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Sirio López Velasco

15 ESCRITOS SOBRE Y DESDE EL ECOMUNITARISMO. SIRIO LÓPEZ

Escrito por Sirio López Velasco



ÍNDICE:


  1. ¿Puede haber buen vivir en el capitalismo?

  2. Ecomunitarismo y descolonización: una introducción más allá de la filosofía y las ciencias

  3. Ecomunitarismo y Frei Betto: políticas sociales y educación

  4. Ecomunitarismo y Bolivia: definiciones fundamentales

  5. El hombre que visitó a Artigas en 1835

  6. Ecomunitarismo: ¿Quién hace la revolución?

  7. Fútbol: ¿Opio del pueblo? La respuesta del ecomunitarismo

  8. Filósof@s y propuestas revolucionarias: la visión ecomunitarista en poquísimas palabras

  9. Nuestramérica ecomunitarista soberana ante Ucrania: Ni EEUU-OTAN, ni Rusia, ni China.

  10. En óptica ecomunitarisma 50 años después. El programa de los tupamaros sigue vigente.

  11. Ecomunitarismo y "poder": notas aclaratorias.

  12. La posición ecomunitarista: Nuestramérica soberana (Ni EEUU-OTAN, ni Rusia, ni China).

  13. Para quién y por qué escribo hoy. Una breve respuesta desde el ecomunitarismo.

  14. Por la ruptura ecomunitarista con la "casta" política. Breves notas a partir de una chispa.

  15. ¿Por qué tener el derecho de jubilarse a una cierta edad y de hacerlo con una retribución decente? Una brevísima respuesta ecomunitarista (y no solo para Uruguay).


 

PRIMER ESCRITO


¿PUEDE HABER BUEN VIVIR EN EL CAPITALISMO?

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Hace muy poco publiqué un brevísimo texto intitulado “Redefinición ecomunitarista del Buen Vivir en Abya Yala” (ver https://www.aporrea.org/internacionales/a320906.html y https://www.filopoiesis.cl/post/tres-textos-de-sirio-l%C3%B3pez-sobre-el-ecomunitarismo ). De inmediato recibí un email de un profesor universitario peruano que decía que se puede “vivir bien” también en el capitalismo.

Aquí me propongo aclarar de manera muy sucinta la diferencia entre ese “vivir bien” y el “Buen Vivir” que redefiní en perspectiva ecomunitarista.

En el capitalismo logra “vivir bien” aquel que alcanza un buen grado de “confort”, independientemente de lo que le suceda al resto de la Humanidad. Así, por ejemplo, ese sujeto considera que “vive bien” si tiene una espaciosa casa dotada de piscina climatizada y de todos los electrodomésticos disponibles en el mercado, se mueve en un automóvil de gama alta o por lo menos media, tiene una cuenta bancaria bien nutrida, y hace viajes turísticos de alto o por lo menos medio padrón. Y a ese “feliz” propietario y viajero le tiene sin cuidado el hecho de que, como sucede en la actualidad, por lo menos una octava parte de la Humanidad pase hambre y no tenga cuidados básicos de salud (incluyendo a muchas personas cercanas a su residencia, como sucede no raramente en algunas urbes latinoamericanas en las cuales algunos barrios ricos están rodeados de asentamientos populares miserables). Y, además, el goce de ese confort individual-individualista se hace de espaldas a lo que le pueda pasar al conjunto de la naturaleza no humana; pues el capitalismo, guiado por el ansia de lucro, además de causar la infelicidad de la mayoría de la Humanidad, y en especial de aquella parte que sufre el hambre y la falta de cuidados de salud, destruye diariamente numerosas especies animales o vegetales, contamina de forma a veces irreversible tierras, aguas y aires, y desertifica inmensos territorios. Y digo “la infelicidad de la mayoría de la Humanidad” pues como lo expliqué en otros trabajos, en el capitalismo tampoco es feliz en su estrés e inseguridad diarios ni siquiera aquel rico propietario que supuestamente “vive bien”; el desamor (e incluso la soledad), la pérdida del empleo o función que le da su “confort” o el temor constante ante la eventualidad de esa pérdida, el miedo a la violencia que acecha diariamente en cada esquina (y que incluye la posibilidad cotidiana del asesinato, el asalto o el secuestro), hacen de ese rico propietario un ser infeliz que busca imposible remedio en los consultorios de los psicólogos o en los efímeros ejercicios de meditación religiosa o de caridad que salpican su angustiada existencia.

Y ni hace falta recordar que hoy en el capitalismo, además de los ochocientos millones de personas que pasan hambre, tampoco tienen un buen pasar otros miles de millones que sufren la violencia cotidiana de las agresiones físicas y/o psicológicas, y/o de los robos, y/o de la desocupación o trabajos precarios, o penosos, o no deseados, y/o de salarios o jubilaciones bajos, y/o de falta o insuficiente agua potable o saneamiento, y/o de falta de vivienda decente, y/o de sistemas de salud ineficientes, etc. Así se completa la mayoría infeliz de la Humanidad, que no “vive bien” hoy.

