregunta que instaura la Ética  ya alberga tres normas fundamentales, siendo que la primera de ellas (y aquí nos posicionamos en la prolongación de lo intuido por Kant, pero ahora desde y en el universo del lenguaje) nos exige luchar para garantizar mi libertad individual de decisión. (Notamos que esa libertad le es negada diariamente a los asalariados en la empresa capitalista, pues allí deciden solo el patrón y sus representantes. y también recordamos con Marx que el monopolio de la propiedad de los medios de producción en manos de los capitalistas niega la libertad de los trabajadores desposeídos de tales medios, pues a lo sumo la limita a la “libertad” que a veces tienen de vender su fuerza de trabajo a tal o a tal otro capitalista, so pena de morirse de hambre y ver morir a su familia, por carecer de medios propios de producción para garantizar su supervivencia; así, dado el monopolio de los capitalistas sobre los medios de producción, detrás de esa aparente libertad está la imposición de la necesidad de la venta de la fuerza de trabajo por parte del trabajador si éste y su familia quieren sobrevivir; y en ese contexto, lo único que puede “elegir” el trabajador es a cuál capitalista venderá su fuerza laboral).    


Ahora bien, de inmediato nos preguntamos si el ejercicio de esa libertad de decisión amparada-exigida por la primera norma fundamental de la Ética sería ilimitada.  

Y a partir de una experiencia práctica (la charla en un ómnibus de una señora que consultaba a su compañera de asiento sobre si debía o no divorciarse de su marido y que vio como poco después la mitad del ómnibus estaba respondiendo en uno u otro sentido a su pregunta) descubrimos que aquella libertad no es ilimitada, pues la pregunta que instaura la Ética es inevitablemente dialogal y nos exige buscar respuestas consensuales con l@s demás acerca de lo que debemos o no hacer.  

Tal es el contenido de la segunda norma fundamental de la Ética que complementa a la primera, y que también es violada diariamente en la empresa capitalista, donde las decisiones no son fruto del consenso sino de la exclusiva voluntad del patrón y de sus representantes.     


Así se ve desautorizado éticamente el asesino y/o racista matón de inmigrantes en su supuesta justificación en nombre de su sacrosanta libertad de acción, por el sencillo hecho de que su acto no fue producto del consenso con su víctima, y violó así la segunda norma ética fundamental.       


Pero además desvelamos la existencia de una tercera norma ética fundamental, que nos exige preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana. La misma es el fundamento de nuestra crítica a la permanente agresión contra ambas que el capitalismo protagoniza diariamente guiado por la lógica del lucro; a tal punto que hoy nos pone ante la inminencia de un holocausto ecológico (mediante la devastación y la contaminación masiva de tierras, aguas y aires) capaz de aniquilar a la especie humana y a buena parte de la vida en el planeta. Y en lo que respecta a lo abordado en estas líneas esa tercera norma también deslegitima éticamente al asesino (racista o no) porque su acción acaba con la salud de su víctima. Y también condena desde la Ética la omisión criminal de Milei ante las cardiopatías infantiles, pues dicha omisión afecta gravemente (quizá fatalmente) la salud presente y futura del bebé que las padece.     

  

Parte III    

  

Como complemento y contracara de nuestra crítica multifacética al capitalismo, proponemos un orden comunitario-ambiental poscapitalista: el Ecomunitarismo; en el mismo y en todas sus dimensiones se haría realidad cotidiana la aplicación de las tres normas éticas fundamentales. [Recordemos que esas dimensiones son la económico-ecológica (en la economía ecológica y sin patrones que es la que Marx caracterizó como “libre asociación de los productores libres”, donde ha sido superada la esclavitud asalariada,  a la que agregamos la dimensión ecológica, ), la educativa (en la educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada), la política/geopolítica (basada predominantemente en la democracia directa), la comunicacional (basada en medios comunicacionales comunitarios) y la estética (posibilitando a cada persona la creación y el disfrute de las artes y de la belleza)].    

  

Aplicando las tres normas fundamentales de la Ética en el Ecomunitarismo se hace realidad cotidiana el principio que reza “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”.   

Y en el Ecomunitarismo se verificaría la extinción del Estado, mediante la administración libre, consensual y ecológica del planeta por parte de humanos que se saben hijos de la Madre Tierra, y no sus propietarios. 

  

Bibliografía mínima    

   

José de la Fuente Arancibia y  Ricardo Salas  Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640           

  


 
EL ECOMUNITARISMO CONTRA EL “TRABAJA Y NO PIENSES NI OPINES” 

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com

 

En 1931 Uruguay creó la empresa estatal Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Pórtland (ANCAP), para ocuparse del refino y comercialización del petróleo y sus derivados, y de la producción y distribución del pórtland (o sea del cemento que es producto básico en la industria de la construcción; en años mozos hice tanto en Uruguay como en otros países mucha “mezcla” usando pórtland, arena, y agua; y mucho “concreto”, adicionándole piedras a esa mezcla).   

El actual Gobierno uruguayo promueve iniciativas para debilitar esa empresa estatal, por ejemplo, retirándole el monopolio del abastecimiento de combustibles en puertos y aeropuertos,  e impulsando una asociación con empresas privadas en el área del pórtland. 

El sindicato de ANCAP se ha opuesto frontalmente a tales medidas privatizadoras y amenazantes para el empleo, los derechos da las y los trabajadoras-es, y la soberanía y fortaleza del país. 

En ese contexto, el 6 de septiembre de 2023 (casualmente el día de mi 72 aniversario) un alto directivo de la empresa petrolera uruguaya, representando al actual Gobierno, declaró que la cuestión de la asociación de ANCAP con privados “no es una cuestión sindical sino una cuestión de negocios”. En otras palabras, ese señor, expresando fielmente el punto de vista de los capitalistas acerca del papel que les cabría a l@s trabajadoras-es, dijo “trabajen y cállense” (o sea, “trabajen y no piensen ni opinen sobre lo mejor para las-los trabajadoras-es y para el país”). 

Esa manera de pensar corresponde al hecho (ya denunciado por Marx) de que a través del contrato de trabajo (o sin él, agregamos) después de que el trabajador ha vendido su fuerza de trabajo a un capitalista (cosa que está obligado a  hacer, pues al no poseer medios de producción y subsistencia propios, si no lo hiciera se morirían de hambre él y su familia), pasa a ser una cosa no pensante, dentro del conjunto de cosas (predios, máquinas, materias primas, etc.) mediante las cuales el capitalista  aumenta su riqueza (a partir de la extracción de plusvalía a los trabajadores). Así se prolonga en el capitalismo la concepción que Aristóteles tenía del esclavo, cuando lo definía como una herramienta animada. 

Para el capitalista y el capitalismo el trabajador debe recibir y acatar órdenes sobre qué y cómo debe producir,  y ejecutarlas sin chistar, cual soldado del ejército del Capital.  

Muy otra es la propuesta del Ecomunitarismo, que tiene en la economía ecológica y sin patrones una de sus dimensiones. Esa economía, como todo el Ecomunitarismo, se asienta en la realización cotidiana de las tres normas fundamentales de la Ética, que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad individual de decisión, realizar dicha libertad en la búsqueda de acuerdos consensuales con l@s demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana. Haciéndolo, en ella “los productores libres, libremente asociados” (como dijo Marx), producen guiados por el principio que reza “De cada un@ según su capacidad y  a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”.  

En ese contexto cada productor-a es un ser pensante que reflexiona, opina y contribuye a decidir en ejercicios de democracia directa qué y cómo cabe ser producido (con criterio humano-comunitario-ecológico-intercultural); y se acabaron “los negocios” porque cada producto no es más mercancía sino valor de uso para satisfacer las necesidades éticamente legítimas (respetando las tres normas fundamentales) de cada persona y de la comunidad (desde la local hasta la planetaria). Y en ese contexto los sindicatos serán instituciones pensantes, proponentes y decisorias, para buscar el bien de cada persona y de la comunidad en el Buen Vivir ecomunitarista. 

En el Ecomunitarismo  la jornada productiva de cada persona (que rotará en las funciones según sus vocaciones y capacitación, para que cada persona no se unilateralice) se reduce al menor tiempo posible, para que cada un@ dedique el resto de cada jornada a desarrollarse como individuo universal según sus vocaciones, y al simple ocio que permite gozar de la vida, desde que no viole las tres normas éticas básicas, pues entre los seres humanos  aptos no hay desempleados ya que y porque la tarea se reparte entre tod@s. Y la economía ecomunitarista prescinde del dinero (porque los productos ya no son mercancías, sino solo valores de uso), y, por consiguiente, del salario (porque cada persona recibe lo acorde a sus necesidades de forma directa, sin mediación dineraria). 

 

Bibliografía mínima    

 

José de la Fuente Arancibia y  Ricardo Salas  Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640      


 
LA ESPERANZA ECOMUNITARISTA: LA GENTE RECHAZA EL CAPITALISMO 

 

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com

 

El 6/9/23 Rainer Zitelmann divulgó una interesante encuesta realizada en 34 países acerca de la opinión de la gente sobre el capitalismo. Dichos países son los siguientes, EEUU, tres de A. Latina (Argentina, Brasil y Chile), 21 de Europa (Rusia, Albania, Austria, Bosnia Herzegovina, Bulgaria, República Checa, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Grecia, Italia, Montenegro, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumania, Servia, Eslovaquia, España, Suecia y Suiza), siete de Asia (Japón, Mongolia, Nepal, Paquistán, Corea del Sur, Turquía y Vietnam), y dos de África (Nigeria y Uganda).  

 

Las conclusiones de esa encuesta muestran: 

 

1.     En solo seis de esos países prevalece una opinión dominante a favor del capitalismo (EEUU, Polonia, República Checa,  Japón, Corea del Sur y Nigeria); y ese número asciende a siete cuando se suprime la palabra “capitalismo” y se la sustituye por “libertad económica” (EEUU, Polonia, República Checa, Japón, Corea del Sur,  saliendo Nigeria y entrando ahora Suecia y  Argentina). 

 

2.     Las principales quejas contra el capitalismo son: a) que el capitalismo es dominado por los ricos, que definen la agenda económica, b) el capitalismo lleva a una creciente desigualdad, c) el capitalismo promueve el egoísmo y a ganancia, y, d) el capitalismo lleva a la formación de monopolios.  

Hay que notar desde ya que entre esas quejas no hay referencia a la cuestión ambiental (riesgo de holocausto ambiental causado por el capitalismo), ni al peligro de holocausto nuclear; y tampoco hay referencia al racismo (que viene desde antes del capitalismo pero que se mantiene con fuerza tanto en el capitalismo central como en el periférico, como lo mostró el Golpe contra Evo Morales a fines de 2019), o sea, no hay referencia a la cuestión intercultural; y tampoco hay referencia a la discriminación de las mujeres (que también viene desde antes del capitalismo, pero que éste no ha superado, a pesar de algunas mejoras). 

Separando por estratos los resultados obtenidos se verifica: 

 

1)    Cuanto más de izquierda se declaran los entrevistados, más críticos son en relación al capitalismo; aunque llama la atención que en algunos países hay autodenominados “moderados de derecha” que son más pro capitalistas que quienes se definen como de extrema derecha. Ello no debería resultar del todo sorprendente si recordamos que Hitler bautizó a su Partido como Nacional-SOCIALISTA, por lo que sabemos desde entonces que la extrema derecha, al tiempo en que persigue ferozmente a los simpatizantes del comunismo y el socialismo anticapitalista, manipula a sus seguidores, camuflando a veces su abierta adhesión al capitalismo.  

 

2)    L@s jóvenes son más críticos del capitalismo que los mayores de 60 años (mayoritariamente pro capitalistas). Ese dato nos confirma que en la juventud reside la esperanza ecomunitarista.   

3)    En la mayoría de los países los asalariados de baja renta son más críticos del capitalismo que quienes perciben altos ingresos. Eso converge con la esperanza depositada por Marx en los proletarios, y al mismo tempo confirma la acusación del Che contra la “aristocracia obrera” (en especial de Europa, que según el Che se había hecho cómplice de la explotación del Tercer Mundo por parte de la burguesía de los países imperialistas centrales). Pero la encuesta revela que las diferencias de opinión pro y contra el capitalismo son pequeñas en distintos niveles de ingresos en algunos países, como ocurre en Gran Bretaña y Turquía. Como se sabe, en nuestro caso nos hemos pronunciado por la necesidad de la constitución de un Bloque ecomunitarista que trascienda los clivajes económicos, para integrar sensibilidades ecológicas, interculturales y feministas, que pueden encontrarse también en personas de niveles de ingreso (relativamente) elevados en el contexto del conjunto de la población. Hemos incluido en ese Bloque a los pueblos indígenas (fieles a su modelo de Buen Vivir comunitario-ecológico, respetuoso de la Madre Tierra), los campesinos que cuidan la tierra practicando la agricultura orgánica y/o la pecuaria sostenible, los pescadores artesanales que evitan la sobrepesca,  y un mosaico que incluye a partes de los excluidos del mercado y consumo capitalista, de las víctimas (y sus parientes) de las guerras/masacres causadas por el capitalismo, del   estudiantado (aún no absorbido en la maquinaria productiva capitalista), y a sectores de movimientos como los sindicales (de asalariados), cooperativistas,  ambientalistas, feministas, de negros (y otras minorías), de vecinos,  y aún a individuos y/o grupos de las capas medias (como intelectuales, docentes, artistas y comunicadores alternativos); y aclaramos que la composición de ese Bloque varía de país a país según sus características; aunque insistimos en perspectiva ecomunitarista que en Abya Yala son indispensables las coordinaciones continentales.    

4)    En 26 de los 34 países las personas con niveles de instrucción  más altos son significativamente más pro capitalistas que los de menores niveles de instrucción; y ello ocurre de manera marcada en Argentina. Podemos asociar ese dato al hecho de que el capitalismo compra literalmente a los más instruidos, al proporcionarles empleos que les permiten acceder a ingresos muy superiores a la media de los de sus compatriotas. (En Brasil lo vivo personalmente en el muy elevado salario que percibo como docente universitario con doctorado, ahora ya jubilado desde 2019, cuando se lo compara con el salario mínimo nacional).  

5)    En la mayoría de los países encuestados los hombres son más pro capitalistas que las mujeres. Hay países,  como Brasil, Chile, Polonia, Bulgaria, República Checa, Suecia, Portugal y España, donde los hombres son significativamente más pro capitalistas que las mujeres (en otros, como en Corea del Sur, la diferencia de opinión en función del sexo es nula). Ese dato no condice con una divulgada opinión de  que las mujeres votan más a la derecha (por su supuesta visón conservadora) y abona la hipótesis de que su sensibilidad  hacia el sufrimiento de los castigados por/en el capitalismo y su sensibilidad ecológica hacia la Madre Tierra  (que es, obviamente, Mujer) quizá puede hacerlas más potencialmente proclives a la lucha ecomunitarista que los hombres.  

 

Más allá del capitalismo: el Ecomunitarismo 

 

Ante esa opinión mayoritariamente crítica respecto del capitalismo, proponemos como alternativa poscapitalista el Ecomunitarismo.  

 

El mismo es un orden comunitario-ambiental de carácter utópico porque nunca plenamente realizable, pero indispensable guía para que la acción cotidiana no gire en círculos ni vague sin rumbo. El Ecomunitarismo se basa en la aplicación cotidiana de las tres normas éticas básicas (que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad de decisión, realizar esa libertad en la búsqueda de consensos con los demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana),  y se estructura en la siguientes dimensiones interconectadas: 

a) una economía ecológica y sin patrones que funciona alimentada por energías limpias y renovables y aplica cotidianamente las 5 R (Reflexionar sobre qué planeta queremos legar a nuestros descendientes, Rechazar el consumismo y asumir voluntariamente la frugalidad ecológica, y Reducir, Reutilizar y Reciclar los insumos y residuos) para, en el marco de una conducta de frugalidad ecológica libremente asumida, aplicar el principio “de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”; así se prescinde del dinero (porque los productos ya no son mercancías, sino solo valores de uso), y, por consiguiente, del salario (porque cada persona recibe lo acorde a sus necesidades de forma directa, sin mediación dineraria), y la jornada productiva de cada persona (que rotará en las funciones según sus vocaciones y capacitación) se reduce al menor tiempo posible (para que cada un@ dedique el resto de cada jornada a desarrollarse como individuo universal según sus vocaciones y al simple ocio que permite gozar de la vida, desde que no viole las tres normas éticas básicas), pues entre los seres humanos  aptos no hay desempleados ya que y porque la tarea se reparte entre tod@s;  consideramos que en esa economía las unidades productivas comunitarias indígenas (respetuosas de la Madre Tierra) y las cooperativas, cuando son verdaderas, son un complemento necesario a la propiedad estatal-pública de las empresas estratégicas controladas por l@s trabajadoras-es y la ciudadanía; b) una política de tod@s apoyada lo más posible en la democracia directa (en especial mediante asambleas, plebiscitos y referendos, hoy muy facilitados por medio de la internet); esa política incluye el mutuo aprendizaje y la cooperación mutuamente solidaria entre los pueblos y culturas de Abya Yala y del mundo; c) una educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada (tanto en la educación formal como en la no formal), para, entre otras cosas, hacer realidad la economía y la política antes citadas; de esa educación hacen parte una educación sexual libertaria (que promueve el libre placer compartido de manera consensual, y combate el machismo y la homofobia, y también incluye la renuncia voluntaria a la sexualidad, como la practicó Gandhi), y una educación física formativa y cooperativa (que deja atrás al deporte competitivo y crematístico, predominante en el capitalismo); d) una comunicación simétrica que pone en manos de las comunidades los actuales monopolios u oligopolios mediáticos (de prensa escrita, radios, TVs, y/o en redes vía internet); y, e) una estética de la liberación que a tod@s proporciona los medios para crear arte y a tod@s educa para disfrutar de la vida, de la Naturaleza (humana y no humana, cuya salud debe ser preservada-regenerada como lo exige la tercera norma básica de la Ética) y de las artes.       


