(haikus desde Argentina)
Escrito por Adrián Ferrero
Los haikus, como toda composición con reglas fijas, ha sido adoptado por varios occidentales, no todos célebres, para volcar en ellos la sensibilidad, la sensorialidad, la emoción, la pasión, las ideas. Por supuesto que una composición como esta sabemos que es de origen japonés. Oriunda de tierras y tiempos remotos. También que seguramente esta forma se conjuga con una serie de premisas filosóficas o bien, más ampliamente, un universo cultural. Aun así, como el soneto, que nació en Italia y se dispersó hacia todos los puntos cardinales, por lo pronto se generalizó en Europa. Sus temas, vinculados sobre todo
al amor, como los de Dante Alighieri (del siglo XIV), más ampliamente se abrieron hacia diversos horizontes semánticos. El haiku, cultivado por Borges, depara milagros. Más cerca de mi realidad geográfica y cultural, en la ciudad de Ensenada, Argentina, concretamente son escritos por la autora y música Nury Busquets, quien me introdujo en un universo creativo de particular exigencia. Siempre había sido yo quien controlaba la calidad y la extensión de mis poemas según un parámetro ligado al verso libre, arbitrario y a poemas extensos. Por el contrario, la intensidad del haiku, entonces, estriba en su economía. Fui yo quien debió ajustarse a un tipo de forma que ofrecía pautas muy concretas y exigentes. Me
permití, en estos haikus que se leerán a continuación, una variedad semántica de una enorme diversidad. Desde un poema sobre un ícono de la belleza de EE.UU. que sedujo al mundo, hasta otros tantos sobre la naturaleza (mi dominante abordaje del haiku, precisamente).
I.
La libélula
en su vuelo rasante.
Gotas de seda
II.
La lija fugaz
Cepilla el madero.
Polvo sagrado.
III.
Llueven poemas.
Pequeñas gotas de sal.
Nubes estallan
IV.
Cólera del mar.
Olas embravecidas.
Algas escuchan.
V.
Latidos de luz
Día soleado sin sol.
Corazón roto.
VI.
El acueducto
derrama manantiales.
Su transparencia
VII.
Lenta tu boca
en el beso matinal.
El amor late.
VIII.
Marilyn sueña.
Chanel número 5
en las sábanas
IX.
Arden las frondas.
El bosque es un jardín
sin sus retoños
X.
Ballena franca.
Turbulencias en el mar.
La luna cae.
XI.
En el Mar Negro
los peces nacen ciegos.
Noches sin luna
XII.
Los olivos son
en el pico del ave
pequeñas pruebas.
XIII.
El agua mansa
derrama su frescura
cubriendo el mar.
XIV.
Blanca escarcha
deja la voz del trueno
por la mañana
XV.
El hombre joven
se ausenta de la reunión.
Las aves cantan.

Imagen: "Tetísima y la gran paciencia Universal".
Autora: Azucena Salpeter
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