Ahora bien, el Buen Vivir que he redefinido en perspectiva ecomunitarista es muy diferente al supuesto “vivir bien” capitalista. Porque en el Buen Vivir ecomunitarista: 1) respetando la segunda y tercera de las tres normas fundamentales de la Ética, el pasar bien de cada persona se asocia por libre voluntad y acción de la misma al pasar bien de la comunidad (desde la local hasta la Humanidad en su totalidad); esa visión y modo de vida se materializa en una permanente acción solidaria con y respecto a los demás, para tratar de realizar de más en más el principio ecomunitarista que reza “de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”; esa acción solidaria hace de toda la Humanidad una gran familia donde la entreayuda es cosa de todos los días; y, 2) en el Buen Vivir ecomunitarista la citada manera de satisfacer las necesidades de cada persona para que la misma se desarrolle multilateralmente como individuo universal (según sus vocaciones) a la par que gracias a su labor comunitaria solidaria puede hacer lo mismo el conjunto de sus congéneres, se da simultáneamente con la permanente preservación-regeneración cuidadosa/amorosa de toda la naturaleza no humana, merced a la acción individual y colectiva (que abarca desde lo local hasta el Planeta por entero); tal es el concepto y modo de vida ecológicos que los pueblos originarios de Abya Yala tuvieron desde siempre de y en el seno de la Pacha Mama; en la óptica ecomunitarista tal concepto y modo de vida implican la adopción de la frugalidad ecológica voluntaria (opuesta al consumismo capitalista de nuestro “feliz” propietario que supuestamente “vive bien”) en el contexto del diario cuidado amoroso de nuestra Madre Tierra.

Que conste que yo, pobre individuo deformado por el capitalismo, estoy muy lejos de practicar las actitudes ecomunitaristas que espero que las nuevas generaciones puedan hacer suyas, inspirándose en los ejemplos de nuestras comunidades originarias, del Che, de “Bebe” Sendic y de Gandhi.

Ahora bien, la implementación integral y combinada de las diversas dimensiones del Buen Vivir ecomunitarista tal como las presentamos resumidamente en “Redefinición ecomunitarista del Buen Vivir en Abya Yala” solo puede realizarse en un orden comunitario-ambiental situado más allá del capitalismo: el Ecomunitarismo. Pero hay que aclarar que en el proceso de superación del capitalismo puede haber realizaciones parciales de las mismas que aportan a sus protagonistas vivencias felices. Eso ocurre en el día a día de familias amorosas y relaciones amistosas en el seno de cualquier etnia, y en la fuerte solidaridad comunitaria y prácticas ecológicas de las comunidades de los pueblos originarios. Y también, por ejemplo: a) en cooperativas verdaderas (por ejemplo de producción-distribución-consumo o de viviendas) donde se trata de aplicar por lo menos en parte el principio “de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”, b) en prácticas de democracia directa (por ejemplo en decisiones asamblearias tanto en las comunidades originarias como en las citadas cooperativas o en asociaciones de vecin@s, movimientos sociales, y otras instancias de organización colectiva), y en los mecanismos asamblearios, plebiscitarios o referendarios que puedan implementarse en cada localidad, región, Departamento/Provincia/Estado o país (que en algunos casos ya han permitido, por ejemplo, que el agua sea declarada un derecho humano, impidiendo así su privatización y contaminación o agotamiento), c) la educación ambiental ecomunitarista puede ya implementarse en ciertos espacios de la educación formal y no formal, aunque sea de forma parcial, según la voluntad de l@s educadoras-es y la libertad y medios que logren conquistar para su acción, d) la comunicación simétrica ya puede hacerse realidad en medios de comunicación (por ejemplo radios, TVs o Redes que usen internet) que ya están en manos de comunidades originarias, cooperativas verdaderas, sindicatos de trabajadoras-es, gremios estudiantiles, movimientos sociales, o asociaciones de vecin@s, en los espacios de acción que esas organizaciones y sus respectivos medios de comunicación logren conquistar antes mismo de superar el capitalismo, y, e) la estética de la liberación cobra vida en el proceso de superación del capitalismo en múltiples iniciativas de arte-educación popular y en muy diversas expresiones artísticas (que van desde el arte callejero hasta las expresiones estéticas más refinadas que se pueda imaginar, desde que y donde sus cultoras-es actúen/actúan en perspectiva ecomunitarista).

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640



 

SEGUNDO ESCRITO


ECOMUNITARISMO Y DESCOLONIZACIÓN: UNA INTRODUCCIÓN MÁS ALLÁ DE LA FILOSOFÍA Y LAS CIENCIAS

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

En los últimos años ha ganado fuerza una heterogénea corriente de pensamiento que se define como descolonizadora o decolonizadora. En febrero de 2023 publiqué un brevísimo trabajo intitulado “Ecomunitarismo y descolonización en Filosofía y Ciencias: brevísimas notas introductorias” (ver https://www.aporrea.org/ideologia/a319446.html ).

Aquí me propongo, también de forma sumarísima, ir más allá de la Filosofía y las Ciencias en el abordaje ecomunitarista de la descolonización, ateniéndome a las diferentes dimensiones del Ecomunitarismo.

Antes, recordemos que una colonia es un asentamiento humano que se instala en un territorio que no es el suyo original, donde reproduce su modo de vida original. Y si en ese nuevo territorio hay otro pueblo, esa nueva población puede instalarse como dominadora o como coexistente en plano de respeto mutuo con el pueblo ya asentado en ese territorio. En el caso de Abya Yala (y aquí nos interesa en especial la llamada América Latina) la colonización europea fue dominadora-destructora de nuestros pueblos originarios, que representan la cultura pre-colonial. Así, hablar de descolonización significa necesariamente para nosotros la referencia al modo de vida de nuestros pueblos originarios. Claro que si lo hacemos en perspectiva ecomunitarista, esa referencia deberá ser crítica, pues al definir el horizonte ecomunitarista no idealizamos a ninguna cultura y nos inspiramos de diversas culturas, ya que hacemos parte de un conglomerado humano plurinacional, donde se hacen presentes, además del componente originario, los componentes de origen europeo, africano, asiático y polinesio. En mi caso, con dos abuelos venidos de Europa y educado en un sistema marcado por la herencia europea, asumo e incluyo parte de esa herencia en mi propuesta al caracterizar las diferentes dimensiones del Ecomunitarismo. (Ver su exposición muy sucinta en “Redefinición ecomunitarista del Buen Vivir en Abya Yala”, en https://www.aporrea.org/internacionales/a320906.html ).