Bibliografía  mínima  

José de la Fuente Arancibia y  Ricardo Salas  Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 
ECOMUNITARISMO Y CHOQUEHUANCA EN LA CUMBRE DE LA MADRE TIERRA:  CONVERGENCIAS FUNDAMENTALES Y UNA PREGUNTA 

 

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)  


En octubre de 2022 el Vicepresidente de Bolivia pronunció en la Cumbre de la Madre Tierra celebrada en México un discurso de doce minutos que debería ser oído, discutido, complementado y puesto en práctica en todos los espacios de los movimientos ecomunitaristas (o poscapitalistas en general), comunidades indígenas, cooperativas, sindicatos urbanos y de campesinos, gremios estudiantiles,  asociaciones de vecinos y demás organizaciones asociativas en general, así como en todas las instituciones educativas de Nuestramérica (desde la educación primaria hasta la universitaria). Al fin de estas líneas y como Anexo va la versión integral de ese discurso (pedimos disculpas por la grafía de algunos términos en aymara, que improvisamos a partir de su fonética), que hemos trascrito a partir de su exposición en directo en youtube (https://www.embajadadebolivia.mx/david-choquehuanca-estuvo-presente-en-la-inauguracion-de-la-cumbre-madre-tierra-2022/).  


En estas breves líneas indicaremos solo telegráficamente algunas convergencias fundamentales entre la propuesta ecomunitarista y el contenido de ese discurso. Y en un segundo momento y también telegráficamente nos preguntaremos por la puesta en práctica del mismo.  


A – Afirmación de la vida. Desde la tercera norma fundamental de la Ética, que hemos deducido argumentativamente de la gramática profunda de la pregunta que la instaura, la propuesta ecomunitarista incluye la obligación de que velemos por la preservación y regeneración de la salud de la naturaleza humana y no humana; tal obligación incluye la preservación-regeneración de la vida, y se extiende más allá, hasta la manutención de los equilibrios sistémicos de y con los entes no vivos (como ríos y montañas, etc.).  


B – Crítica a la colonización y al capitalismo por la devastación de especies animales y vegetales, y la amenaza a la sobrevivencia de la Humanidad, a raíz de la lógica del lucro y del consumismo (el modo de vida “sin límites” al que alude Choquehuanca) que han animado y animan al colonialismo y al neocolonialismo, y al capitalismo (neoliberal en su última versión). 


C – Llamado a las hijas e hijos de la Madre Tierra a volver al camino del orden y del equilibrio. Al proclamarnos hijos de la Tierra los humanos renunciamos a toda veleidad de posesión y dominio de la misma, y asumimos la obligación de amoldar de forma frugal los límites de nuestro modo de vida a la manutención de los equilibrios ecológicos.  A ese respecto, en base a la aplicación cotidiana de las tres normas fundamentales de la Ética, el principio que orienta el modo de sentir-pensar-vivir-producir-distribuir-consumir ecomunitarista reza: “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, RESPETANDO LOS EQUILIBRIOS ECOLÓGICOS Y LA INTERCULTURALIDAD”. No obstante debemos señalar que cuando Choquehuanca usa el verbo “volver”, presupone que en la cultura originaria (en su caso andina) el orden y el equilibrio estaban plenamente realizados, cuando en realidad sabemos que, por ejemplo, también en esa cultura imperaba (e impera) el machismo, y que el “orden y equilibrio” entre los géneros es una conquista que debe ser aún lograda en el futuro ecomunitarista, y no un legado del pasado (aunque éste sea indígena-originario). 


D – Volver a ser “jiuasa” y “yambaie”. El ecomunitarismo, a partir de la primera y segunda normas fundamentales de la Ética pregonan la exigencia de que breguemos por conseguir nuestra libertad individual de decisión, pero/y que lo hagamos en el contexto de la búsqueda de respuestas consensuales con l@s demás acerca de los desafíos de nuestra-nuestras vida(s) y la vida y equilibrio en/del Planeta (según lo exige la tercera norma ética fundamental). Así somos “personas sin dueño” (yambaie), que afirmamos al mismo tiempo el “yo” y el “nosotros” (jiuasa), propiciando  que cada ser humano se realice como individuo universal. 


E – Buscando el Ecomunitarismo, no basta la lógica, sino que es necesario el concurso del corazón. Aunque los fundamentos de la Ética por nosotros re-establecidos tienen como mediación la lógica del lenguaje y del discurso argumentativo, hacemos nuestras las palabras del Che cuando dijo que un revolucionario está movido por grandes sentimientos de amor. Así, la luchadora y el luchador ecomunitarista se nutren a la vez del razonamiento y de un gran amor por los seres humanos, por todo ser viviente y por el Planeta en general. 


F – Cuando Choquehuanca hace un llamado a los seres vivientes humanos y no humanos a constituir una alianza en defensa de la Madre Tierra, pone esa convocación en el contexto de la vivencia andina en la que “el abuelo fuego” las plantas y animales, y aún las montañas y ríos (mencionados más adelante) hacen parte de una gran Comunidad (que, como dice Choquehuanca, tiene su síntesis en el “ayllu” como sistema de vida también integrada por los ancestros; agregamos que en la creencia andina algunos de esos ancestros  pueden ser hoy montañas que en su tiempo se movieron, amaron y copularon). Desde el Ecomunitarismo, aún sin adherir a esa creencia como tal, derivamos a partir de la tercera norma ética fundamental la obligación que tenemos los humanos de RESPOSABILIZARNOS por la preservación-regeneración de la salud del conjunto de lo viviente y no viviente en el seno del Planeta. (Como ya lo explicamos en otros escritos, para los entes no vivos, la “salud” equivale a la manutención-recuperación de sus características físico-químicas promedio). Por eso en el Ecomunitarismo, y en especial en la economía ecomunitarista (ecológica y sin patrones) la satisfacción de las necesidades humanas legítimas siempre habrá de respetar con frugalidad la re-producción de todos esos otros co-hijos de la Tierra que, como hermanos,  nos acompañan en este Planeta.    


G – En su perspectiva intercultural el Ecomunitarismo comparte la denuncia del genocidio y del etnocidio físico y cultural al que han estado sometidos los pueblos originarios a manos de colonizadores y capitalistas. Y con Choquehuanca nos alegramos de que los asesinos no hayan logrado borrar la memoria y la vida de esos pueblos, que hoy, tras cinco siglos de Resistencia en Abya Yala, nos dan el ejemplo de su modo de vida frugal, comunitario y ecológico. El Ecomunitarismo pregona que debemos aprender y nutrirnos de él, al tiempo en que en diálogo mutuamente enriquecedor, lo complementamos con lo que tienen que aportarle al Ecomunitarismo en Abya Yala otras herencias de  vidas y utopías, como parte de la “blanca”, la negra, la asiática y la polinesia. Tal conjunción se realiza en la “complementariedad” a la que alude Choquehuanca, evitando todo tipo de racismo (no solo el ya conocido de matriz eurocéntrica, sino incluso otro en el que en nombre de la reivindicación de la cultura originaria se menospreciase el aporte de cualquier otra cultura en la lucha ecomunitarista). 


H – El Ecomunitarismo hace suya la crítica de Choquehuanca a la mercantilización de la Naturaleza promovida cada vez más descaradamente por el capitalismo. Y en consecuencia propone la futura abolición de la esclavitud asalariada, con la abolición del salario y del propio dinero (porque la realización del principio básico del Ecomunitarismo, antes citado, presupone la satisfacción directa de las necesidades en bienes y servicios de cada persona, sin ninguna mediación dineraria, respetando la preservación-regeneración de la salud de la naturaleza humana y no humana, como lo exige la tercera norma ética básica).  


I – Oportuna y necesaria es la constatación de Choquehuanca de que el reconocimiento de los derechos humanos y de los pueblos indígenas llegó tarde a la Humanidad, cuando ya culturas enteras habían sido masacradas. Y no menos oportuno y necesario es su pedido de que lo mismo no ocurra con el reconocimiento de los derechos de la tierra, que, por nuestra parte y desde afuera del área del Derecho, reivindicamos a partir del contenido de la tercera norma ética básica. (No está demás recordar que en el Ecomunitarismo habrán de ser abolidos no solo el dinero, sino también el Estado, la Moral sustituida por la Ética constituida por Casi-Razonamientos Causales, y el Derecho Positivo, también sustituido por dichos Casi-Razonamientos Causales). 


J – El Ecomunitarismo asume (en especial a través de dos de sus dimensiones que son la educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada y la política de tod@s) el sueño de Choquehuanca de que florezcan seres humanos que en su condición de simples ciudadanos y también cuando les toque ejercer alguna responsabilidad de administración-gobierno, hagan del respeto de las tres normas éticas fundamentales el eje de toda su vida. En relación a las funciones gubernamentales recordamos que el Ecomunitarismo propone que la vida comunitaria sea regulada lo más posible en base a ejercicios de democracia directa (a partir de asambleas, plebiscitos y referendos, hoy muy facilitados por las herramientas de internet, sobre todo para decisiones de alcance general y estratégico), y que los espacios de democracia representativa que sea indispensable mantener sean ocupados, de forma rotativa y con un máximo de dos mandatos en el cargo, por electos que puedan ser revocados por los electores a cualquier momento.       


K. La lucha ecomunitarista también es por la belleza y la paz, defendidas por Choquehuanca. La estética de la liberación es una de las dimensiones del Ecomunitarismo, donde cada persona es educada para disfrutar con la belleza de lo humano y de lo no humano, y para producir arte y gozar con las artes. Y solo en el Ecomunitarismo, superados los antagonismos de clase, de etnias y otros que existen en el capitalismo, podrá la Humanidad entera reconciliarse en paz como una gran familia que coopera solidariamente y resuelve pacíficamente sus eventuales diferencias. En el camino a la paz las actuales Fuerzas Armadas y Policiales al servicio del capital deben ser sustituidas por Milicias Populares Pluriculturales de integración voluntaria y rotativa. Y más temprano que tarde también esas Milicias habrán de disolverse casi totalmente, pues la Humanidad prescindirá de las armas (con excepción de aquellas que puedan servir para proteger al Planeta del choque de un meteorito o de una agresión alienígena; el manejo de dichas armas deberá ser aprendido por el pequeño núcleo restante, rotativo y renovado de generación en generación, de las Milicias).  


Dicho TODO eso nos preguntamos cómo el Gobierno del que hace parte Choquehuanca está o no poniendo en práctica todas las ideas defendidas en el discurso que comentamos. Y nos referimos a las esferas de la economía, la política plurinacional e internacional, la educación intercultural plurilingüe, la salud, la vivienda, el transporte, la Defensa y seguridad interna, etc. Pues no faltan voces de los movimientos sociales bolivianos que han impulsado el Proceso de Cambio, y también dentro del MAS, que acusan al gobierno del que Choquehuanca hace parte de practicar acciones de carácter capitalista (neoliberal) e incluso de derecha. Al mismo tiempo constatamos que infelizmente hay hoy en esos espacios una aguda disputa teñida de insultos entre quienes promueven la reelección de Arce y quienes apoyan la candidatura de Evo para la próxima elección presidencial. Al ponerse en primer plano esa guerra de egos es obvio que se está muy lejos de priorizar el “nosotros” y no el “yo”, como postula Choquehuanca, y que así es violada la segunda norma ética fundamental. Y ello se produce cuando la oligarquía racista boliviana y el imperio yanqui-OTAN (y los cómplices de ambos) no cejan en sus esfuerzos (coronados temporalmente con éxito en el Golpe de fines de 2019) de acabar con el intento de construcción del Estado Plurinacional y Comunitario, orientado hacia la búsqueda del Buen Vivir.  


Bibliografía mínima    

 

José de la Fuente Arancibia y  Ricardo Salas  Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640      

 

Anexo 

Discurso del Vicepresidente de Bolivia David Choquehuanca, vía remota en la Inauguración de la Cumbre Madre Tierra CDMX (del 26 al 28 de octubre de 2022) en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, el 26/1022; la transcripción es nuestra. 

“Jaiaia hermanos y hermanas. Jaiaia’ significa ‘ por la vida’, porque todo lo que hacemos los pueblos indígenas es por la vida. Por eso decimos ‘jaiaia’. Es un verdadero honor participar en este evento organizado de manera conjunta por la Universidad Ibero de la Ciudad de México, el Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad,  y el Earth Law Center de México. La realidad que vivimos en el mundo actual se manifiesta como una de las peores pesadillas a la cual nos han sometido a la Humanidad y a nuestra Madre Tierra. El odio y la destrucción entre seres humanos, así como la aniquilación sin misericordia, de miles de especies de plantas y animales, la muerte paulatina y sin contemplación  de la vida orgánica en el Planeta, la crisis climática resultado de un modelo de vida sin límites, entre muchas otras manifestaciones, de una cultura de la muerte institucionalizada, ponen al borde de una catástrofe mundial a nuestro Planeta. Las hijas e hijos de la Madre Tierra tenemos la obligación de cambiar, de voltear este actual estado de cosas, y de tornar al camino del orden y del equilibrio.   Y esa tarea no es de unos cuantos, sino de todos los que no hemos perdido la sensibilidad, la rebeldía, y quienes no aceptamos ningún tipo de sometimiento, y hemos decidido volver a ser ‘jiuasa’ (jiuasa significa ‘no soy yo, somos nosotros’); volver a ser ‘yambaie’, y ‘yambaie’ es igual a ‘persona que no tiene dueño’. Nadie en este mundo tiene que sentirse dueño de nadie ni de nada. No basta la lógica, sino que tenemos que complementar la razón con la fuerza del corazón. Por ello las hijas e hijos de la Madre Tierra nos autoconvocamos y realizamos un llamado a todos los seres  vivientes, humanos y no humanos,  para trabajar una alianza mundial de defensores de la Madre Tierra. La larga noche de la invasión colonial trastocó el orden del Mundo y puso de cabeza a nuestro Abya Yala (‘tierra madura de la eterna fertilidad y juventud en permanente renovación’, eso significa Abya Yala). Las invasiones dieron paso a un Planeta a imagen y semejanza del Occidente, donde se trató de extirpar y eliminar sin misericordia todo lo plural, el multiverso y el pluriverso; se trató de borrar nuestras culturas, nuestras lenguas, nuestras cosmovisiones, nuestras filosofías, nuestras epistemologías, y nuestras gnoseologías. Pero no lograron hacernos desaparecer. Hoy, después de siglos de resistencia empezamos a decodificar nuestros saberes, para devolverle la belleza a nuestra Madre Tierra, recuperar nuestros lugares sagrados, nuestras propias formas de organización, y retornar a nuestro ‘ayllu’; ‘ayllu’ no solamente es un modelo de organización de sociedad; ‘ayllu’ es un verdadero sistema de organización de vida. Las invasiones coloniales y el capitalismo no respetaron ni respetan nada, ni antes, ni ahora, ni nunca. Las invasiones coloniales han sido una larga noche en nuestra Historia. Así como el capitalismo hoy en día es la oscuridad que pisotea y vulnera toda la dignidad humana y de nuestra Madre Tierra, Esta Cumbre de la Tierra, de México, nos da fuerzas para seguir trabajando para volver al camino de la verdad, al camino de la hermandad, al camino del equilibrio, al camino de la complementariedad, al camino del consenso; para volver al camino de la armonía y de la paz. Los pueblos indígenas y los pueblos del Sur  donde las hijas e hijos de la Madre Tierra nos autoconvocamos para resistir a la colonización, a los liberalismos, capitalismos e imperialismos, (y) antropocentrismos, hoy proponemos a los pueblos del mundo despertar la energía comunal, movidos por la gran energía de la vida. Nuestra voz se nutre del retorno a nuestra nueva ligazón con el cordón umbilical, con nuestra Madre, para revivir y retomar nuestros propios horizontes de vida, cosmobiocéntricos, poniendo en el centro de la política nacional e internacional a la Madre Tierra y sus derechos. Frente a los esfuerzos de los poderes capitalistas, imperiales, de ampliar los mercados y la mayor mercantilización de la Naturaleza, oponemos como alternativa la profundización de los derechos de los pueblos y el reconocimiento  de los derechos de nuestra Madre Tierra. En ese contexto, la propuesta de los derechos de la Madre Tierra  asume un carácter subversivo, contestatario, crítico y rebelde, contra el egocentrismo, el antropocentrismo y el eurocentrismo. El reconocimiento de los derechos humanos y el reconocimiento de los pueblos indígenas llegó muy tarde a la Humanidad; cando ya se habían cometido innumerables etnocidios, genocidios, y civilizaciones enteras ya habían desaparecido. Tenemos que luchar para que los derechos de la Madre Tierra no lleguen tarde a la Historia, cuando ya no haya salida posible y se hayan pasado todos los límites planetarios que impidan la reproducción de la vida. La Madre Tierra nos comunica hoy día su dolor de muchos modos, pero los seres humanos no logramos entender ese lenguaje articulado por lluvias, tormentas, huracanes, inundaciones, sequías y terremotos; por ello se tiene que ir más allá de los códigos de las leyes hechas por los hombres, forjando seres humanos y gobernantes que piensan y sienten como al Madre Tierra, y tienen como su eje de vida las leyes de la naturaleza, donde todos somos partes de una totalidad orgánica y simbiótica en permanente complementariedad. Desde nuestro ser, con la fuerza de nuestros ancestros, desde nuestro multiverso, desde nuestra cosmobiovisión, desde nuestra pluriversidad, estamos seguros de que volveremos al camino de la noble integración, a nuestro ‘apagñan’, donde aprendemos a caminar con respeto a nuestras montañas, donde aprendemos a caminar con respeto a la lluvia, con respeto al abuelo fuego,  con respeto al agua, con respeto a nuestros ríos, con respeto a las mariposas, con respeto a las abejas, con respeto a la soberanía de nuestros pueblos, y con respeto a nuestra Madre Tierra. Ese no es un camino nuevo o desconocido, es el camino que hemos practicado por siglos las sociedades milenarias,  y que ahora lo proyectamos como un horizonte universal de vida. Para finalizar quiero expresar nuestro agradecimiento sincero a las hermanas y hermanos de México por seguir abriendo senderos para construir de manera colectiva, de manera conjunta, de manera comunitaria, de manera hermanada el equilibrio, la armonía y la paz.  ¡Jaiaia la Cumbre de la Tierra, jaiaia México, jaiaia Bolivia, jaiaia Abya Yala,  jaiaia los pueblos del mundo, jaiaia nuestra Madre Tierra!”.