En la aplicación de las tres normas fundamentales de la Ética (que fundamentan al Ecomunitarismo y nos obligan, respectivamente, a luchar para garantizar nuestra libertad individual de decisión, a realizar esa libertad en búsquedas de acuerdos consensuales con los demás, y a preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana) las culturas originarias nos instruyen: a) en relación a la segunda norma de la Ética con su sólida forma de vida solidaria-comunitaria, y, b) en relación a la tercera norma ética fundamental, con sus sólidas prácticas ecológicas (basadas en la veneración de la Pacha Mama como madre Tierra).

En las relaciones familiares y de amistad las culturas originarias nos instruyen, por ejemplo, en la irrestricta solidaridad comunitaria que hace que todos los miembros de cada familia, clan, y tribu, sean atendidos amorosamente en sus necesidades (lo que ocurre, por ejemplo, cuando el cazador está obligado por un estricto código grupal a repartir el producto de la caza entre muchos integrantes del grupo). (Hacía figura de excepción a esa conducta la costumbre tradicional inuit que impelía a los más viejos a suicidarse para no ser una carga para la reducida comunidad de la que hacían parte). Y también nos sirven de ejemplo en su paciencia infinita hacia los niños, contra quienes nunca practican castigos corporales.

En la economía ecológica y sin patrones las culturas originarias nos instruyen con su economía comunitaria y ecológica que data desde los orígenes mismos de esos pueblos. Y cuya forma en tiempos inmediatamente anteriores a la Conquista nos llegó de la mano del Inca Garcilaso de la Vega (como lo recordamos en “Del Buen Vivir inca a la economía ecomunitarista”, ver https://doi.org/10.48075/rd.v9i1.30677 ).

En la política de tod@s las culturas originarias nos instruyen, en particular después de desarticulados sus Imperios, y a pesar de que la autoridad del cacique puede ser impositiva, con sus decisiones asamblearias nutridas por los pareceres de aquellos que son respetados por su mayor experiencia: los más viejos (aunque a veces margine a las mujeres). En 2017 Evo Morales destacaba que la comunidad del ayllu discute el tiempo que sea necesario para llegar a las decisiones por consenso, buscando así evitar las votaciones que dividen a la comunidad en mayorías y minorías. El Ecomunitarismo, por su parte, no acepta ningún argumento de autoridad (proveniente de ningún cacique o jefe), pues solo reconoce en su día a día la autoridad del mejor argumento, y promueve lo más posible las decisiones asamblearias, plebiscitarias, o, al menos referendarias. Recuérdese que la política ecomunitarista es intercultural, mientras que las prácticas tradicionales de los pueblos originarios no lo fueron (ya que guerrearon entre ellos e incluso en algunos casos erigieron Imperios, en cuyo seno muchos pueblos fueron dominados). En el Abya Yala actual el ecomunitarismo preconiza la integración solidaria y pacífica, y la entreayuda mutua de las diversas etnias-culturas (en un impulso fraternal que también debe abarcar a todos los pueblos del Planeta). Además la política ecomunitarista se nutre por igual del aporte de hombres, mujeres y cualquier otra clasificación de género.

En la educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada las culturas indígenas nos instruyen con el valor de una educación no formal que transcurre en la simple convivencia en el grupo, donde se forja el buen actuar (sintetizado, por ejemplo, en la máxima aimara que prescribe “no mentir, no robar y no ser flojo para el trabajo”), al tiempo en que se transmiten-perpetúan-renuevan las habilidades productivas puestas al servicio del Buen Vivir comunitario. Tal educación se trasunta en negativo en la anécdota del indio que dijo “ahora soy cristiano, porque aprendí a mentir”. Para algunos integrantes de los pueblos originarios la llamada Escuela Indígena instituida por el Estado controlado por los blancos, aunque sea bilingüe y dirigida por educadoras-es indígenas, es percibida como una “fábrica de blancos”, o sea de aculturación y peligro de avasallamiento de la cultura originaria por la cultura blanca-dominante. Esa es una de las muchas cuestiones que en perspectiva ecomunitarista debe ser abordada en paciente diálogo intercultural, donde habrá mutuo aprendizaje. En ese contexto deben ser retiradas de los territorios indígenas todas las Misiones de las religiones no originarias, a no ser que haya un pedido expreso en sentido contrario por parte de la comunidad indígena de que se trate. Y de ese diálogo no puede faltar la crítica al machismo, también reinante en las culturas originarias, tanto en su día a día como en su educación. Al mismo tiempo las culturas originarias deberán instruirnos diariamente con su educación profunda y constantemente ecológica, que hoy debe ser pilar para la tarea que consiste nada más y nada menos que en la salvación de la gran parte de la especie humana y del Planeta cuya sobrevivencia corre peligro a causa de las prácticas devastadoras-contaminantes del capitalismo.

En la comunicación libre y simétrica no podemos aceptar la férrea sujeción de los más jóvenes a los más viejos, reinante en las culturas originarias tradicionales. Pero no podemos olvidar que ya hoy varias radios en manos de comunidades indígenas propician un libre y simétrico intercambio con la comunidad circundante en pro del Buen Vivir; mientras que esa práctica no se encuentra en los monopolios u oligopolios mediáticos (dominados por la cultura blanca-europea-estadounidense).

En la estética de la liberación debemos nutrirnos de las muchísimas y variadas expresiones artísticas de los pueblos originarios que simultáneamente expresan la alegría de vivir, la solidaridad comunitaria y la veneración de nuestra Madre Tierra. Por ejemplo, la densidad vivencial/semántica de las danzas grupales indígenas hizo decir en los años 1980 a un filósofo argentino (cuyo nombre infelizmente he olvidado) que comentaba el conocido aserto wittgensteiniano del “Tractatus” que rezaba “de lo que no se puede hablar es mejor callar”, que, en los pueblos originarios “lo que no se puede decir, se baila”.

Bilbliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

TERCER ESCRITO

Ecomunitarismo y Frei Betto: políticas sociales y educación

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Recientemente Frei Betto publicó un artículo intitulado “¿Las políticas sociales cambian el modo de pensar del pueblo?” (ver https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/05/10/brasil-frei-betto-las-politicas-sociales-cambian-el-modo-de-pensar-del-pueblo/ )

Aquí haremos algunas brevísimas observaciones sobre ese texto.

Hay quienes han dicho que las políticas sociales de los gobiernos llamados "progresistas" en A. Latina no se organizaron para formar ciudadanos participativos, sino que crearon consumidores; y hay quienes agregaron que esos consumidores fueron después cooptados electoralmente por las derechas que les prometían más consumo. En el breve artículo al que nos referiros Frei Betto reitera esas posturas y hace una propuesta al nuevo gobierno de Lula. (Por nuestra parte hemos propuesto la frugalidad comunitario-ecológica libre y consensualmente asumida en el contexto de las diversas dimensiones del Ecomunitarismo).

En relación a lo escrito por Betto observo:

1.

Que hay que repensar muy seriamente lo dicho por Freud sobre el comportamiento de “las masas” en el texto de 1921 citado por Betto. Freud parece partir allí de una lectura de lo sucedido en la Primera Guerra Mundial, y de la interpretación que hacía del fascismo ascendente (y que tras la Marcha sobre Roma llevaría un año después a Mussolini al poder) y de los gérmenes del nazismo (que en 1923 se manifestarían en el intento hitleriano de Golpe de Estado en Múnich). Ahí estaban las “masas” irracionales y sumisas de buen grado a líderes autoritarios y violentos. Algo muy parecido vio Betto recientemente en la marea bolsonarista en Brasil. En la “masa” cada persona se disuelve en una arcilla amorfa que el líder de turno manipula a su antojo.

Ahora bien, a esas “masas” contraponemos la Red de personas que componen el movimiento ecomunitarista. Marx definió en “El Capital” al comunismo como “la libre asociación de los productores libres”. La Red ecomunitarista se estructura en ejercicio de las tres normas fundamentales de la Ética que exigen respectivamente a cada persona luchar para garantizar su libertad individual de decisión, realizar esa libertad en la búsqueda de acuerdos consensuales con las demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana. Po eso en esa Red cada persona mantiene su libertad de pensamiento-decisión-acción y es a partir de ella que establece y renueva los lazos de acción comunitaria con los demás; todo ello en provecho de la preservación-regeneración de la salud humana y no humana, y nunca para el aplastamiento físico-psicológico de cada individuo en una masa amorfa, ni para la devastación o contaminación irreversible de la naturaleza no humana. Por eso nunca una persona que forme parte de la Red ecomunitarista será sumisa a ningún líder, sea éste violento o no, sino que será un miembro que en condiciones de igualdad de capacidad decisoria con los demás constituye una comunidad de personas siempre deseosas de vivir y realizar consensualmente su libertad.

2.

Sobre lo anotado por Betto en relación a la URSS recuerdo que hace varios años publiqué una crítica a la praxis educativa relatada por Anton Makarenko en su “Poema pedagógico”. Dije entonces, entre otras cosas, que Makarenko, a pesar de su incuestionable dedicación, había incurrido en una incorrecta solución de la relación entre individuo y colectividad, acentuando el colectivismo contra la expresión y desarrollo individuales. De ahí que promoviera una educación cuartelera, con formaciones de carácter militar, repleta de desfiles y banderas, en la que, incluso, Makarenko justificaba el uso de la violencia por parte del educador.

Marx, por el contrario (inspirándose en Hegel) resolvió dialécticamente la relación entre individuo y colectivo en la figura del “individuo universal”, que es aquel que se realiza como individuo en la medida en que contribuye al Buen Vivir de la comunidad, de quien recibe a su vez todo lo necesario para realizarse como individuo. Así pensaba Marx que se concretaba la realización del principio comunista que reza “de cada uno según su capacidad y a cada uno según su necesidad”, que en óptica ecomunitarista hemos completado como sigue: “de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”.

Mi hipótesis es que, fuertemente marcada por la influencia de Makarenko (que en la URSS fue considerado un gurú pedagógico durante toda la era estalinista), la educación que en la URSS reinó durante más de 6 décadas intentando promover al "hombre soviético" fue predominantemente, en la concepción de Paulo Freire, una "educación bancaria" (basada en dogmas y citas repetidos pero no vividos con reflexión crítica y convicción profunda, al menos para una buena parte de la población de la URSS), y no "problematizadora", como debería ser. (Ver "Pedagogía del Oprimido"). Así, para decirlo en términos freireanos y yendo más allá de Freire, la educación practicada en la URSS no promovió el desvelamiento crítico de todas las relaciones de dominación y/o devastación, y aunado a él, como la otra cara de la misma moneda, la acción permanentemente transformadora rumbo a un mundo sin opresores ni oprimidos, y ecológicamente sostenible (en resumen, rumbo al Ecomunitarismo). Una de las pruebas de esa limitación crítico-problematizadora lo fue el “culto a la personalidad” que en mayor (era estalinista) o menor medida (era posestaliniana) se le prestó en la URSS a los líderes de turno, aunado a una fuerte censura y persecución de los disidentes (o considerados como tales, incluso en la esfera artística, donde fue impuesto a la fuerza el llamado “realismo socialista”). A esa educación le faltó en gran medida, además, la perspectiva ambiental.