 
ECOMUNITARISMO Y TERRORISMO: BREVÍSIMAS NOTAS   

 

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)   

  

En los días actuales es cada vez más común oír voces que catalogan como “terroristas” a ciertos grupos, movimientos, o gobiernos (e incluso Estados).   

Mas el simple hecho de que los nazis que ocuparon Francia catalogasen como “terroristas” a los miembros de la Resistencia francesa que luchaban contra esa ocupación, nos debería alertar sobre la necesidad de aclarar el término “terrorismo” (para apreciar opiniones ajenas y elaborar las propias, cuando usen ese término).   

  

“La Terreur” (el Terror) se llamó a la etapa de la Revolución Francesa comprendida entre 1793 y 1794. En esos años gobernaron el Comité de Salvación Pública (Comité de Salut Publique) y el Comité de Seguridad General (Comité de Sûreté Générale), que debieron enfrentar una guerra contra potencias extranjeras contrarrevolucionarias, y contra levantes contrarrevolucionarios protagonizados por las revueltas federalistas y de la región de Vendée. En ese contexto se produjeron miles de ejecuciones sumarias (por guillotina, fusilamientos o ahogamiento), de culpables y supuestos culpables de acciones contrarrevolucionarias. Ese período concluye con la ejecución de Robespierre, y recibió el nombre de ‘la Terreur” por la llamada “reacción thermidoriana”.   

  

De lo dicho queremos destacar el hecho de que en “el Terror” se mató de forma sumaria a personas que eran culpables y a otras que solo lo eran supuestamente (entre las cuales cabe suponer que había muchas que no desempeñaban ninguna actividad contrarrevolucionaria).   

  

Partiendo de ese hecho, en perspectiva ecomunitarista definimos la acción “terrorista” como aquella que deliberada e indiscriminadamente mata o agrede a combatientes y a no combatientes (entendiendo por “combatiente” a aquella persona armada involucrada en una coyuntura bélica y que aún no se ha rendido).   

 

De tal forma que resulta claro que quien mata (de inmediato o por efecto mediato) a combatientes que ya se han rendido, o a no combatientes (por ejemplo, a niñ@s, mujeres y ancian@s desarmados), comete un acto terrorista.   

 

Y eso se aplica tanto a grupos, como a movimientos o Gobiernos.    

Por ejemplo, un grupo o movimiento que ametralla o pone una bomba en un local público frecuentado por civiles desarmados, comete una acción terrorista. Pero también la comete el Gobierno que manda a sus fuerzas armadas a bombardear por aire, o desde navíos, o con artillería, o a atacar con blindados o infantería, a poblaciones que incluyen a niñ@s, mujeres y ancian@s desarmados; y por supuesto que también cometen una acción terrorista las fuerzas armadas que ejecutan directamente las mencionadas masacres (ordenadas o no por un gobierno). Y también hay acción terrorista cuando niñ@s, mujeres y ancianos desarmados son condenadas a morir mediante un cerco-bloqueo que los priva de los alimentos e insumos necesarios para la supervivencia; por ello nos referimos antes al efecto letal mediato de una determinada acción.   

  

Alguien podría querer objetar que muchas de las mencionadas personas/víctimas son combatientes en la medida en que, a pesar de estar en ese momento desarmadas, podrían usar las armas (para lo cual quizá  fueron entrenadas) a cualquier momento.   

 

Pero aquí, apelando a Aristóteles, hay que distinguir entre el “combatiente en acto” y el “combatiente en potencia”. En acto es aquél que en el momento está armado, y solo ese puede ser considerado en el momento como “combatiente”. Matar o agredir violentamente a cualquier combatiente en potencia (o sea a alguien desarmado que en un futuro inmediato o mediato podría empuñar un arma) es cometer un acto terrorista.  

  

Hasta aquí hemos hablado a la luz de la lógica de la guerra. Pero hay que recordar que la tercera norma fundamental de la Ética que nos exige preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana, condena cualquier muerte, tanto de combatientes, como de no combatientes.  

Gandhi supo de forma ejemplar protagonizar la lucha por la independencia de la India poniendo en práctica la renuncia al homicidio y a la agresión, a través de la no-violencia activa (que extendió más allá de la esfera humana, oponiéndose a la muerte de cualquier animal, incluso, en un tiempo, de los venenosos).   

 

Por nuestra parte, muchísimo menos santos y consecuentes que Gandhi, en perspectiva ecomunitarista y mientras haya enfrentamientos bélicos, estaríamos dispuestos a aceptar la violencia no letal contra combatientes que no se han rendido (nunca contra combatientes ya rendidos, ni contra no combatientes, aunque sean combatientes en potencia), destinada a neutralizarlos sin matarlos. Eso ocurre cuando un combatiente es neutralizado por la fuerza, sin provocar su muerte, y, una vez reducido, hay preocupación inmediata por parte de quien lo neutralizó, por la preservación-restablecimiento de la salud del neutralizado.  

Nótese que fuera del campo bélico eso ya ocurre con la persona que sufre una crisis de agresividad (a causa de un desequilibrio mental) y que, cuando fallan otros medios, necesita ser neutralizada mediante el uso de la menor fuerza posible, no solo para que no dañe a otras personas, sino incluso para que no se haga daño a sí misma.      

 

Bibliografía mínima  

  

José de la Fuente Arancibia y  Ricardo Salas  Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640            

  

Sirio López Velasco, “Filosofía ecomunitarista aplicada. Textos breves 2022-2023” (organizado por el Dr. Claudinei A. de Freitas da Silva), gratuitamente disponible en https://www.editorafi.org/ebook/a042-filosofia-ecomunitarista-aplicada          


 
ECOMUNITARISMO Y PACHAMAMA    

     

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)     

    

RESUMEN


En este artículo abordamos la relación entre el Ecomunitarismo y la cosmobiovisión andina, que tiene en la idea-vivencia de la Pachamama una dimensión fundamental. Para tanto en un primer momento someteremos a la crítica un reciente pronunciamiento del filósofo boliviano Rafael Bautista Segales, y posteriormente mostraremos convergencias fundamentales existentes entre la perspectiva ecomunitarista y lo expresado por el actual Vice-Presidente de Bolivia, David Choquehuanca.


Palabras clave: Ecomunitarismo, Pachamama, Pensamiento indígena

 

ABSTRACT


In this paper we address the relationship between Ecommunitarianism and the Andean cosmobiovision, which has a fundamental dimension in the idea-experience of Pachamama. For this purpose, at first we will subject to criticism a recent statement by the Bolivian philosopher Rafael Bautista Segales, and later we will show fundamental convergences between the ecommunitarianist perspective and what was expressed by the current Vice-President of Bolivia, David Choquehuanca.


Key words: Ecommunitarianism, Pachamama, Indigenous Thought 



En este artículo abordamos la relación entre el Ecomunitarismo y la cosmobiovisión andina, que tiene en la idea-vivencia de la Pachamama una dimensión fundamental.

Para tanto en un primer momento someteremos a la crítica un reciente pronunciamiento del filósofo boliviano Rafael Bautista Segales, y posteriormente mostraremos convergencias fundamentales existentes entre la perspectiva ecomunitarista y lo expresado por el actual Vice-Presidente de Bolivia, David Choquehuanca, en la Cumbre de la Madre Tierra realizada en México en 2022. 


Parte I  


El filósofo boliviano Rafael Bautista Segales ha dicho recientemente:     

“Pachamama es la culminación de un conocimiento que nos permite reconocer que todo, absolutamente todo, hasta una piedra, es sujeto, es persona, y como es persona tiene dignidad, y porque tiene dignidad es sagrada, y porque es sagrada merece respeto”; y remata diciendo que por eso “no puede haber bajo ninguna circunstancia una pretensión de dominio o de control sobre aquello que consideramos sagrado” [en el XVII Congreso Latinoamericano de Medicina Social/Salud Colectiva, organizado por la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES), con el tema “Sindemia, reconfiguración en el Mundo y lucha por el Buen Vivir”, reunido en Buenos Aires, Argentina, en julio de 2023; en youtube,  en https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/08/06/pensamiento-critico-rafael-bautista-en-conversatorio-coyuntura-global-y-latinoamericana/]      

    

A  

  

En ese pronunciamiento hay que destacar que cuando Bautista pretende dar la visión andina sobre la Pachamama, se vale de términos que tienen profunda raíz en la filosofía europea. Nos referimos a los siguientes: conocimiento y sujeto (por oposición a objeto), persona, dignidad, lo sagrado (por oposición a lo profano), respeto, y dominio o control.     

En su definición nos valemos del “Vocabulaire technique et critique de la Philosophie” (de André Lalande, ed. PUF, Paris, 1976; las traducciones son nuestras)    

El conocimiento (que Platón distinguía de la doxa) se define desde el sujeto cognoscente como el acto de pensamiento consciente e intencional para aprehender las cualidades de un objeto en tanto que objeto. Y aquí tenemos la herencia del abordaje cartesiano (en el que el sujeto es el Ego del cogito, en el Ego cogito ergo sum, “Yo píenso, luego existo”) y kantiano (en el que por el giro copernicano, el sujeto es la sede de las condiciones a priori de la sensibilidad, que son el espacio y tiempo, de las categorías a priori del entendimiento, y de las ideas reguladoras de la razón). Luego Paulo Freire rompería con el solipsismo epistemológico cartesiano, postulando que el conocimiento se construye como acto dialógico entre sujetos (por lo menos dos) acerca del objeto (que pretenden transformar y que los transforma). Con Marx, a su vez, podemos pensar la transformación del sujeto en objeto, como ocurre por la objetivación de los seres humanos a través de los frutos de su trabajo, y en la subjetivación del objeto, como ocurre con los alimentos que una vez digeridos pasan a ser parte del cuerpo humano.     

La persona es (siguiendo a Leibniz y Kant) una categoría moral que caracteriza al ser individual en tanto que el mismo posee los caracteres que le permiten participar en la sociedad intelectual y moral de los espíritus; es consciencia de sí, razón, o sea capacidad de distinguir lo verdadero y lo falso, el bien y el mal; capacidad de determinarse por motivos de los que pueda justificar el valor ante otros seres razonables (racionales).     

La dignidad y el respeto remiten (siguiendo a Kant) al principio moral según el cual la persona humana no debe ser tratada jamás como un medio, sino como un fin en sí (esta es una de las formulaciones del imperativo categórico kantiano, en los “Fundamentos de la metafísica de las costumbres”).    

El respeto es el sentimiento especial provocado por el reconocimiento de un valor moral en una persona o en un ideal (Kant lo expone en detalle en el Libro 1 de la “Crítica de la razón práctica”).       

Lo sagrado es lo que pertenece a un orden de cosas separado (de lo profano), reservado, inviolable y que debe ser objeto de un respeto religioso por parte de un grupo de creyentes; y en el sentido moral, al hablarse del “carácter sagrado de la persona humana”, se agrega a esa acepción del término, la idea de un valor absoluto, incomparable.     

Y el dominio y el control remiten a la idea cartesiana (en el “Discurso del método”) y de Bacon (en el “Novum organum”) referente a la subyugación de la Naturaleza (y las fuerzas naturales) por parte de los seres humanos (en beneficio del bienestar de estos últimos).         

      

Por mi parte, asumiendo a la Pachamama como Madre Tierra (con todo el amor, respeto y cuidado que eso conlleva al tratarse de una Madre), concuerdo con el punto de llegada de Bautista, pero no con su fundamentación filosófica. Y aquí resumiré telegráficamente mi punto de vista.     

He proclamado que la Ética es instaurada por la pregunta “¿Qué debo hacer?”;  de tal forma que, fuera de tal pregunta sencillamente NO hay Ética.      

Ahora bien, dije que según nuestros conocimientos actuales tal pregunta solo existe en el lenguaje humano, y por tanto, que la Ética es un asunto exclusivamente humano. (No hay ninguna evidencia de que ni siquiera los códigos de comunicación más sofisticados de otros animales no humanos contengan la referida pregunta).     

Luego, de la gramática profunda de tal pregunta deduje argumentativamente tres normas fundamentales que nos obligan respectivamente a luchar para garantizar nuestra libertad individual de decidir, a realizar esa libertad en la búsqueda de acuerdos consensuales con l@s demás, y a preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana.     

Y es en la tercera de esas normas  cuando confluyo con lo que quiere Bautista, a saber que actuemos siempre respetando los equilibrios ecológicos en la medida en que velamos por la salud de la naturaleza humana y no humana (y al referirnos a esta última hablamos de la salud de la Madre Tierra).     

    

Recuérdese que (apoyado en las tres normas éticas básicas)  el lema fundamental del Ecomunitarismo reza: “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”.      

   

Ese respeto de los equilibrios ecológicos se da en especial en la economía ecológica y sin patrones y en la educación ambiental generalizada, que son dos de las dimensiones del Ecomunitarismo (sin que deje de aparecer también en otras de sus dimensiones, como la política de tod@s y la comunicación simétrica). El mismo se opone a la actitud de dominio y control egoísta sobre la Naturaleza defendidos por Descartes y Bacon, y que han llevado a la inmensa crisis socioambiental actual provocada por el capitalismo (que en nombre del lucro rápido devasta y/o contamina tierras, aguas y aires, extingue masivamente especies animales y vegetales, y compromete la propia supervivencia de la especie humana).      

Pero resulta de nuestra refundación de la Ética que (contrariamente a lo afirmado por Bautista) ningún ente no humano (como, por ejemplo, una piedra) es sujeto (ni epistémico, pues no tiene la capacidad de conocer, ni moral, pues no posee el lenguaje que incluye la pregunta que instaura la Ética); y tampoco es persona, por la definición de ese término que recordamos más arriba.     

[Por ser ateos no entramos en la disputa teológica acerca de si un Dios o varios Dioses son sujetos  y/o personas).      

    

Mas no por el hecho de que una piedra (y los aires, aguas y tierras, vegetales y animales no humanos) no es/sean sujetos éticos, nos desentendemos de su cuidado y “salud”, sino que, por el contrario, la tercera norma básica de la Ética nos obliga a velar por uno y otra. (Aquí “salud”, ampliando el sentido que le da la Organización Mundial de la Salud, debe ser entendida, respectivamente,  como el estado sistémico de equilibrio biológico normal/promedio, antes o independiente de cualquier interferencia humana,  de cualquier elemento o sistema vivo no humano, y como el estado  físico-químico normal/promedio de cualquier elemento o sistema abiótico, antes o independientemente de cualquier interferencia humana).      

  

 B  

  

Ahora bien, se nos ocurre que  Bautista podría rever sus dichos y replicar: “retiro y renuncio a todos los términos que usé, salvo en lo que concierne al de ‘sagrado’, y proclamo que tanto la Pachamama como todo lo que es hijo de la misma es sagrado, por lo que el conjunto de lo ‘profano’ es vacío”.  

En ese nuevo posicionamiento la piedra antes citada por Bautista no sería asumida como sujeto, ni como persona, pero sí como sagrada; y lo mismo sucedería con cualquier otro ente no humano, sea éste vivo o no (como una montaña, un río, el aire,  un vegetal o un animal) y con cualquier ser humano.  

 

Esa posición sería catalogada como “sacralista”, quizá próxima del  animismo. En lo que concierne al ser humano no repeleríamos esa sacralización asimilándola al imperativo kantiano de que ninguna persona debe ser tratada como medio, como infelizmente, agregamos, sucede en el capitalismo, en el que cada ser humano es medio de valorización del capital; y también agregamos que en aplicación de las tres normas éticas fundamentales cada persona tendría que  desarrollarse como individuo universal realizando todas sus vocaciones en acciones que no violen esas tres normas; ello ocurriría en el Ecomunitarismo, en todas las dimensiones que lo componen.   

 

Ahora bien, adoptando la posición sacralista en lo referente al conjunto de los no humanos se cortaría todo diálogo verdadero (tendiente a la búsqueda de la verdad y al entendimiento teórico) con cualquier persona que (como yo) no adhiera al sacralismo (aunque siga habiendo convergencia en la praxis de preservar y regenerar la salud de la Madre Tierra y de cada uno de sus hijos, mediante el cuidado amoroso,  respetando la tercera norma fundamental de la Ética).      

 

Pero en esa eventual revisión de la postura de Bautista queda la duda acerca de la relación práctica que debería haber con cada elemento de la Madre Tierra, en su condición de elemento sagrado. Pues la definición de lo sagrado establece su “inviolabilidad”. Eso significaría que no podríamos quebrar una piedra para hacerla parte de un muro, del pavimento de una calle o de la pared de una casa. Y que no podríamos arrancar el fruto que cuelga de un árbol (pues lo amputaríamos), o arrancar y deshojar una lechuga para comérnosla (pues la mataríamos y amputaríamos),  o ‘manchar’ o amputar las aguas de un río al lavar allí una ropa, o al alterar su cauce construyendo una presa, y mucho menos cabría desviarlo aunque sea parcialmente para fines de conducir agua potable hacia las residencias, o para el riego; y tampoco podríamos ‘contaminar’ el aire con el producto de nuestra respiración, etc.  

 

En resumen, respetando a rajatabla la eventual réplica-revisión de Bautista, el ser humano moriría de asfixia o por inanición al no poder “violar’ la sacralidad del aire y de los ríos, y de las plantas y ni que hablar de los animales que en ningún caso podrían ser sacrificados para fines de alimentación, o, incluso no deberíamos usar ningún producto de origen animal (como lo predican los veganos).   

Así, reiteramos, la sacralización del conjunto de la Madre Tierra y de cada uno de sus hijos (que ni siquiera los veganos practican, pues solo se abstienen de lo que tiene origen animal) por parte de los humanos, conduciría a la desaparición de la Humanidad.   

 

Mas queda como salida contra esta absolutización de la réplica-revisión hipotética  de la posición de Bautista el “camino del medio” (y aquí parafraseamos en otro contexto y con contenido  similar pero diferente la opción adoptada y preconizada por Buda) que aparentemente es el adoptado por los pueblos originarios; que derriban el árbol para hacer una canoa (o sea niegan la inviolabilidad de árbol) pero antes le piden disculpas por esa afrenta y le explican por qué y para qué se ven obligados a cometer ese atropello.  

 

Quiero hacer notar que nuestra posición atea ecomunitarista, a partir de la tercera norma fundamental de la Ética y del principio básico del Ecomunitarismo antes referido, coincide en la práctica con ese “camino del medio”, aunque no coincida teóricamente ni con los dichos de Bautista, ni con la sacralización de todos y cada uno de los elementos que componen el hábitat de los humanos.    

    

La cultura andina encontró su propio “camino del medio” estableciendo distintos niveles de sacralidad-inviolabilidad. Como Bautista se refirió a una piedra, abordaremos esos diversos niveles en lo que respecta a montañas, cerros, piedras y tierras. Para ello seguimos la descripción de los especialistas Pablo Cruz y Richard Joffre en su artículo de 2020 “Pukara de los wak’a. Cerros, muros concéntricos y divinidades tutelares en el altiplano centro-sur andino” (disponible en https://journals.openedition.org/jsa/18487 ). 

A los efectos de lo que aquí nos interesa, resumo la descripción de dichos autores como sigue. Sobre el conjunto de esos parajes nos dicen: “De hecho, la mayoría de estos sitios ceremoniales y formaciones geológicas ocupan hoy en día un lugar central en las narrativas ontológicas que cimientan las comunidades de esta parte de los Andes. En algunos casos, como en Sabaya, ellos fueron escenarios donde tuvieron lugar eventos religiosos fundacionales, muchas veces vinculados con una divinidad tutelar. En otros casos, como en Rosapata, remiten a una temporalidad mítica en la que los cerros y las montañas eran personas que, al igual que los humanos, podían desplazarse, relacionarse entre sí, mantener relaciones sexuales y reproducirse. Por tanto, estos sitios no son considerados como espacios fosilizados o monumentos rememorativos, sino como entidades que mantienen vigentes sus capacidades de agencia y de mediación, tanto sobre los humanos y demás seres vivos, como sobre los fenómenos meteorológicos y las divinidades mayores. Por tal razón la mayoría de estos SCC (sitios con cercos concéntricos) continúan funcionando como espacios primordiales para las prácticas religiosas colectivas”. 

Pero lo que aquí destaco-deduzco de la descripción de Cruz y Joffre es el hecho de que la cultura del altiplano centro-sur andino concibe-vive dos niveles de sacralidad de/en esos parajes. 

El primer y más elevado nivel es el de las altas cumbres, cuya inviolabilidad permanente solo puede ser transgredida en ocasión de los rituales que allí se realizan (por ejemplo, para pedir lluvias y rogar para que no haya granizo).    

Y agregan los mencionados autores que los curas que durante siglos a partir de la conquista se dedicaron a destruir millares de ídolos y pequeños lugares de culto para erradicar por la fuerza las creencias indígenas, nada pudieron hacer ante esos máximos representantes de la sacralidad-vida originaria que son las montañas.   

Mas la cultura que nos ocupa establece-vive un segundo y más bajo nivel de sacralidad que abarca a los cerros (más bajos que las altas cumbres) y las tierras y piedras en sus proximidades. En este segundo nivel hay lugar para “violaciones” diversas a través de la acción humana, pues esos parajes se usan para la agricultura (por tanto, con alteración-manipulación de la tierra), y también las piedras son allí manipuladas para formar los muros concéntricos que delimitan los lugares de culto. 

En resumen y respondiendo a nuestra advertencia acerca del camino sin salida y suicida que significa una sacralidad única asumida a rajatabla, la división andina en esos dos niveles de sacralidad impide la extinción de los humanos, pues les permite manipular parte de la Pachamama para su supervivencia y Buen Vivir comunitario-ecológico (que también es pregonado por el Ecomunitarismo).     

  

C  

 

Reivindicando el modo de sentir-pensar-vivir andino,  Bautista también repite la frase “Una cosa es creer en el indio y otra cosa es creer en lo que cree el indio”.  

Aplicada a nuestro tema dicha frase significa creer que todo, incluso una piedra, tiene carácter sagrado y por ende merece respeto.  

Así no se trataría ya de tener, desde la herencia-vivencia “blanca” de origen europeo (como ocurre en mi caso), solo una convergencia práctica con el modo de sentir-pensar-vivir andino en lo que respecta al amor y cuidado por la Madre Tierra y por todo lo que de ella  hace parte, sino de pasar por una verdadera conversión al modo de sentir-pensar-vivir andino.  

Que ello no es imposible lo demostraría, por ejemplo, el caso de no pocos europeos que se convierten (o por lo menos intentan convertirse) al budismo, y dicen que  adoptan, entre otras, las tesis de la impermanencia y del desapego.      

Pero basándonos en ese ejemplo podemos plantear la duda acerca de hasta qué punto esa conversión cultural es real, pues no es infrecuente que tales personas vivan una vida que nada tiene que ver con aquellas tesis; por ejemplo, esas personas, al tiempo en que se autodefinen como nuevos budistas, se dedican a actividades inseparables del apego. A ese respecto recuerdo que una vez un teólogo y filósofo latinoamericano de la liberación fue cuestionado por un joven inglés acerca de si dedicaba diariamente un tiempo a la meditación; a lo que el colega latinoamericano le retrucó preguntando si el inglés meditaba; éste le dijo que sí lo hacía un par de horas diarias; entonces el latinoamericano inquirió a qué se dedicaba el inglés; y éste le dijo secamente “a los negocios” (business); y entonces el latinoamericano le espetó: “eso es señal de que la meditación no te sirve de mucho”.  

Otro ejemplo es el de un colega (de cultura blanca-europea, como yo) que me dijo que quizá para un chamán un río es algo vivo; a lo que contesté que según mi herencia cultural la “vida” existe allí donde hay ADN y/o ARN, y que el río no los tiene; por lo cual,  según mi definición de la vida, el río no es algo vivo. Pero de inmediato agregué que ello no nos exime de cuidarlo al máximo, pues así nos lo exige la tercera norma ética fundamental (y en ese cuidado coincidimos con el chamán).

Dicho eso dejo constancia que de mi parte estoy dispuesto a ir más allá de la convergencia práctica con el modo de sentir-pensar-vivir andino, y en el día a día al ver una simple piedra intentar ver-sentir en ella la presencia de la Madre Tierra a quien debemos amor y cuidado. 

Y mucho más allá de esa buena disposición lo que propongo con el Ecomunitarismo es una construcción teórica y práctica intercultural de un nuevo orden comunitario-ambiental que camine hacia la superación del capitalismo, especialmente en Nuestramérica, y sobre todo en aquellos  países donde las poblaciones originarias tienen hoy un significativo peso demográfico-cultural, aunque sea en una de su regiones.  

Esa dimensión intercultural debe ser transversal a todas las dimensiones constitutivas del Ecomunitarismo: la economía ecológica y sin patrones, la política de todos (basada predominantemente en la democracia directa, de raíz comunitaria local), la educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada (en la educación formal y no formal, desde la comunitaria y la maternal hasta la Universidad, y que incluye una educación sexual del libre y sano placer consensuado, superadora del machismo y la homofobia, que existen tanto en las culturas originarias como en las llamadas occidentales, y, también, una educación física que promueva el deporte formativo no individualista-competitivo ni crematístico), una comunicación simétrica (que ponga en manos de las comunidades los medios hoy usados como instrumentos del capitalismo), y una estética de la liberación (que, en vez de reducir cada persona a una  simple consumidora de la pseudocultura de masas, le  permita crear y disfrutar la belleza en la vida, en el arte y en la naturaleza humana y no humana,  

Para tanto habrá de producirse, mediante un diálogo incesante, una conjunción entre lo que la cultura “blanca-europea” aporta como instrumentos teóricos y prácticos para superar el capitalismo y caminar hacia el Ecomunitarismo, y las tradiciones y vivencias originarias, negras , asiáticas y polinesias que en Abya Yala  desde siempre se han opuesto al capitalismo en nombre de una integración solidaria entre personas y del respeto a la Pachamama. Esto último incluye la recuperación, renovada y ampliada, de las prácticas tecnológico-productivas originarias que reducen, reutilizan y  reciclan los insumos y residuos, y usan energías limpias y renovables.  

 En la segunda parte de este artículo presentamos un ejemplo concreto de ese diálogo-conjunción al referirnos al discurso de Choquehuanca en la Cumbre de la Madre Tierra, realizada en México en 2022. 

Con esa conjunción el Ecomunitarismo supera tanto al racismo colonial blanco, muy vivo hasta hoy en los Estados latinoamericanos, como al racismo invertido que pretende renunciar a las contribuciones positivas de la cultura “blanca-europea” y de otras culturas no indias para la superación del capitalismo.  

En la construcción de esa conjunción, el Estado Plurinacional que en Bolivia está en construcción desde la llegada de Evo al Gobierno (y que hoy corre peligro por la incesante guerra de la derecha y del Imperio yanqui-OTAN, y también por la grieta que se ha abierto en el MAS entre quienes se identifican como seguidores de Evo y quienes dicen que siguen a Arce), es un espejo en el que deben mirarse nuestros países (para adaptarlo y corregirlo según cada realidad), al tiempo en que caminan hacia la constitución de una solidaria y soberana Abya Yala vivida como Patria Grande, abierta a la cooperación solidaria y ecológica con todos los pueblos del mundo. En ese contexto cada comunidad y Estado proporcionará a cada persona y familia un "buen vivir" frugal (como lo exige la tercera norma fundamental de la Ética), intentando acercarse a la realización del principio que reza "De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad". Las Milicias Populares serán el instrumento de defensa de ese Estado contra cualquier intentona golpista de la oligarquía racista y del Imperio. Pero/y caminando hacia el Ecomunitarismo y aplicándose las tres normas fundamentales de la Ética, con el tiempo ese Estado habrá de extinguirse.     

 

 

Parte II 

 

En octubre de 2022 el Vicepresidente de Bolivia pronunció en la Cumbre de la Madre Tierra celebrada en México un discurso de doce minutos que debería ser oído, discutido, complementado y puesto en práctica en todos los espacios de los movimientos ecomunitaristas (o poscapitalistas en general), comunidades indígenas, cooperativas, sindicatos urbanos y de campesinos, gremios estudiantiles,  asociaciones de vecinos y demás organizaciones asociativas en general, así como en todas las instituciones educativas de Nuestramérica (desde la educación primaria hasta la universitaria). Al fin de estas líneas y como Anexo va la versión integral de ese discurso (pedimos disculpas por la grafía de algunos términos en aymara, que improvisamos a partir de su fonética), que hemos trascrito a partir de su exposición en directo en youtube (https://www.embajadadebolivia.mx/david-choquehuanca-estuvo-presente-en-la-inauguracion-de-la-cumbre-madre-tierra-2022/).  

 

En estas breves líneas indicaremos solo telegráficamente algunas convergencias fundamentales entre la propuesta ecomunitarista y el contenido de ese discurso (aclarando que nuestro punteo no agota ni el contenido del discurso de Choquehuanca, ni la explicitación de las convergencias entre su discurso y la perspectiva ecomunitarista). Luego,  en un segundo momento, y también telegráficamente, nos preguntaremos por la puesta en práctica de ese discurso.  

 

A – Choquehuanca inicia su discurso diciendo: “Jaiaia hermanos y hermanas. Jaiaia’ significa ‘ por la vida’, porque todo lo que hacemos los pueblos indígenas es por la vida”. Desde la tercera norma fundamental de la Ética, que hemos deducido argumentativamente de la gramática profunda de la pregunta que la instaura, la propuesta ecomunitarista incluye la obligación de que velemos por la preservación y regeneración de la salud de la naturaleza humana y no humana; tal obligación incluye la preservación-regeneración de la vida, y se extiende más allá, hasta la manutención de los equilibrios sistémicos de y con los entes no vivos (como ríos y montañas, etc.).  

 

B – Dijo Choquehuanca: “La larga noche de la invasión colonial trastocó el orden del Mundo y puso de cabeza a nuestro Abya Yala (‘tierra madura de la eterna fertilidad y juventud en permanente renovación’, eso significa Abya Yala)”. Y más adelante afirmó: “Las invasiones coloniales y el capitalismo no respetaron ni respetan nada, ni antes, ni ahora, ni nunca. Las invasiones coloniales han sido una larga noche en nuestra Historia. Así como el capitalismo hoy en día es la oscuridad que pisotea y vulnera toda la dignidad humana y de nuestra Madre Tierra”.

Así hace una lúcida crítica a la colonización y al capitalismo, que el Ecomunitarismo comparte plenamente, por la devastación de especies animales y vegetales, y la amenaza a la sobrevivencia de la Humanidad, a raíz de la lógica del lucro y del consumismo (el modo de vida “sin límites” al que alude Choquehuanca) que han animado y animan al colonialismo y al neocolonialismo, y al capitalismo (neoliberal en su última versión). 

 

C – Choquehuanca llama a las hijas e hijos de la Madre Tierra a volver al camino del orden y del equilibrio, diciendo: “Las hijas e hijos de la Madre Tierra tenemos la obligación de cambiar, de voltear este actual estado de cosas, y de tornar al camino del orden y del equilibrio”. Desde el Ecomunitarismo, al proclamarnos hijos de la Tierra los humanos renunciamos a toda veleidad de posesión y dominio de la misma, y asumimos la obligación de amoldar de forma frugal los límites de nuestro modo de vida a la manutención de los equilibrios ecológicos.  A ese respecto, en base a la aplicación cotidiana de las tres normas fundamentales de la Ética, el principio que orienta el modo de sentir-pensar-vivir-producir-distribuir-consumir ecomunitarista reza: “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, RESPETANDO LOS EQUILIBRIOS ECOLÓGICOS Y LA INTERCULTURALIDAD”. No obstante debemos señalar que cuando Choquehuanca usa el verbo “volver”, presupone que en la cultura originaria (en su caso andina) el orden y el equilibrio estaban plenamente realizados, cuando en realidad sabemos que, por ejemplo, también en esa cultura imperaba (e impera) el machismo, y que el “orden y equilibrio” entre los géneros es una conquista que debe ser aún lograda en el futuro ecomunitarista, y no un legado del pasado (aunque éste sea indígena-originario). 