En mi propuesta ecomunitarista (ver muchos de mis libros y artículos por extenso o con indicación de su link gratuito en internet en el libro indicado al fin de estas líneas) incorporé y completé en perspectiva comunitario-ambiental-intercultural la propuesta freireana problematizadora y elaboré directrices para la educación ecomunitarista formal y no formal (incluyendo los fundamentos de una nueva educación ambiental socialmente generalizada, y para la educación sexual, y física, y estética).

En la educación formal propongo que los contenidos programáticos de cada asignatura (Matemáticas, Lenguas, Ciencias Naturales, Historia, Geografía, etc.) sean vinculados a problemas socioambientales relevantes (en materia de salud-contaminación, pobreza-violencia-racismo-machismo, alimentación, vivienda, etc.) de la localidad donde funciona la institución educativa en cuestión; que esos contenidos sean re-descubiertos por l@s alumn@s en diálogo e investigación de campo orientados por la/el educador-a; que en uno y otra se cuente con la contribución de conocedoras-es del tema (sea por su experiencia de vida y/o su formación académica); y que el tratamiento de cada problema socioambiental abordado concluya con la elaboración e implementación, con la acción concreta de la/el educador-a y l@s alumn@s, de soluciones para resolverlo (aunque sea modesta y parcialmente) con sentido ecomunitarista. Para poner un solo ejemplo, en la enseñanza de Matemáticas, los contenidos de regla de tres o porcentaje se abordarán no con números abstractos que a nada refieren o que refieren a banalidades, sino para calcular índices de pobreza, o de desempleo, o de enfermedades provocadas por factores socioambientales, o de malnutrición, o de mortalidad infantil, o de violencia doméstica, etc., en la localidad (barrio, ciudad o zona rural) donde funciona la institución educativa; y a partir de los cálculos hechos seguirán los otros pasos indicados en la directrices que acabamos de resumir y que culminan con la acción transformadora concreta de la/el educador-a y l@s alumn@s.

Nótese que las esferas formal o no formal de la educación pueden incluir la educación profesional sugerida por Betto, que abordaremos brevísimamente más abajo para concluir estas líneas; en ambas el ideal perseguido es el de la conjunción de la labor intelectual y la manual, de forma a promover el desarrollo personal más completo posible.

En la educación no formal propongo que la/el educador-a introduzca a la comunidad participante a los fundamentos de la propuesta ecomunitarista y haga junto con dicha comunidad la elección del o los problemas socioambientales prioritarios que la aquejan (pobreza, agua potable, alimentación, sanidad, vivienda, violencia, racismo, etc.); que junto con esa comunidad se busque el apoyo de conocedores y gestores públicos o actores solidarios (comunidades indígenas, sindicatos, gremios estudiantiles, Universidades, etc.) capaces de ayudar a la comunidad a resolver con sentido ecomunitarista el/los problema-s priorizado-s; que con ese refuerzo la/el educador-a implemente junto con la comunidad las soluciones encontradas (aunque sean parciales y modestas), con sentido ecomunitarista; que entusiasmada por el éxito logrado, la comunidad amplíe esas soluciones y aborde con la misma dinámica aquí descrita otros problemas socioambientales; y que la comunidad coopere con acciones similares con/en otras comunidades (reforzando y ampliando así el movimiento comunitario ecomunitarista).

En la educación sexual propongo la promoción del mutuo respeto y del placer consensual y libremente compartido, y la crítica y superación del machismo y la homofobia.

En la educación física propongo la promoción de actividades colectivas-cooperativas (como el tradicional salto a la cuerda), y del deporte formativo y cooperativo, transformando con ese sentido las reglas y modalidades de los deportes practicados hoy con perspectiva competitiva e incluso dineraria (fútbol, baloncesto, voleibol, béisbol, tenis, etc.) y creando nuevas actividades de formación física con sentido ecomunitarista (por ejemplo caminatas o bicicleteadas para detectar, estudiar e implementar soluciones para problemas socioambientales existentes en los barrios o parajes recorridos). Descartamos los deportes que intrínsecamente violan la tercera norma fundamental de la Ética al comprometer deliberadamente la salud humana, como ocurre, por ejemplo, con el boxeo y las MMA, cuya finalidad incluye, además de la esquiva de los golpes del adversario, infligirle golpes al mismo (pudiendo provocarle graves lesiones o enfermedades a corto, medio o largo plazo; diferentes son los golpes que ocurren, por ejemplo, en el fútbol, pues constituyen accidentes o desvíos que no hacen parte de la finalidad de esa práctica deportiva). También descartamos, por ser violatorios de aquella misma norma, los deportes que comprometen gratuitamente la salud de la naturaleza no humana mediante agresiones directas o despilfarro y contaminación, como ocurre por ejemplo, respectivamente, con las riñas de gallos o los deportes motorizados. La comunidad, apoyada en las tres normas básicas de la Ética y en otras que elabore y renueve consensualmente (como sucederá también en los demás órdenes de la vida ecomunitarista), habrá de deliberar y decidir acerca de los deportes que resolverá practicar y los que descartará.

En la educación estética propongo una acción que a tod@s posibilite crear arte y a tod@s capacite para disfrutar las artes.