 

D – Choquehuanca nos conmina a ser “jiuasa” y “yambaie”, diciendo: “y hemos decidido volver a ser ‘jiuasa’ (jiuasa significa ‘no soy yo, somos nosotros’); volver a ser ‘yambaie’, y ‘yambaie’ es igual a ‘persona que no tiene dueño’”.

El ecomunitarismo, a partir de la primera y segunda normas fundamentales de la Ética pregona la exigencia de que breguemos por conseguir nuestra libertad individual de decisión, pero/y que lo hagamos en el contexto de la búsqueda de respuestas consensuales con l@s demás acerca de los desafíos de nuestra-nuestras vida(s) y  la vida y equilibrio en/del Planeta (según lo exige la tercera norma ética fundamental). Así somos “personas sin dueño” (yambaie), que afirmamos al mismo tiempo el “yo” y el “nosotros” (jiuasa), propiciando  que cada ser humano se realice como individuo universal. 

 

E – Dijo Choquehuanca: “Nadie en este mundo tiene que sentirse dueño de nadie ni de nada. No basta la lógica, sino que tenemos que complementar la razón con la fuerza del corazón” 

Buscando el Ecomunitarismo, tampoco no basta la lógica, sino que es necesario el concurso del corazón. Aunque los fundamentos de la Ética por nosotros re-establecidos tienen como mediación la lógica del lenguaje y del discurso argumentativo, hacemos nuestras las palabras del Che cuando dijo que un revolucionario está movido por grandes sentimientos de amor. Así, la luchadora y el luchador ecomunitarista se nutren a la vez del razonamiento y de un gran amor por los seres humanos, por todo ser viviente y por el Planeta en general. 

 

F – Dijo Choquehuanca: “…las hijas e hijos de la Madre Tierra nos autoconvocamos y realizamos un llamado a todos los seres  vivientes, humanos y no humanos,  para trabajar una alianza mundial de defensores de la Madre Tierra”.

Cuando Choquehuanca hace un llamado a los seres vivientes humanos y no humanos a constituir una alianza en defensa de la Madre Tierra, pone esa convocación en el contexto de la vivencia andina en la que “el abuelo fuego” las plantas y animales, y aún las montañas y ríos (mencionados más adelante) hacen parte de una gran Comunidad (que, como dice Choquehuanca, tiene su síntesis en el “ayllu” como sistema de vida también integrada por los ancestros; agregamos que en la creencia andina algunos de esos ancestros  pueden ser hoy montañas que en su tiempo se movieron, amaron y copularon). Desde el Ecomunitarismo, aún sin adherir a esa creencia como tal, derivamos a partir de la tercera norma ética fundamental la obligación que tenemos los humanos de RESPOSABILIZARNOS por la preservación-regeneración de la salud del conjunto de lo viviente y no viviente en el seno del Planeta. (Como ya lo explicamos en otros escritos, para los entes no vivos, la “salud” equivale a la manutención-recuperación de sus características físico-químicas promedio). Por eso en el Ecomunitarismo, y en especial en la economía ecomunitarista (ecológica y sin patrones) la satisfacción de las necesidades humanas legítimas siempre habrá de respetar con frugalidad la re-producción de todos esos otros co-hijos de la Tierra que, como hermanos,  nos acompañan en este Planeta.    

 

G – Dijo Choquehuanca: “Las invasiones dieron paso a un Planeta a imagen y semejanza del Occidente, donde se trató de extirpar y eliminar sin misericordia todo lo plural, el multiverso y el pluriverso; se trató de borrar nuestras culturas, nuestras lenguas, nuestras cosmovisiones, nuestras filosofías, nuestras epistemologías, y nuestras gnoseologías. Pero no lograron hacernos desaparecer”.

En su perspectiva intercultural el Ecomunitarismo comparte la denuncia del genocidio  y del etnocidio físico y cultural al que han estado sometidos los pueblos originarios a manos de colonizadores y capitalistas. Y con Choquehuanca nos alegramos de que los asesinos no hayan logrado borrar la memoria y la vida de esos pueblos, que hoy, tras cinco siglos de Resistencia en Abya Yala, nos dan el ejemplo de su modo de vida frugal, comunitario y ecológico. El Ecomunitarismo pregona que debemos aprender y nutrirnos de él, al tiempo en que en diálogo mutuamente enriquecedor, lo complementamos con lo que tienen que aportarle al Ecomunitarismo en Abya Yala otras herencias de  vidas y utopías, como parte de la “blanca-europea”, la negra, la asiática y la polinesia. Tal conjunción se realiza en la “complementariedad” a la que alude Choquehuanca, evitando todo tipo de racismo (no solo el ya conocido de matriz eurocéntrica, sino incluso otro en el que en nombre de la reivindicación de la cultura originaria se menospreciase el aporte de cualquier otra cultura en la lucha ecomunitarista). 

 

H – Dijo Choquehuanca: “Frente a los esfuerzos de los poderes capitalistas, imperiales, de ampliar los mercados y la mayor mercantilización de la Naturaleza, oponemos como alternativa la profundización de los derechos de los pueblos y el reconocimiento  de los derechos de nuestra Madre Tierra”.

El Ecomunitarismo hace suya la crítica de Choquehuanca a la mercantilización de la Naturaleza promovida cada vez más descaradamente por el capitalismo. Y en consecuencia propone la futura abolición de la esclavitud asalariada, con la abolición del salario y del propio dinero (porque la realización del principio básico del Ecomunitarismo, antes citado, presupone la satisfacción directa de las necesidades en bienes y servicios de cada persona, sin ninguna mediación dineraria, respetando la preservación-regeneración de la salud de la naturaleza humana y no humana, como lo exige la tercera norma ética básica).  

 

I – Dijo Choquehuanca: “El reconocimiento de los derechos humanos y el reconocimiento de los pueblos indígenas llegó muy tarde a la Humanidad; cando ya se habían cometido innumerables etnocidios, genocidios, y civilizaciones enteras ya habían desaparecido. Tenemos que luchar para que los derechos de la Madre Tierra no lleguen tarde a la Historia, cuando ya no haya salida posible y se hayan pasado todos los límites planetarios que impidan la reproducción de la vida”.

Oportuna y necesaria es la constatación de Choquehuanca de que el reconocimiento de los derechos humanos y de los pueblos indígenas llegó tarde a la Humanidad, cuando ya culturas enteras habían sido masacradas. Y no menos oportuno y necesario es su pedido de que lo mismo no ocurra con el reconocimiento de los derechos de la tierra, que, por nuestra parte y desde afuera del área del Derecho, reivindicamos a partir del contenido de la tercera norma ética básica. (No está demás recordar que en el Ecomunitarismo habrán de ser abolidos no solo el dinero, sino también el Estado, la Moral sustituida por la Ética constituida por Casi-Razonamientos Causales, y el Derecho Positivo, también sustituido por dichos Casi-Razonamientos Causales). 

 

J – Dijo Choquehuanca: “…por ello se tiene que ir más allá de los códigos de las leyes hechas por los hombres, forjando seres humanos y gobernantes que piensan y sienten como al Madre Tierra, y tienen como su eje de vida las leyes de la naturaleza, donde todos somos partes de una totalidad orgánica y simbiótica en permanente complementariedad”.

El Ecomunitarismo asume (en especial a través de dos de sus dimensiones que son la educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada y la política de tod@s) el sueño de Choquehuanca de que florezcan seres humanos que en su condición de simples ciudadanos y también cuando les toque ejercer alguna responsabilidad de administración-gobierno, hagan del respeto de las tres normas éticas fundamentales el eje de toda su vida. En relación a las funciones gubernamentales recordamos que el Ecomunitarismo propone que la vida comunitaria sea regulada lo más posible en base a ejercicios de democracia directa (a partir de asambleas, plebiscitos y referendos, hoy muy facilitados por las herramientas de internet, sobre todo para decisiones de alcance general y estratégico), y que los espacios de democracia representativa que sea indispensable mantener sean ocupados, de forma rotativa y con un máximo de dos mandatos en el cargo, por electos que puedan ser revocados por los electores a cualquier momento.       

 

K. Dijo Choquehuanca: “Esta Cumbre de la Tierra, de México, nos da fuerzas para seguir trabajando para volver al camino de la verdad, al camino de la hermandad, al camino del equilibrio, al camino de la complementariedad, al camino del consenso; para volver al camino de la armonía y de la paz”. Y también dijo: “Hoy, después de siglos de resistencia empezamos a decodificar nuestros saberes, para devolverle la belleza a nuestra Madre Tierra, recuperar nuestros lugares sagrados, nuestras propias formas de organización, y retornar a nuestro ‘ayllu’; ‘ayllu’ no solamente es un modelo de organización de sociedad; ‘ayllu’ es un verdadero sistema de organización de vida”.

La lucha ecomunitarista también es por la belleza y la paz, defendidas por Choquehuanca, en el marco de una vida comunitaria solidaria y preservadora-regeneradora de la salud de la naturaleza humana y no humana. La estética de la liberación es una de las dimensiones del Ecomunitarismo, donde cada persona es educada para disfrutar con la belleza de lo humano y de lo no humano, y para producir arte y gozar con las artes. Y solo en el Ecomunitarismo, superados los antagonismos de clase, de etnias y otros que existen en el capitalismo, podrá la Humanidad entera reconciliarse en paz como una gran familia que coopera solidariamente y resuelve pacíficamente sus eventuales diferencias. En el camino a la paz las actuales Fuerzas Armadas y Policiales al servicio del capital deben ser sustituidas por Milicias Populares Pluriculturales de integración voluntaria y rotativa. Y más temprano que tarde también esas Milicias habrán de disolverse casi totalmente, pues la Humanidad prescindirá de las armas (con excepción de aquellas que puedan servir para proteger al Planeta del choque de un meteorito o de una agresión alienígena; el manejo de dichas armas deberá ser aprendido por el pequeño núcleo restante, rotativo y renovado de generación en generación, de las Milicias).       

 

Dicho TODO eso nos preguntamos cómo el Gobierno del que hace parte Choquehuanca está o no poniendo en práctica todas las ideas defendidas en el discurso que comentamos. Y nos referimos a las esferas de la economía, la política plurinacional e internacional, la educación intercultural plurilingüe, la salud, la vivienda, el transporte, la Defensa y seguridad interna, etc. Pues no faltan voces de los movimientos sociales bolivianos que han impulsado el Proceso de Cambio, y también dentro del MAS, que acusan al gobierno del que Choquehuanca hace parte de practicar acciones de carácter capitalista (neoliberal) e incluso de derecha. Al mismo tiempo constatamos que infelizmente hay hoy en esos espacios una aguda disputa teñida de insultos entre quienes promueven la reelección de Arce y quienes apoyan la candidatura de Evo para la próxima elección presidencial. Al ponerse en primer plano esa guerra de egos es obvio que se está muy lejos de priorizar el “nosotros” y no el “yo”, como postula Choquehuanca, y que así  es violada la segunda norma ética fundamental. Y ello se produce cuando la oligarquía racista boliviana y el imperio yanqui-OTAN (y los cómplices de ambos) no cejan en sus esfuerzos (coronados temporalmente con éxito en el Golpe de fines de 2019) de acabar con el intento de construcción del Estado Plurinacional y Comunitario, orientado hacia la búsqueda del Buen Vivir.  

 

Bibliografía mínima

      

De la Fuente Arancibia, José y  Salas  Astraín, Ricardo (orgs.). Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco, Ariadna Ediciones, Santiago de Chile, Chile, 2021,  gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640    

   

López Velasco, Sirio. Ética ecomunitarista, Ed. UASLP, San Luis Potosí, México, 2009, gratuitamente accesible en https://rebelion.org/download/etica-ecomunitarista-etica-para-el-socialismo-del-siglo-xxisirio-lopez-velasco/?wpdmdl=654430&refresh=5ffa00fe3411b1610219774     

  

 

López Velasco, Sirio. Filosofía ecomunitarista aplicada. Textos breves 2022-2023 (org. Claudinei A. de Freitas da Silva), Ed. Fi, Cachoeirinha (RS-Brasil), 2023, gratuitamente disponible en https://www.editorafi.org/ebook/a042-filosofia-ecomunitarista-aplicada        

 

Anexo 

Discurso del Vicepresidente de Bolivia David Choquehuanca, vía remota en la Inauguración de la Cumbre Madre Tierra CDMX (del 26 al 28 de octubre de 2022) en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, el 26/1022; la transcripción es nuestra. 

“Jaiaia hermanos y hermanas. Jaiaia’ significa ‘ por la vida’, porque todo lo que hacemos los pueblos indígenas es por la vida. Por eso decimos ‘jaiaia’. Es un verdadero honor participar en este evento organizado de manera conjunta por la Universidad Ibero de la Ciudad de México, el Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad,  y el Earth Law Center de México. La realidad que vivimos en el mundo actual se manifiesta como una de las peores pesadillas a la cual nos han sometido a la Humanidad y a nuestra Madre Tierra. El odio y la destrucción entre seres humanos, así como la aniquilación sin misericordia, de miles de especies de plantas y animales, la muerte paulatina y sin contemplación  de la vida orgánica en el Planeta, la crisis climática resultado de un modelo de vida sin límites, entre muchas otras manifestaciones, de una cultura de la muerte institucionalizada, ponen al borde de una catástrofe mundial a nuestro Planeta. Las hijas e hijos de la Madre Tierra tenemos la obligación de cambiar, de voltear este actual estado de cosas, y de tornar al camino del orden y del equilibrio.   Y esa tarea no es de unos cuantos, sino de todos los que no hemos perdido la sensibilidad, la rebeldía, y quienes no aceptamos ningún tipo de sometimiento, y hemos decidido volver a ser ‘jiuasa’ (jiuasa significa ‘no soy yo, somos nosotros’); volver a ser ‘yambaie’, y ‘yambaie’ es igual a ‘persona que no tiene dueño’. Nadie en este mundo tiene que sentirse dueño de nadie ni de nada. No basta la lógica, sino que tenemos que complementar la razón con la fuerza del corazón. Por ello las hijas e hijos de la Madre Tierra nos autoconvocamos y realizamos un llamado a todos los seres  vivientes, humanos y no humanos,  para trabajar una alianza mundial de defensores de la Madre Tierra. La larga noche de la invasión colonial trastocó el orden del Mundo y puso de cabeza a nuestro Abya Yala (‘tierra madura de la eterna fertilidad y juventud en permanente renovación’, eso significa Abya Yala). Las invasiones dieron paso a un Planeta a imagen y semejanza del Occidente, donde se trató de extirpar y eliminar sin misericordia todo lo plural, el multiverso y el pluriverso; se trató de borrar nuestras culturas, nuestras lenguas, nuestras cosmovisiones, nuestras filosofías, nuestras epistemologías, y nuestras gnoseologías. Pero no lograron hacernos desaparecer. Hoy, después de siglos de resistencia empezamos a decodificar nuestros saberes, para devolverle la belleza a nuestra Madre Tierra, recuperar nuestros lugares sagrados, nuestras propias formas de organización, y retornar a nuestro ‘ayllu’; ‘ayllu’ no solamente es un modelo de organización de sociedad; ‘ayllu’ es un verdadero sistema de organización de vida. Las invasiones coloniales y el capitalismo no respetaron ni respetan nada, ni antes, ni ahora, ni nunca. Las invasiones coloniales han sido una larga noche en nuestra Historia. Así como el capitalismo hoy en día es la oscuridad que pisotea y vulnera toda la dignidad humana y de nuestra Madre Tierra, Esta Cumbre de la Tierra, de México, nos da fuerzas para seguir trabajando para volver al camino de la verdad, al camino de la hermandad, al camino del equilibrio, al camino de la complementariedad, al camino del consenso; para volver al camino de la armonía y de la paz. Los pueblos indígenas y los pueblos del Sur  donde las hijas e hijos de la Madre Tierra nos autoconvocamos para resistir a la colonización, a los liberalismos, capitalismos e imperialismos, (y) antropocentrismos, hoy proponemos a los pueblos del mundo despertar la energía comunal, movidos por la gran energía de la vida. Nuestra voz se nutre del retorno a nuestra nueva ligazón con el cordón umbilical, con nuestra Madre, para revivir y retomar nuestros propios horizontes de vida, cosmobiocéntricos, poniendo en el centro de la política nacional e internacional a la Madre Tierra y sus derechos. Frente a los esfuerzos de los poderes capitalistas, imperiales, de ampliar los mercados y la mayor mercantilización de la Naturaleza, oponemos como alternativa la profundización de los derechos de los pueblos y el reconocimiento  de los derechos de nuestra Madre Tierra. En ese contexto, la propuesta de los derechos de la Madre Tierra  asume un carácter subversivo, contestatario, crítico y rebelde, contra el egocentrismo, el antropocentrismo y el eurocentrismo. El reconocimiento de los derechos humanos y el reconocimiento de los pueblos indígenas llegó muy tarde a la Humanidad; cando ya se habían cometido innumerables etnocidios, genocidios, y civilizaciones enteras ya habían desaparecido. Tenemos que luchar para que los derechos de la Madre Tierra no lleguen tarde a la Historia, cuando ya no haya salida posible y se hayan pasado todos los límites planetarios que impidan la reproducción de la vida. La Madre Tierra nos comunica hoy día su dolor de muchos modos, pero los seres humanos no logramos entender ese lenguaje articulado por lluvias, tormentas, huracanes, inundaciones, sequías y terremotos; por ello se tiene que ir más allá de los códigos de las leyes hechas por los hombres, forjando seres humanos y gobernantes que piensan y sienten como al Madre Tierra, y tienen como su eje de vida las leyes de la naturaleza, donde todos somos partes de una totalidad orgánica y simbiótica en permanente complementariedad. Desde nuestro ser, con la fuerza de nuestros ancestros, desde nuestro multiverso, desde nuestra cosmobiovisión, desde nuestra pluriversidad, estamos seguros de que volveremos al camino de la noble integración, a nuestro ‘apagñan’, donde aprendemos a caminar con respeto a nuestras montañas, donde aprendemos a caminar con respeto a la lluvia, con respeto al abuelo fuego,  con respeto al agua, con respeto a nuestros ríos, con respeto a las mariposas, con respeto a las abejas, con respeto a la soberanía de nuestros pueblos, y con respeto a nuestra Madre Tierra. Ese no es un camino nuevo o desconocido, es el camino que hemos practicado por siglos las sociedades milenarias,  y que ahora lo proyectamos como un horizonte universal de vida. Para finalizar quiero expresar nuestro agradecimiento sincero a las hermanas y hermanos de México por seguir abriendo senderos para construir de manera colectiva, de manera conjunta, de manera comunitaria, de manera hermanada el equilibrio, la armonía y la paz.  ¡Jaiaia la Cumbre de la Tierra, jaiaia México, jaiaia Bolivia, jaiaia Abya Yala,  jaiaia los pueblos del mundo, jaiaia nuestra Madre Tierra!”. 


 

CRISTIANOCENTRISMO Y AUTONEGACIÓN XAVANTE: UNA CRÍTICA DESDE EL ECOMUNITARISMO

 

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com


Estas notas parten de un documental de 26 minutos que data muy probablemente de la primera o segunda  década del siglo XXI (a juzgar por la edad en ese entonces de los tres misioneros norteamericanos que, dice el film, entraron en contacto por primera vez con los xavantes en 1953), intitulado “Xavante Chronicles Part II – The new frontier”, y que aparece en youtube con el título (y subtítulos) en portugués de ““Primeiro contato com o povo A’ uwen (xavante)...”.  

Ese documental tiene un narrador (que habla inglés) y seis personajes principales (a los que se podría agregar como protagonistas secundarios  al cacique Eduardo y algunas personas más). Tres de ellos son misioneros protestantes norteamericanos (que en Brasil trabajan con una misión sudamericana de los traductores de la Biblia de Wycliffe, con sede en las cercanías de la ciudad de Cuiabá, capital del Estado brasileño de Mato Grosso, en el centro-oeste del país). Esos tres misioneros, que siendo muy jóvenes contactaron por primera vez a un grupo de xavantes en 1953, son Tom Young, Harold Reimer y Harry Bollback. Y los otros tres personajes principales son tres  ancianos xavantes (que en el documental aparentan tener unos ochenta años): Mateo, Bill y Francisco.  

Los xavantes son un pueblo originario que habita en el centro-oeste del Brasil, y en 2020 su población se estimaba en unas 22 mil personas. 

En estas líneas queremos destacar cómo en el film se manifiestan simultáneamente un notorio cristianocentrismo por parte de los misioneros, que consideran que su cultura y su religión son mejores (y en el caso de su religión, la única verdadera/correcta), y una notoria autonegación cultural en el testimonio de los tres ancianos xavantes (que sin duda resulta de la larga y constante prédica cristianocéntrica de los misioneros). 

A ese respecto es interesante notar que uno de los misioneros (Reimer) llega a citar la objeción de interlocutores que manifiestan que el pueblo xavante tiene su cultura y que habría que respetarla. Pero el misionero cree desmentir tal objeción refiriendo una supuesta costumbre en la ceremonia de iniciación de los jóvenes varones xavantes en la que los mismos llevarían al bosque a una muchacha de la tribu para abusarla sexualmente. Aun admitiendo la veracidad de ese hecho (no consignado en ninguno de los tres magníficos volúmenes que la Misión salesiana de Mato Grosso do Sul dedicó a través de la pluma de Giaccaria y Heide a la cultura xavante en los años 1975 y 1984; véase la bibliografía al final de estas líneas), no se puede dejar de contraragumentar que no se puede catalogar-estigmatizar a una cultura por un solo hecho/comportamiento. Y menos aún cuando, como Reimer, se concluye con las siguientes palabras: “Entonces ellos se hicieron cristianos. ¿Usted cree que ellos continuarán con eso? Claro que no; ellos saben que es equivocado. Entonces la cultura (hace gestos de comillas con las manos) es “destruida”. Gracias a Dios  que es destruida en ese aspecto”. 

Como se ve, se habla sin tapujos de la destrucción de una cultura, de la cual (en el caso, la xavante) en ningún momento ninguno de los tres misioneros entrevistados considera que la suya propia (incluyendo su religión) podría-tendría que aprender algo. O sea, se niega explícitamente en la práctica realizada con/respecto a los xavantes cualquier diálogo intercultural de mutuo aprendizaje.  

Mas, como sabemos, los xavantes tendrían mucho que enseñar a esos misioneros y a la cultura yanqui-blanca-occidental-capitalista, por ejemplo en materia de solidaridad comunitaria y de comportamiento ecológico.  

En relación a lo primero, para evitar que sólo el mejor cazador se beneficie con su destreza fuera de lo común, para todos los cazadores xavantes rige un código que establece con rigor qué parte de lo cazado (y de cada pieza ) debe distribuirse a los parientes y al grupo; de forma que toda la comunidad (hombres y mujeres, viejos y niños), recibe lo necesario para bien comer; nótese que la administración de la comida (caza y agricultura) es dada a la mujer. También impera un código de regalos recíprocos que establece que todos deben dar y recibir, pero nadie puede pedir más de lo que el otro puede dar, y cuando recibe, está obligado a dar (aunque esa compensación pueda demorar meses y aún años); ese código es tan importante en el juicio xavante que el único que en esa comunidad no tiene derecho a casarse es el egoísta (Giaccaria y Heide, 1984, p.60-71).  

Y en relación a lo primero y lo segundo, la tierra se distribuye para uso colectivo de los habitantes de una misma cabaña (hogar de varias familias que reciben según sus necesidades el uso-responsabilidad de un lote), y hay rotación de las áreas cultivadas al cabo de cinco o seis años, debido al agotamiento de la tierra; esa medida tiene alto valor ecológico, y de ella los “no primitivos” blancos deberíamos mucho aprender (Idem, p. 82-83 y 224-230). 

Hay que anotar también que en esa comunidad altamente organizada a través de los clanes y muy cohesionada por los lazos de solidaridad, no existe la figura del “niño abandonado” (tan común en las urbes de Nuestramérica y del llamado Tercer Mundo), pues la estructura de parentesco dentro de la tribu siempre prevé la existencia y acción de un responsable que debe hacerse cargo de cada menor. 

El misionero Bollback, a su vez, dice que si antes (de cristianizarse) los xavantes “robaban y mataban era porque pensaban que aquello era un modo de vida”, y aunque lo dice en un contexto en el que manifiesta que Dios ama a todas las personas (incluyendo a los xavantes, que lloran la pérdida de un hijo como cualquiera de nosotros, dice el misionero), destacamos el hecho de que, así como Reimer, Bollback reduce a la cultura xavante a tan solo  dos (supuestas) características negativas, sin reivindicar nada que pudiera ser bueno de la vida pre-cristiana de los xavantes. (Además cualquier interlocutor podría preguntarle a Bollback si en su cultura e incluso entre sus correligionarios no abundan los homicidios y los robos, “legales” o no).   

A su vez el hijo del misionero Tom cuenta que cuando su padre y los otros dos misioneros pasaban en 1953 con las embarcaciones de su expedición por un estrecho desfiladero, los xavantes, a quienes habían contactado por primera vez pocos días antes, les destinaron una lluvia de fechas; pero, dice el informante, un viento fuerte sopló y las flechas se desviaron para caer atrás de las canoas de la expedición. Con ello  se sugiere que Dios en persona estaba bendiciendo aquella incursión, lo que se refuerza cuando el informante concluye diciendo que a partir de aquel momento los 22 hombres brasileños que conformaban la expedición pasaron a oír atentamente las lecturas y comentarios bíblicos que Tom les hacía cada día a la hora de la cena. Al oír ese testimonio se constata que en la visión cristianocéntrica de algunos (¿muchos?) nada cambió desde la invasión de 1492 hasta el siglo XXI, pues consideran su arremetida en territorios indígenas para suplantar en ellos las milenarias culturas existentes por la de los invasores como una empresa querida y bendecida por Dios en persona, ya que el cristianismo es la única religión verdadera/correcta (y también lo es la vida “cristiano-capitalista”). 

Esa visión es tan clara que cuando el documental muestra la nueva visita en avioneta de Reimer en el siglo XXI a los indígenas cuya aldea conoció en 1953, éste aclara de inmediato (para sus correligionarios, mirando a la cámara) que algunos de sus huéspedes están entonces pintados porque aquel era el Día Nacional del Indio en Brasil (el 19 de abril), y que por eso “están celebrando y recordando algunas de las antiguas tradiciones que tenían hace años antes de que el Evangelio llegase hasta aquí”; con esas palabras demuestra otra vez que considera la cultura xavante como algo atrasado y de un pasado ya (felizmente, gracias a Dios) superado. Ratificando esa visión, al mostrar el interior de una casa xavante, dice Reimer que los xavantes “viven en casas muy simples y rústicas, con muy poco de lo que llamamos necesidades y conforts de la vida”; para agregar bonachonamente: “Pero Dios ama a estas personas tanto como a ama a usted y a mí”. Y remata: “Y otra cosa: esta gente es capaz de aprender; no es que ellas tengan un bajo QI, sino que ellas tuvieron muy pocas oportunidades de aprender. Y cuando tienen esa oportunidad ellos pueden entender lo que significa realmente nacer de nuevo. Ellas consiguen entender y apreciar el hecho de que Cristo es el Salvador y que el volverá  para cambiar su vida”. Aquí Reimer pasa por alto todo lo que los xavantes “aprendieron” por milenios dentro de su cultura (como por ejemplo, la solidaridad comunitaria y el comportamiento ecológico). Pero en el final de las palabras de Reimer hay que relevar una expresión que vuelve casi al final del video en boca del narrador, que dice: “Los xavantes necesitan ayuda en su lucha contra la pobreza, pero ellos aún tienen esperanza. No una esperanza en visitantes bienintencionados o en el gobierno. La gran esperanza de muchos de los xavantes es Jesús. Casi todas sus canciones expresan la promesa de la Biblia de que un día Jesús volverá y los llevará a un lugar mejor”. Esta conclusión es tanto más notable cuando se constata que el documental menciona las matanzas y robos de tierra de los que los xavantes han sido víctimas por parte de hacendados y empresas nacionales e internacionales; pero aún así no apuesta el narrador a ninguna medida de transformación social ecomunitarista que pueda devolverle a los xavantes la tierra y la garantía de que no serán masacrados, sino que, como en 1492, apunta a una vida xavante feliz solo después de la muerte, merced a la vuelta de Jesús. 

 

Y vale la pena destacar por lo menos otra “perla” del narrador. Cuando en el film la imagen muestra a una niña xavante de unos 7 años, dice el narrador (reiterando lo referido antes por Reimer): “Esta es la hija de Jonah, nieta de Francisco. A diferencia de la generación de sus abuelos, cuando ella se case ella será la única mujer de su marido. Ella nunca será sometida a las violencias de los ritos de pasaje de los jóvenes xavantes de su aldea”. Y remata: “Ella no crecerá para vivir en la ira y el miedo de la antigua cultura xavante”. Como se nota, otra vez dicha cultura es  resumida/reducida en/a dos perentorios trazos negativos: la ira y el odio. (Además un interlocutor podría preguntarle al narrador cómo se explica que los muy cristianos mormones estadounidenses tienen más de una mujer “legal”, además de las “ilegales” que ellos y/u otros muchos estadounidenses tienen).  

 

La otra cara del cristianocentrismo vivido e inculcado en los xavantes por los tres misioneros es la autonegación cultural expresada por los tres ancianos xavantes del documental (que visten a la occidental, aunque se expresan en xavante).  

 

Dice el anciano Mateo: “En el pasado los xavante eran muy desorganizados, eran malos, porque no tenían la palabra de Dios en sus vidas. Y por eso vivían de aquella forma, mal y desoganizadamente”. 

 

Y dice el anciano Bill: “Cuando yo era joven quería ser guerrero y estaba pronto para luchar y matar a cualquiera; pero después de que vinieron los misioneros y escuché la palabra de Dios quedé muy feliz de oír la palabra de Dios. Así mi vida cambió. Encontré a Cristo y eso me dio paz y alegría a mi corazón, lo que es muy importante para mí. No puedo vivir más de otra manera. Dios está en mí”. Incorporando la visión de Reimer y del narrador, Bill resume la cultura xavante precristiana a la ira del matar (sin por qué, cuando se sabe que desde la invasión de los blancos los xavantes lo hicieron para defender su territorio y su sobrevivencia como tribu).       

 

Veamos ahora el caso de la danza (en una posición de censura que hace recordar la de los actuales talibanes y que sin duda fue impuesta/inculcada por los misioneros). Dice Mateo: “Antes los xavantes tenían una vida inmoral. Por eso les gustaba la danza. Con esas danzas las mujeres danzaban con los hombres. Si quería la mujer danzaba y escogía con cuál hombre quería quedarse. Las mujeres no querían solo un marido y el hombre no quería solo una esposa. Y en los negocios entre hombres pagaban con mujeres para cualquier tipo de negocio”. Aquí hay que destacar cómo Mateo cataloga como “inmoral” a su propio pueblo, y  resume/reduce toda la riqueza cultural-comunitaria-religiosa-ritual de las danzas xavantes en un único aspecto relativo a la relación entre la danza y la poligamia y poliandria (“legal” o no), internalizando la obsesión/fijación  que desde 1492 los misioneros tienen en relación al matrimonio monogámico (negado desde siempre de forma “ilegal” en las tierras de las muy cristianas potencias conquistadoras/colonizadoras de Nuestramérica; además cabe preguntarse si la institución de la monogamia no deriva simplemente del prosaico y muy materialista deseo de establecer legalmente quién ha de ser el “legítimo” heredero, tanto del trono como de la fortuna). En todo caso, confirma nuestra lectura el testimonio del anciano Francisco cuando dice: “Antes de conocer a Jesús yo tenía dos esposas. Cualquier xavante podía tener 5 o 10 esposas”. Pero/y Francisco agrega de inmediato: “Como en las guerras había muchos hijos  muertos , cada hombre tenía muchas mujeres para tener muchos hijos”. Es interesante destacar aquí que, a diferencia de lo manifestado por Mateo,  Francisco nos da una clave muy concreta para entender el por qué (por lo menos un por qué) de la poligamia practicada por los xavantes; y tal por qué es el mismo que el Paraguay esgrimió en el siglo XIX  para tolerar la poligamia después de que su población (en especial la masculina) fue diezmada por la Guerra de la Triple Alianza.    

  

Dicho eso, es obvio que a partir del final de las palabras de Mateo recién citadas cabe reafirmar la necesidad  del imprescindible diálogo intercultural ecomunitarista (ver nuestros trabajos en la bibliografía final) que hay que mantener en postura de mutuo aprendizaje con los pueblos indígenas de Nuestramérica respecto del machismo (milenario en nuestra cultura “blanca” y también imperante en por lo menos algunas de esas culturas).    

 

Contrapunto a los tres misioneros y a los tres ancianos xavantes hace el cacique Eduardo (de unos 40 años), que aunque hablando en portugués dice vestido, pintado y armado como xavante  en el Día del Indio filmado por el documental: “Hacemos todas estas ceremonias para acordarnos de nuestros padres y abuelos, para acordarnos de donde vinimos; no queremos olvidar quiénes somos   y esas son las prácticas que nuestros antepasados tenían. Hacemos esto todos los años en este día para recordar nuestro pasado y nuestro derecho a estas tierras”.  

Como decía mi abuelo Emilio: “Más claro, echarle agua”. 