3.

Betto sugiere correctamente al gobierno de Lula que la formación profesional sea puesta como otra condición para recibir la Bolsa Familia (beca que beneficia a la población más pobre), y que dicha formación se desarrolle acorde a la pedagogía freireana. Pero se equivoca cuando da como ejemplos de dicha formación solamente a las habilitaciones en cocina y costura. Pues los pobres de hoy también deben ser formados en informática y en todas las especialidades de las nuevas tecnologías de la producción actual y futura, así como para las tareas de carácter comunitario, educativo, sanitario, ambiental, comunicativo, político y/o artístico que contribuyan al Buen Vivir con rumbo ecomunitarista.

Bibliografía

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs), "Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco", disponible gratuitamente en


 

CUARTO ESCRITO


ECOMUNITARISMO Y BOLIVIA: DEFINICIONES FUNDAMENTALES

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Cuando a fines de 2019 se produjo en Bolivia el Golpe que puso fin al gobierno de Evo Morales, Hugo Moldiz y otros colaboradores o excolaboradores de Evo se refugiaron en dependencias de la Embajada mexicana en La Paz. Entonces lanzamos una campaña internacional exigiendo que la dictadura instalada en Bolivia concediese los salvoconductos para que dichos refugiados pudiesen viajar a México. (Nuestra campaña resultó vana, pues los refugiados pudieron abandonar las dependencias de esa Embajada solo un año después, cuando triunfaron Arce y Choquehuanca en las elecciones que pusieron fin a la dictadura).

Ahora recientemente se publicó una entrevista a Moldiz y a otras dos personas en la que se abordan las divisiones que actualmente aquejan al MAS boliviano (Movimiento que llevó al Gobierno a Evo y que propició luego el triunfo de Arce y Choquehuanca); en esa entrevista Moldiz es presentado como partidario del nuevo gobierno, mientras que otro de los entrevistados representa a los apoyadores de Evo, y el tercero (un ex Ministro) oficia de comentarista neutral entre ambas tendencias (ver https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/05/21/bolivia-tres-miradas-para-entender-la-disputa-interna-en-el-mas/ ).

Aquí no nos proponemos en absoluto opinar sobre el debate boliviano, sino abordar de forma brevísima e introductoria un comentario que hace Moldiz en esa entrevista y que tiene validez para toda Abya Yala. Porque no sin sorpresa leemos que en esa entrevista Moldiz dice lo que sigue: “Si bien es cierto que [en el MAS] no se ha producido nunca un debate medianamente profundo del carácter del Proceso de Cambio y de su horizonte histórico, es evidente que existen desavenencias en términos de cómo concebir, construir y gestionar la política; de definición del sujeto histórico de la Revolución; del tipo de relación entre el “líder” y el pueblo y de otros aspectos”.

En lo que sigue damos de manera telegráfica e introductoria al debate de ideas el punto de vista ecomunitarista en relación a cada uno de los aspectos citados.

1.

Nuestra prédica apunta a un Proceso de Cambio que tenga como horizonte histórico poscapitalista (y transhistórico, pues se trata de un horizonte utópico nunca plenamente alcanzable, pero indispensable guía para que la acción cotidiana tenga una dirección bien definida) el Ecomunitarismo. El mismo se basa en la aplicación cotidiana de las tres normas éticas fundamentales (que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad de decisión, realizar esa libertad en la búsqueda de consensos con los demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana), y se estructura en la siguientes dimensiones interconectadas (y otras que las comunidades agreguen en decisiones consensuales): a) una economía ecológica y sin patrones que incluye la agricultura orgánica (para la abundante producción de alimentos sanos, sin agrotóxicos ni transgénicos) y que funciona alimentada por energías limpias y renovables y aplica cotidianamente las 5 R (Reflexionar sobre qué planeta queremos legar a nuestros descendientes, Rechazar el consumismo y asumir voluntariamente la frugalidad ecológica, y Reducir, Reutilizar y Reciclar los insumos y residuos) para, en el marco de una conducta de frugalidad ecológica libremente asumida, aplicar el principio que reza “de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”; así se prescinde del dinero (porque los productos ya no son mercancías, sino solo valores de uso), y, por consiguiente, del salario (porque cada persona recibe de forma directa y sin mediación dineraria lo acorde a sus necesidades éticamente legítimas), y la jornada productiva de cada persona (que rotará en las funciones según sus vocaciones y capacitación) se reduce al menor tiempo posible (para que cada un@ dedique el resto de cada jornada a desarrollarse como individuo universal según sus vocaciones y al simple ocio que permite gozar de la vida, desde que no viole las tres normas éticas básicas), pues entre los seres humanos aptos no hay desempleados ya que y porque la tarea se reparte entre tod@s; b) una política de tod@s apoyada lo más posible en la democracia directa (en especial mediante asambleas, plebiscitos y referendos, hoy muy facilitados por medio de la internet); esa política incluye el mutuo aprendizaje y la cooperación mutuamente solidaria entre los pueblos y culturas de Abya Yala y del mundo; la democracia ecomunitarista es siempre participativa (dotada de todos los mecanismos de información y prestación de cuentas por parte de los responsables, y de control por parte de las comunidades, como ocurre, por ejemplo, en las audiencias públicas y en el presupuesto participativo); y cuando sea indispensable mantener espacios de democracia representativa, los responsables serán siempre electos, sus mandatos serán limitados a dos consecutivos, y podrán ser revocados por sus electores; en el plano de la política intercultural la perspectiva ecomunitarista defiende para este momento histórico la constitución de Estados plurinacionales donde converjan, para mutuo enriquecimiento solidario y crítico a la vez, las diversas culturas (en Abya Yala fundamentalmente la indígena, la blanca, la negra, la asiática y la polinesia); en el plano internacional el Ecomunitarismo postula la cooperación mutuamente solidaria de tod@s los pueblos, para la efectiva constitución del género humano como una gran familia (capaz de resolver dialógicamente sus diferencias) que transite hacia la disolución de los diversos países-Estados; en A. Latina esa cooperación habrá de crear organismos de integración solidaria (que se apoyen, mejoren y amplíen a todos las actividades vitales, las actuales UNASUR y CELAC); c) una educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada (tanto en la educación formal como en la no formal), para, entre otras cosas, hacer realidad la economía y la política antes citadas; de esa educación hacen parte una educación sexual libertaria (que promueve el libre placer compartido de manera consensual, y combate el machismo y la homofobia), y una educación física formativa y cooperativa (que deja atrás al deporte competitivo y crematístico); d) una comunicación simétrica que pone en manos de las comunidades los actuales monopolios u oligopolios mediáticos (de prensa escrita, radios, TVs, y/o en redes vía internet); y, e) una estética de la liberación que a tod@s proporciona los medios para crear arte y a tod@s educa para disfrutar las artes.