Es contando con la postura de Eduardo que proponemos un diálogo intercultural  de mutuos aprendizajes para que en esta Nuestramérica donde se cruzan las culturas originarias, blanca, negra, asiática y polinesia, avancemos unidos hacia el Ecomunitarismo, cuyo lema central, apoyado en la aplicación cotidiana de las tres normas éticas fundamentales,  reza: “De cada un@ según sus capacidades  y a cada un@ según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”.  

Bibliografía 

Bartolomeu Giaccaria e Adalberto Heide, Jerônimo xavante conta, Ed. Casa da Cultura, Campo Grande, Mato Grosso, Brasil, 1975. 

----  Jerônimo xavante sonha, Ed. Casa da Cultura, Campo Grande, Mato Grosso, Brasil, 1975. 

--- Xavante, povo autêntico, Ed. Casa da Cultura, Campo Grande, Mato Grosso, Brasil, 1984 (segunda edição). 

Sirio López Velasco, Filosofia ecomunitarista aplicada – Textos breves 2022-2023 (Org. Claudinei A. de Freitas da Silva), Ed. Fi, Cachoeirinha, Brasil, 2023; disponible gratuitamente en  

--- , “Por una conjunción ecomunitarista de vivencias en Abya Yala”, in Aporrea, Caracas, 25/8/20, 3 pp., en https://www.aporrea.org/internacionales/a294379.html 

---  "Arce y Choquehuanca: brevísimas notas", un Aporrea, Caracas, 9/11/20, 3 pp., en  

 

--- “Primeras hipótesis  ecomunitaristas sobre la alienación en las religiones  indígenas de Abya Yala”, aún inédito, 9 pp. 


 
PRIMERAS HIPÓTESIS ECOMUNITARISTAS SOBRE LA ALIENACIÓN EN LAS RELIGIONES INDÍGENAS DE ABYA YALA 

 

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com


Este esbozo inicial de ideas se apoya en los gigantescos hombros de L. Feuerbach y K. Marx. No obstante, aclaro de entrada: a) que tales ideas deben ser juzgadas por sí mismas (y no en una discusión de hasta dónde interpretan bien o mal a uno y/u otro de esos gigantes), y, b) que a diferencia del gran conocimiento “desde dentro” que Feuerbach (y Marx) tenía de la religiosidad cristiana (y en el caso de Marx, también judía), por mi  parte no tengo ese conocimiento de ninguna religión indígena de Abya Yala, y lo que sé de ellas (y solo de  algunas pocas de ellas) no pasa de informaciones primarias y superficiales.  Por eso este esbozo inicial aguarda los aportes de los pueblos indígenas de Abya Yala y de los especialistas, para corregirse, profundizarse, detallarse y ampliarse. 

1 – No es Dios quien crea al ser humano, sino que es el ser humano el que crea a Dios (y/o a los dioses). Y el ser humano crea a su Dios o dioses a su imagen y semejanza. Por ejemplo, los dioses griegos pueden tener ataques de celos o de ira como los que protagonizan los seres humanos. 

2 – Y el  ser humano aliena en el Dios cristiano sus cualidades, magnificándolas; así, porque el ser humano ama, tiene inteligencia y voluntad, ese Dios es amor, omnisciencia y omnipotencia. Por el proceso de alienación (“separarse de, sin reconocerse en…”) el ser humano no percibe que es él quien crea a Dios (o a los dioses)  y no se da cuenta de que ese Dios o dioses no son más que el compendio de sus cualidades magnificadas y/o la proyección de sus defectos. 

3 – En el cristianismo el creyente establece con su Dios una relación directa y absolutamente prioritaria en relación a cualquier otro vínculo; así son considerados vínculos subordinados, inferiores, e incluso obstáculos, los que el creyente pueda tener con otros seres humanos (por ejemplo sus familiares y la comunidad en la que vive) y la Naturaleza que lo cerca. 

4 -  Así ese creyente ve a lo más en la Naturaleza un objeto creado por Dios y que éste ha puesto a su disposición, para que sobre él ejerza su dominio.     

5 – Y ese creyente, en su alienación religiosa no percibe que es humano como resultado de y por su convivencia (comunitaria) con otros humanos.  

6 - Esa alienación en relación a los otros (su especie) se da en el capitalismo por la competencia entre individuos atomizados que tienen/ven en la mercancía, el mercado, y en suma en el Capital, objetos con vida propia que los dominan, cuando en realidad son productos de la acción y las relaciones humanas, y por lo tanto pueden ser abolidos por los humanos (para Marx, en el Comunismo). 

6.1 En el actual universo cristiano en Nuestramérica la llamada “teología de la prosperidad” (practicada en especial por varias iglesias evangélicas), no solo refuerza la ilusión-mentira de que Dios crea a los humanos, sino que también: a) asume acríticamente el capitalismo como entorno de vida “natural”, b) inculca la idea de que cualquier mejoría o empeoramiento en el nivel de vida económico del creyente no se debe a la presencia o ausencia de ninguna política social gubernamental, sino exclusivamente a un favor directo de Dios hacia el creyente individual, y, c) que ese favor es conquistado a través de la constancia y cantidad del Diezmo que el creyente pague a su pastor-iglesia (por lo que el uno se revela como un negociante, y la otra como un verdadero negocio-empresa que puede ampliar sus ganancias obteniendo exenciones fiscales, comprando tierras y/u otras empresas y medios de comunicación, y poniendo representantes suyos en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial).   

7 – La superación de la alienación cristiana del ser humano en relación a su especie supone y necesita la reconstitución de la vida comunitaria para que cada un@ reciba de la comunidad según sus legítimas necesidades (para desarrollarse según sus múltiples vocaciones y capacitaciones) en la medida en que contribuya a la formación del fondo comunitario con sus capacidades; todo eso, agregamos en óptica ecomunitarista, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad.   

8 – Para Marx, ya en su juventud, con Feuerbach había concluido la crítica a la religión y se imponía el desvelamiento y la crítica de/a las alienaciones profanas que oprimen a los seres humanos en el capitalismo. 

8.1  Así ya en el primero de los “Manuscritos  económicos y filosóficos de 1844” (de París), Marx ataca como separaciones que deben ser superadas en vista de la plena realización de los individuos: a) la alienación en relación al producto del trabajo (porque el trabajador no recibe el fruto de su labor, sino que solo a través del salario podrá encontrarse en el mejor de los casos en la condición de comprador/consumidor en el mercado con parte de lo que ha producido; en el capitalismo el producto del trabajo del trabajador pertenece al capitalista); b) la alienación en relación al propio trabajo (porque no es el trabajador quien decide si trabaja, para poder sobrevivir con su familia, sino que depende de la buena voluntad del capitalista que se decida a contratarlo; de ahí el desempleo crónico reinante en el capitalismo, y la posible muerte por hambre del trabajador que no logra ser contratado); c) la alienación en relación a la actividad productiva (porque una vez contratado no es el trabajador quien decide sobre el qué y el cómo produce, sino que es el capitalista quien da órdenes, directamente o a través de un representante, sobre  lo que el trabajador debe producir y cómo debe hacerlo); d) la alienación en relación a la Naturaleza (pues la misma ha sido privatizada como tierras, materias primas e insumos en manos del capitalista, de tal forma que aun en un caso extremo,  si el trabajador hambriento quiere saciarse con alguna fruta silvestre crecida en algún campo, un cartel de “Propiedad privada” le advertirá que no puede saciar su hambre de esa forma so pena de ir a la cárcel); e) la alienación en relación a otro ser humano; del trabajador en relación al  capitalista porque éste acapara y goza con lo que debiera satisfacer también las necesidades y vocaciones del trabajador (de ahí el enfrentamiento con el capitalista por, por ejemplo, el monto del salario, la duración de la jornada de trabajo, las condiciones laborales y los acosos laborales y sexuales); y también alienación del trabajador en relación a los otros trabajadores pues con ellos el trabajador compite por la posibilidad de acceder a un empleo y por permanecer en él (el desempleo siempre ronda como espada de Damocles sobre su cabeza, aún cuando lleve muchos años trabajando en una misma empresa, pues puede ser echado a cualquier momento y reemplazado por otro trabajador; o…por una máquina); nótese que, aunque la clase capitalista constituya alianzas para enfrentar las reivindicaciones de los trabajadores,   también hay alienación del capitalista en relación al capitalista,  materializada, por ejemplo, en la competencia para vencer/eliminar al competidor, y también por el acceso a las fuentes de financiación; por todo ello el capitalismo es el reino de la lucha de tod@s contra tod@s; y,  f) alienación en relación hacía sí mismo; porque en sus privaciones e infelicidad el trabajador no se siente bien en su piel y no reconoce en su existencia aquello que querría ser (abundan, por ejemplo, los trabajadores no cualificados que sueñan hasta su muerte con la posibilidad de haber sido maestros, ingenieros o médicos); a su vez el capitalista, por su función de tal, se ve también limitado en el desarrollo de sus múltiples  potencialidades y vocaciones humanas.   

9 – Ahora bien, en lo que sigue habremos de preguntarnos someramente si la alienación religiosa criticada por Feuerbach y las alienaciones profanas criticadas por Marx tienen lugar (y hasta qué punto) o no, en la religiosidad y vida indígena en Abya Yala. 

10 – En el capítulo XVII de “La esencia del cristianismo” Feuerbach estableció algunas diferencias importantes entre el cristianismo y las religiones paganas.  Así, por ejemplo destacó a) que en el paganismo, a diferencia de lo que ocurre en el cristianismo (y Marx dirá, en el capitalismo),  la relación con la comunidad es considerada fundamental para el ser humano. (Aristóteles, por ejemplo, juzgó que la amistad era indispensable a la felicidad humana, y concibió al individuo solo en relación al Estado del que hacía parte), y, b) que en el paganismo  la naturaleza no es un objeto creado por un Dios (los griegos, por ejemplo, no reconocían un Dios creador del Universo, que consideraban eterno). Y Feuerbach agregó que los paganos, “no ocultándose de la naturaleza, limitaban su subjetividad por la contemplación del mundo”(“La esencia del cristianismo”, p. 186). Hay que recordar que tanto para los griegos como para los romanos el íntimo vínculo-relación con la Naturaleza era diariamente reforzado a través del culto a las muchas divinidades que según ellos la poblaban (desde Zeus o Júpiter, señor del cielo y  los rayos, hasta Artemisa o Diana, diosa de la luna, de la vida salvaje y de la caza). En “La esencia de la religión” (p. 33) Feuerbach refiere que un inca le respondió a un misionero dominico: “Tú rezas a un dios que murió en la cruz; en cambio yo rezo al sol, que no muere nunca”.    

11 – Por nuestra parte destacamos en primer lugar que por lo menos algunas  religiones indígenas de Abya Yala reconocen la existencia de un Dios  (o más de uno) creador de la Naturaleza, por lo que podemos sostener q        ue los humanos de esos pueblos alienan en esa figura divina la gran capacidad creadora propiamente humana (ya que  el homo faber se destaca del resto de los animales por la cantidad y calidad de sus creaciones que transforman el mundo, o sea la Naturaleza que lo cerca, y su propia naturaleza). 

12 – Al mismo tiempo, en esas religiones, la Naturaleza es Pachamama, o sea, la Madre Tierra. Eso quiere decir que no es un objeto, sino un ser familiar entrañable, nada menos que una/la Madre de los humanos. Por eso, a diferencia de lo que ocurre en el cristianismo, el indígena nunca considerará a la Naturaleza como una posesión suya (idea que viene desde el Génesis bíblico), sino que, por el contrario, se considerará como inmerso y parte de ella, a la que debe amor, respeto y gratitud. (Por eso el indígena explicará al árbol por qué necesita derribarlo, y le pedirá perdón,  y el mapuche pide permiso a la tierra para instalar en un lugar su casa). Es tal el vínculo umbilical de los mapuches con el resto de la Naturaleza que no construyen templos, sino que celebran sus ceremonias religiosas en espacios naturales, como un bosque o una playa. No hay pues en los pueblos de Abya Yala alienación en relación a la Naturaleza. 

13– En tercer lugar, el indígena (al revés del cristiano descrito por Feuerbach y del individuo atomizado del capitalismo sacado a la luz por Marx) nunca está alienado de su comunidad. Al contrario, cree que solo en ella (por ejemplo en el ayllu aymara) puede vivir/realizarse como ser humano. Por eso toda la vida, económica, política, cultural, y religiosa se expresa a través de actividades comunitarias. Por ejemplo en lo económico esa expresión se da en espacios-actividades-distribución  directamente comunitarias, o en trabajos con ayuda recíproca (desde la siembra y cosecha, hasta la construcción de las casas, etc.).  

14– Pero el ayllu no es solo comunidad  humana; es también relación con la comunidad de los antepasados, con entidades benéficas o maléficas y con la Naturaleza circundante que a veces también contiene ancestros, como una montaña que se supone que en su tiempo se movió, amó y copuló; Feuerbach refiere que los patagónicos consideraban a las estrellas como ancestrales, y que un pueblo nativo del Orinoco, al referirse al sol, la luna y las estrellas, decía: “esos de ahí arriba son hombres como nosotros” (“La esencia de la religión”, p.  53).    

15– Y aquí tenemos otra expresión de alienación, pues esas entidades benéficas o maléficas (en la religión mapuche los espíritus benéficos masculinos o femeninos, y los malignos, que habitan bajo tierra), son proyecciones de cualidades humanas (como de la solidaridad que mueve al ser humano a dar ayuda a quien la necesita, o, por el contrario, de la animadversión/odio capaz de provocar heridas/enfermedades), sin que los indígenas en cuestión se den cuenta de que son tales proyecciones. 

16– También podemos preguntarnos si en esas religiones no hay alienación del individuo en relación a sí mismo, pues en el estrecho nexo individual-grupal que en ellas se observa, quizá la propia noción del individuo (y su libertad) no ha sido formada, en el sentido occidental moderno. Por eso quizá en esas culturas se precie tanto la conservación de lo pasado-presente y sea tan resistida la innovación; una expresión de ello es el gran peso que allí tiene la voz y autoridad de los ancianos, a la vez que se da/espera de l@s jóvenes una postura pasiva-obediente. En óptica ecomunitarista consideramos que debe ser promovido tanto el aprendizaje de lo mucho que los ancianos tienen para dar, como el papel innovador de l@s jóvenes, para bien de la mejoría de la calidad de vida de la comunidad y del desarrollo universal de cada individuo. Y al mismo tiempo defendemos la tesis de que no por ser nuevo lo nuevo es necesariamente mejor que lo viejo, sino que la comunidad habrá de deliberar en cada caso y con visión ecomunitarista sobre lo que cabe mantener o cambiar en función de una mejor aproximación al Ecomunitarismo. 

17– Desde el punto de vista ecomunitarista proponemos también a la vez: a)  la reivindicación de la vida comunitaria tan rica de/en los pueblos indígenas de Abya Yala,  para en ella hacer posible la plena realización de cada persona en su individualidad diversa (a la luz de las dos primeras normas fundamentales de la Ética), y, b) el amor y respeto  por y hacia la Pachamama, ejemplar en los pueblos de Abya Yala y que desde el Ecomunitarismo postulamos a partir de la aplicación de la tercera norma de la Ética que nos exige preservar y regenerar la salud de la Naturaleza humana y no humana. Todo ello para hacer realidad el principio fundamental del Ecomunitarismo que reza “De cada un@ según sus capacidades y a cada un@ según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”. 

18– Y al mismo tiempo proponemos un diálogo intercultural de mutuo aprendizaje en el que se aborden con las comunidades indígenas de Abya Yala por igual, la alienación religiosa cristiana y las alienaciones profanas capitalistas  (y las tragedias humanas que las mismas causaron y causan en el universo cristiano y en la destrucción practicada por el mismo en las culturas indígenas) y las alienaciones imperantes en las religiones indígenas (que hemos presentado en lo que antecedió). En ese diálogo también habrá de abordarse la alienación en relación a la mitad de la especie humana (las mujeres) que supone el machismo, bimilenario en la cultura cristiana y  también existente en por lo menos algunas de las culturas indígenas de Abya Yala; y también habrá de discutirse la relación entre los mayores y l@s jóvenes (problematizando tanto la exigencia de subordinación acrítica de l@s jóvenes a los mayores, como la falta de respeto y de aprendizaje de l@s jóvenes para con y en relación a los mayores, que hace que la comunidad desperdicie la gran experiencia y sabiduría vital de los ancianos).   