2.

La política ecomunitarista es la “política de tod@s” que aquí acabamos de reseñar resumidamente más arriba.

3.

El sujeto histórico de la Revolución es el bloque popular que articula en su diversidad a los pueblos indígenas, los asalariados, los excluidos del mercado capitalista, los campesinos y los diversos movimientos y formas de acción comunitaria que se orienten hacia el ecomunitarismo (cooperativas verdaderas, movimientos sindicales de asalariados, de estudiantes, de negros y de otras minorías étnicas, de ambientalistas y/o feministas anticapitalistas, de antirracistas, de vecinos, etc.).

4.

En la acción comunitaria tendente al ecomunitarismo las lideresas y líderes serán aquellas personas que se destaquen por su claridad de ideas aunada a su práctica coherente con tales ideas (Tupac Amaru, el Che, el “Bebe” Sendic, y Gandhi pudieran servir de ejemplos), su capacidad de aglutinar y gestionar la diversidad en el seno del movimiento revolucionario, su autodisciplina y su aceptación como dirigentes por parte de ese movimiento. Pero hay que anotar que en función de la caracterización resumida que más arriba hemos hecho de las diversas dimensiones del ecomunitarismo, la educación ecomunitarista socialmente generalizada debe hacer brotar por doquier esas lideresas y líderes; de forma que su liderazgo será acotado en el tiempo y rotativo; porque en la marcha hacia el ecomunitarismo debe desaparecer la separación entre dirigentes y dirigidos, en la medida en que cada persona asuma rotativa y temporalmente funciones de dirección.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

QUINTO ESCRITO


EL HOMBRE QUE VISITÓ A ARTIGAS EN 1835

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Los tres folios yacían ocultos entre las hojas de un viejo y grueso libro usado que acababa de comprar en un puesto callejero de Asunción. Su autor se identificaba como Antonio Antonaccio. El libro trataba de las plantas medicinales y al volver al hotel verifiqué que no tenía nombre de editorial ni fecha de edición. Abrí los folios. Tenían una acentuada marca marrón en la línea de su doblez; sin duda como resultado del largo tiempo en el que habían permanecido en aquella posición. En la parte superior derecha de cada uno había una numeración; la misma iba del 391 al 393. La letra era pequeña y muy prolija. Sigue abajo lo que leí; conste que lo adapto al castellano de nuestros tiempos.

31 de diciembre de 1835.