19- Por último recordamos telegráficamente en lo que sigue las diversas dimensiones interconectadas que componen el Ecomunitarismo, orden comunitario-ambiental poscapitalista basado en la aplicación cotidiana de las tres normas fundamentales de la Ética,  en el que se superan las alienaciones profanas del capitalismo y se supera toda alienación religiosa (y no solo la del cristianismo). Tal orden nunca será plenamente realizable, pero constituye una indispensable estrella guía para que la acción cotidiana no vague en círculos o sin rumbo.   

a) Una economía ecológica y sin patrones que funciona alimentada por energías limpias y renovables y aplica cotidianamente las 5 R (Reflexionar sobre qué planeta queremos legar a nuestros descendientes, Rechazar el consumismo y asumir voluntariamente la frugalidad ecológica, y Reducir, Reutilizar y Reciclar los insumos y residuos) para, en el marco de una conducta de frugalidad ecológica libremente asumida, aplicar el principio “de cada un@ según sus capacidades y a cada un@ según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”; así se prescinde del dinero (porque los productos ya no son mercancías, sino solo valores de uso), y, por consiguiente, del salario (porque cada persona recibe lo acorde a sus necesidades de forma directa, sin mediación dineraria), y la jornada productiva de cada persona (que rotará en las funciones según sus vocaciones y capacitación) se reduce al menor tiempo posible (para que cada un@ dedique el resto de cada jornada a desarrollarse como individuo universal según sus vocaciones, por ejemplo en las artes, y al simple ocio que permite gozar de la vida, desde que no viole las tres normas éticas básicas), pues entre los seres humanos  aptos no hay desempleados ya que y porque la tarea se reparte entre tod@s;  consideramos que en esa economía las unidades productivas comunitarias indígenas (respetuosas de la Madre Tierra) y las cooperativas, cuando son verdaderas, son un complemento necesario a la propiedad estatal-pública de las empresas estratégicas controladas por l@s trabajadoras-es y la ciudadanía en general (incluyendo a las comunidades indígenas); b) una política de tod@s apoyada lo más posible en la democracia directa (en especial mediante asambleas, plebiscitos y referendos, hoy muy facilitados por medio de la internet; las comunidades indígenas tienen una milenaria experiencia en materia de algunos de esos espacios de democracia directa, como lo son los asamblearios, donde, por ejemplo, en la tradición aymara, se busca la decisión unánime discutiendo todo el tiempo que sea necesario, para que el grupo no se divida mediante el voto en mayoría y minoría); esa política incluye el mutuo aprendizaje y la cooperación mutuamente solidaria entre los pueblos y culturas de Abya Yala y del mundo, creando la Organización de los Pueblos Unidos para la práctica permanente y a escala planetaria de la entreayuda solidaria de los pueblos, eliminando el dominio o primacía de cualquier pueblo sobre otro; en el plano militar y mientras sean necesarias las estructuras armadas, se formarán Milicias Populares de integración rotativa, para sustituir a los actuales cuerpos militares y policiales estatales y privados; c) una educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada (tanto en la educación formal como en la no formal, donde mucho hay que aprender de los pueblos de Abya Yala, por ejemplo, en su amor-respeto cotidiano hacia la Pachamama y los ancianos, y en su manejo de las hierbas medicinales), para, entre otras cosas, hacer realidad la economía y la política antes citadas; de esa educación hacen parte una educación sexual libertaria (que promueve el libre placer compartido de manera consensual, y combate el machismo y la homofobia, y también incluye la renuncia voluntaria a la sexualidad, como la practicó Gandhi), y una educación física formativa y cooperativa (que deja atrás al deporte competitivo y crematístico, predominante en el capitalismo); d) una comunicación simétrica que pone en manos de las comunidades (también de las indígenas) los actuales monopolios u oligopolios mediáticos (de prensa escrita, radios, TVs, y/o en redes vía internet); y, e) una estética de la liberación que a tod@s proporciona los medios para crear arte y a tod@s educa para disfrutar de la vida, de la Naturaleza (humana y no humana, cuya salud debe ser preservada-regenerada como lo exige la tercera norma básica de la Ética) y de las artes; en esa práctica y educación estéticas no puede faltar en la perspectiva intercultural ecomunitarista en Abya Yala la estética de los pueblos indígenas.       

 

Como se notará, en las características del Ecomunitarismo aquí reseñadas han quedado superadas las dimensiones profanas de la alienación denunciadas por Marx en los “Manuscritos económicos y filosóficos de 1844”. Porque: 1) no hay más alienación entre los productores libres libremente asociados en relación al producto de su labor, en la medida en la que todo el mismo vuelve a los productores, directamente en lo que cada uno según sus necesidades recibe del fondo comunitario como retribución a su esfuerzo dedicado a la producción de éste, o indirectamente a través de estructuras e instituciones de uso colectivo que lo benefician (escuelas, hospitales, carreteras, instalaciones de luz y agua potable, etc.); 2) no hay alienación en relación al trabajo pues cada persona participa en la elaboración del plan comunitario de producción-distribución-consumo que aprovecha las capacidades de cada una, eliminando el desempleo; 3) no hay alienación entre el productor y la naturaleza no humana porque en aplicación de la tercera norma fundamental de la Ética la producción se realiza mediante una administración comunitaria de la naturaleza no humana que ve su salud permanentemente preservada y/o regenerada; 4) no hay alienación entre los seres humanos pues la división de clases ha sido superada y todos los seres humanos cooperan entre sí solidariamente (desde el nivel local hasta el nivel planetario), sobre la base de una educación ambiental ecomunitarista que promueve el amor fraterno, que incluye un gozo solidario del fondo comunitario planetario construido con la participación de tod@s; y, 5) no hay alienación del ser humano en relación a sí mismo pues cada individuo recibe de la comunidad todo lo que necesita para desarrollarse como individuo universal (o sea según todas sus vocaciones y capacitaciones) y cósmico, y se ve realizado como persona (aunque siempre se perciba como imperfecto y en proceso de perfeccionamiento, pues no deja de ser un ser humano). 

Y al mismo tiempo ha sido superada la alienación religiosa denunciada por Feuerbach pues el ser humano es en el Ecomunitarismo el ser supremo para cada ser humano, en la medida en el que se  ha producido la síntesis consciente y voluntaria que supera la contradicción entre individuo y colectividad (así realiza el ser humano su ser genérico, pues la solidaridad comunitaria abarca a la Humanidad entera y el género humano deviene una entidad real), y el ser humano no se autoengaña más proyectando ilusoriamente las cualidades humanas magnificadas en un supuesto ser extrahumano perfecto-superior, o proyectando las cualidades y defectos humanos en supuestos seres extrahumanos.     

Bibliografía mínima 

Ludwig Feuerbach, La esencia del cristianismo (1841), Ed. Omegalfa, España, 2028; disponible gratuitamente en internet. 

Ludwig Feuerbach, La esencia de la religión (1845), Ed. Páginas de Espuma, Madrid, 2005, disponible gratuitamente en internet.  

Karl Marx, Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, Ed. Biblioteca Virtual “Espartaco”, España, 2001, disponible gratuitamente en internet. 

José A. de la Fuente y Ricardo Salas (Orgs., 2021), Introducción al Ecomunitarismo y a la Educación Ambiental - Una lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco, Ed. Ariadna, disponible gratuitamente en http://ariadnaediciones.cl/ https://doi.org/10.26448/ae9789566095330.16 

  

Sirio López Velasco (2023, Org. Claudinei A. de Freitas da Silva), Filosofía ecomunitarista aplicada, Ed. Fi, disponible gratuitamente en https://www.editorafi.org/ebook/a042-filosofia-ecomunitarista-aplicada        

 

Sirio López Velasco, “Ecomunitarismo y Pachamama” (2023), en  https://www.aporrea.org/actualidad/a325595.html  

Sirio López Velasco, “Cristianocentrismo y autonegación Xavante: una crítica desde el Ecomunitarismo” (2024), en https://www.aporrea.org/internacionales/a327833.html 

Sirio López Velasco, artículo “Sobre la religión: un error lógico básico de Hinkelammert” (2024), 5 pp., aun inédito. 


 
SOBRE LA RELIGIÓN: UN ERROR LÓGICO BÁSICO DE HINKELAMMERT

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)   

  

 

Dice Franz Hinkelammert en la Reflexión Final del Cap. 5 de su libro “La crítica de las ideologías y de la religión – Volver a Marx trascendiéndolo” (Ed. CLACSO, Buenos Aires, 2021, p. 169):  

“Las conclusiones que Marx saca de su crítica de la religión presuponen que la imaginación marxiana del comunismo es algo que se puede realizar con la práctica humana. De eso sigue la muerte de la religión como consecuencia de la realización del comunismo. Sin embargo, si la imaginación del comunismo resulta no realizable, entonces cambian las conclusiones que se derivan de la crítica marxiana de la religión”.  

 

Aquí Hinkelammert incurre en el muy conocido sofisma de falsa contraposición, aclarado por la Lógica Clásica desde hace mucho tiempo; así, la forma de razonamiento en cuestión no es una forma válida de razonamiento.   

 

Recordemos que una forma de razonamiento es válida cuando no existe ningún razonamiento con esa forma en el cual es verdadera la conjunción de sus premisas y, sin, embargo, su conclusión es falsa.  

Así, una forma de razonamiento es válida cuando la fórmula sentencial a ella asociada es una tautología. 

 

Recordemos: 1) que una fórmula sentencial es una tautología cuando su columna de evaluación está constituida solamente por símbolos de “v”, o sea de “verdadero”; 2) que cuando una fórmula sentencial representa una forma de razonamiento, la columna de evaluación de dicha fórmula sentencial está ubicada debajo del operador de implicación (representado aquí en lo que sigue por la segunda flecha “→”, de izquierda a derecha, que aparecerá en la fórmula sentencial) que separa a las premisas, por  un lado, de la conclusión, por el otro.  

 

Ahora bien,  la columna de evaluación de la fórmula sentencial que representa a la forma de razonamiento usada por Hinkelammert, no contiene solo símbolos de “v”; así esa fórmula sentencial no es una tautología; por lo que la forma de razonamiento en cuestión no es lógicamente válida.  

 

La forma usada por Hinkelammert tiene como primera premisa “Si la imaginación marxiana del comunismo se puede realizar por la práctica humana, entonces la religión muere” (que leemos “p implica q”).  

Su segunda premisa dice: “La imaginación marxiana del comunismo no se puede realizar por la práctica humana” (que leemos “no p”).  

Y de la conjunción de ambas premisas saca Hinkelammert la conclusión “La religión no muere” (que leemos “no q”).  

 

Representamos aquí a la implicación por la flecha “→”;  la negación se representa por la tilde, o sea la “viborita”; y la conjunción “y”, que une a las dos premisas, se representa por un punto.  

 

En resumen a ese razonamiento se asocia la siguiente forma   

 

Pr. 1   p → q  

Pr. 2   ~ p   

Ccl. ~ q  

 

En síntesis representamos esa forma de razonamiento como sigue: 

  

     p → q  .  ~ p  

    -------------------  

          ~ q  

  

(Hemos puesto la conjunción de las premisas arriba de la línea punteada, y la conclusión debajo de ella) 

 

A esa forma de razonamiento corresponde la fórmula sentencial que sigue: 

 

((p → q ). ~p) → (~q) 

 

(En ella ponemos en implicación a la conjunción de las premisas con la conclusión) 

 

Recordemos resumidamente la tabla veritativa de cada uno de los operadores lógicos aquí utilizados: 1) si una sentencia, en este caso “p” o “q”, es verdadera, su negación es falsa; 2) para que una conjunción sea falsa basta que una de las sentencias que la forma,  en este caso “p” y “q”, sea falsa; 3) una implicación es falsa solo cuando su antecedente, o sea la sentencia que va antes de “→” es verdadera, y su consecuente, o sea la sentencia que va después de “→”, es falsa. 

 

Ahora bien, al hacer el cálculo, se comprueba que la referida fórmula sentencial no es una tautología (o sea que puede haber por lo menos un razonamiento al cual se puede asociar la forma de razonamiento representada por esa fórmula sentencial, en el que la conjunción de las premisas es verdadera, pero la conclusión es falsa; de donde resulta que la implicación que va de la conjunción de las premisas, por un lado, hacia la conclusión, por otro, es falsa; y, por tanto, en la columna de evaluación de la referida fórmula sentencial aparece por lo menos un símbolo de “f”). 

Así el hecho de que la fórmula sentencial no sea una tautología determina que la forma de razonamiento que ella representa no es válida.   

 

Sigue abajo el cálculo, resumiendo  la indicación de los valores veritativos (“verdadero” o “falso”) al mínimo indispensable: 

 

p  l  q    ((p → q) . ~p) → (~q) 

 

v      v                  f         v    f  

v      f                   f         v    v 

f       v                  v        F    f 

f       f                   v        v    v    

                                   

En la tercera línea del cálculo se verifica que cuando: 1)  “p” es falsa y “q” es verdadera, 2) la conjunción de las premisas es verdadera; ver el símbolo de “v” que en esa línea está debajo del punto que representa la conjunción de las premisas, 3) pero la implicación (la segunda flecha → de izquierda a derecha en la fórmula sentencial) entre la conjunción de las premisas y la conclusión es falsa, lo que hemos señalado con la letra “F” mayúscula; o sea, que en la tercera línea de la columna de evaluación de dicha fórmula sentencial hay un valor que no es “v”, sino “f”, o sea, es “falso” 4) y ello ocurre porque en esa tercera línea de cálculo el antecedente de la implicación que separa la conjunción de las premisas por un lado, de la conclusión, por el otro, es verdadero, pero su consecuente es falso, en la medida en que la conclusión (“~q”) es falsa. 

(Reiteramos que el único caso en el que una implicación es falsa es aquel en el que el antecedente de la implicación es verdadero y su consecuente es falso). 

Ese símbolo de “falso” (F) en la columna de evaluación indica que la fórmula sentencial en cuestión no es una tautología, y, por lo tanto, la forma de razonamiento que ella representa no es una forma de razonamiento válida.  

 

Apreciemos en lo que sigue un ejemplo de un razonamiento al que podemos asociar la forma de razonamiento en cuestión y donde vemos que hay claramente un error en esa forma de razonar.  

La sentencia “p” dice “Este número es un 4”. 

La sentencia “q” dice “Este número es divisible por 2”. 

Así la primera premisa (p → q) del razonamiento dice “Si este número es un 4 entonces este número es divisible por dos”. Y esa premisa es verdadera. 

La segunda premisa (~p) dice “Este número no es un 4”. Y esa premisa es verdadera si el número es un 1, o un 5, o un 7; pero también es verdadera si el número en cuestión es un 6, o un 8, o cualquier número par; ahora bien, si el número en cuestión es un 6, un 8 o cualquier número par, la conclusión (~q) que dice “Este número no es divisible por 2”, es falsa.  

 

A partir de Aristóteles la Lógica Clásica establece que tenemos derecho a rechazar una forma inválida de razonamiento sin entrar siquiera a considerar el contenido de los enunciados que la componen (en sus premisas y su conclusión). Y eso se puede hacer con el razonamiento empleado por Hinkelammert que aquí  hemos analizado.   

 

En lo que concierne a los contenidos abordados por Hinkelammert en el citado fragmento, si bien los mismos requieren un análisis más detenido ( ver, por ejemplo, mis dos textos de 2024 citados en la bibliografía final de estas líneas), resumo lo medular de mi posición/visión como sigue. 

 

La misión nunca acabada de los humanos en su búsqueda de superación de su alienación religiosa (y profana) y por realizarse como individuos universales y cósmicos, al contrario de lo que deduce Hinkelammert,  NO valida la religión, sino que confirma el carácter utópico del Ecomunitarismo, en el sentido que Fernando Birri dio a la Utopía diciendo: es algo que cuando caminamos en su dirección diez pasos se aleja diez pasos, y cuando avanzamos cien pasos se aleja cien; pero/y si se nos pregunta para qué sirve la Utopía, responderemos: pues sirve, precisamente, para que no cesemos de caminar.  

Así concebimos al Ecomunitarismo como el orden comunitario-ambiental poscapitalista utópico regido en su día a día por las tres normas fundamentales de la Ética y por el principio que reza “De cada un@ según sus capacidades  y a  cada un@ según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”; tal orden, no siendo nunca plenamente alcanzable, es, no obstante, una indispensable estrella guía para que nuestra acción cotidiana tenga un rumbo claramente definido, y no vaguemos en círculos o sin dirección fija. 

 

Bibliografía mínima 

 

Ricardo Salas Astraín y José Alberto de la Fuente Arancibia (Orgs.), Introducción al Ecomunitarismo y a la Educación Ambiental. Una lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco, Ed. Ariadna, Santiago de Chile, 2021, disponible gratuitamente en https://zenodo.org/record/5745105#.YaZXEdDMI2w ,  

 

Sirio López Velasco, Fundamentos lógico-lingüísticos da ética argumentativa, Ed. Nova Harmonia, São Leopoldo, Brasil, 2003. 

---, Filosofía ecomunitarista aplicada - Textos breves 2022-2023, (Org. Claudinei A. de Freitas da Silva), Ed. Fi, Cachoeirinha, 2023, disponible gratuitamente en   

---- “Cristianocentrismo y autonegación xavante: una crítica desde el Ecomunitarismo” (2024), en https://www.aporrea.org/internacionales/a327833.html 

---- “Primeras hipótesis ecomunitaristas sobre la alienación en las religiones indígenas de Abya Yala” (2024), en https://www.aporrea.org/internacionales/a327907.html 


 

Imagen: Versión de @colectivofilopoiesis mediante IA "Dall-E"


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