Como en otras ocasiones, aprovechando el fin del año, nos reunimos Clara, Simeón, Lenzina y yo, en animada velada. Por insistencia de Clara vestí una de aquellas ridículas levitas que gentilmente los paraguayos me habían regalado para paliar la mísera vestimenta que portaba cuando acompañado de un grupo de mis lanceros negros arribé al país 15 años atrás, y que no pasaba de una chaqueta roja y algunas prendas gastadas amontonadas en una mochila. Lenzina como siempre nos paseó con su cordeona por aires diversos, a veces melancólicos, pero sobre todo alegres, para evitar que el pensamiento se nos entristeciera con los recuerdos; le salían mejor las melodías brasileras, que invariablemente pedía que acompañara con mi canto desafinado; en vano trataba de resistir, pues Clara y mi hijo me obligaban a acatar el pedido. Entonces, viendo que me sonrojaba, Clara le indicaba a Lenzina alguna música paraguaya y se embarcaba en una dulce alternancia entre el castellano y el guaraní. La miraba sin poder contener mi amor; su pelo negro como el carbón enmarcaba un rostro aceitunado que no disimulaba una cercana mezcla; sus dientes blanquísimos me recordaban la mala pasada que me había jugado algún molar; cuando canta en castellano sus ojos vagan entre Simeón, Lenzina y yo; pero cuando entona una melodía en guaraní su mirada se dirige atraída como por un imán hacia el monte cercano; entonces el tiempo se detiene bajo aquel cielo azul que imita a otros cielos. Estábamos en plena algarabía cuando llegó el coronel Gauto (algunos le decían Guato). Ese hombre había sufrido el extraño destino de unir su vida a la mía, sin habérselo propuesto; sucede que lo habían nombrado mi amable carcelero en Curuguaty, y de vez en cuando venía a la chacra so pretexto de saludarme y enterarse de mi salud y mis necesidades, para cerciorarse de que su presa no había volado; por mi parte, no dejaba de comparar su situación a la de aquel desdichado oficial inglés que tuvo que padecer el aislamiento de Santa Helena junto a Napoleón. Pero de inglés Gauto no tenía nada, pues era moreno al extremo, revelando una cruza entre blanco e indio o negro, que su poco vello en el pecho confirmaba. Siempre atento conmigo, no era nunca francamente amigo, pues sabía que yo, por mi situación, no podría jamás hacerle enteramente confianza. Gauto se entretuvo cantando con nosotros un rato, saboreando un trozo del asado de cordero regado con el vino carlón que había alegrado nuestra pequeña fiesta, y después se marchó con su escolta, ceremonioso y erguido como había llegado. Antes de irse y casi al descuido me dijo que de Asunción le habían comunicado que había un joven pintor deseoso de venir a retratarme. Analizando mi aspecto en aquella levita que por entonces ya me quedaba un poco grande, le dije que no veía la utilidad de aquella tarea, y le encomendé que negara la autorización solicitada. Entonces, con una reverencia militar se marchó definitivamente. Ya habíamos retomado la cantoría comentando los dichos y poses de Gauto cuando vimos en la portera a un joven que nos hacía señas pidiendo para entrar. Salimos de debajo del ibirapitá y con un gesto del brazo le dije que pasara. El joven se aproximó lentamente; vestía unos pantalones algo anchos y una camisa cuyo modelo me era desconocido; en los pies calzaba unas alpargatas usadas, que me parecieron demasiado finas para las que yo había conocido. Con la mirada tímida de unos ojos claros se presentó y dijo llamarse Raúl Sendic. Le pregunté de dónde venía aquel apellido y me dijo que era de origen vasco. Luego que me hube presentado, y a mi esposa, a mi hijo y a Lenzina, lo invité a sentarse a la orilla del fuego moribundo, donde aún había carne en abundancia. Le ofrecí servirse, y mirando el barril que estaba cerca del asado dijo que agradecía pero ya había comido, y que la sed lo haría aceptar de buen gusto sólo un poco de vino. Entonces, tras saborear el contenido del vaso grande que le extendí, chasqueó la lengua y dijo algo que nos dejó alelados; afirmó que aunque yo no lo creyera, venía del futuro y estaba intentando juntar en la Banda Oriental a un grupo de guerrilleros para continuar mi gesta. Le pregunté que cómo era eso del futuro y cómo había llegado hasta mí. Dulcemente me respondió que era mejor que no entrara en detalles para no aumentar mi confusión, y que lo más importante era beber de mis ideas para llevarlas a los suyos. Dudé seriamente de que se tratase de un loco. Pero entonces me di cuenta de que para mí tampoco sería inútil rever algunos conceptos fundamentales, para situar mi propio pensamiento a esta altura de los tiempos, y me dispuse a hacerle el breve recuento solicitado. Empecé diciendo que el federalismo seguía plenamente vigente; que habría que conversar detalladamente con Rosas y a través de él tratar de reunir en confederación a la Banda Oriental y a las provincias del occidente del río Uruguay; que al mismo tiempo habría que promover una actitud más confederativa de quien sucediera al Dr. Francia en Paraguay, y habría que incentivar la lucha republicana en Brasil, arrimándolo al sistema federativo; y pensar más allá aún, apuntando hacia Chile, Bolivia, y la América del Sur entera, siguiendo la inspiración de Bolívar; y así llegar hasta México, pasando por la inclusión del Haití de los negros valientes que habían proclamado la primera independencia en estas tierras. Así –concluí- se erigiría la Confederación de las Provincias del Sur, con la que tendríamos voz propia en el concierto de las naciones, libres de todo dominio imperial, y convencidos de que con la verdad ni ofendemos ni tememos. Continué afirmando que el Reglamento de Tierras de 1815 debería ser retomado y profundizado, distribuyendo las tierras de forma que los más infelices sean los más privilegiados, empezando por los indios, los negros, los zambos, los gauchos pobres y las viudas [aquí hay una línea ilegible, ocultada por la marca del doblez del folio]…y que además de las Estancias de la Patria, habría que retomar y generalizar en la Banda la iniciativa que concebí para la creación de muchísimas chacras en torno de las villas, en un plan que me vi obligado a postergar por la presión de los hacendados. Reafirmo Sendic –le dije- que el cultivo de las tierras en manos de muchos es infinitamente más ventajoso que algunas pocas e inmensas estancias, pues esa tierra que sostiene solo a dos o tres propietarios, podrían sostener a cientos de familias; y que es justo pretender en el campo el aumento de los hombres después de muchos años en los que solo habían aumentado las bestias. Y le recomendé cuidar las tierras y las aguas, para que no se envenenen con los residuos de las curtiembres, los saladeros, las minas, o con otros desechos, para que sigan prodigándonos alimentos sanos y esa esplendorosa fauna y flora que hace la vida más colorida y alegre. Agregué que una mayor producción nacional equilibraría el flujo entre las importaciones y las exportaciones, dejando un saldo favorable a la Banda y la confederación. En relación al comercio le recordé que si bien en otros tiempos había incentivado franquías a negociantes ingleses y norteamericanos para romper el monopolio español, siempre las restringí a las áreas portuarias, para dejarle a los criollos el espacio que pueden y deben ocupar en ese ramo, y para que no cambiásemos simplemente de dependencia. Lo mismo afirmo en relación a la banca, que debe ser nacional y capitaneada por un fuerte banco estatal, de la confederación. Insistí en la necesidad de repoblar la campaña, evitando la peligrosa concentración de gente en Montevideo, no sólo por el desbalance demográfico, sino también por las taras que el centralismo político y administrativo siempre trae, para perjuicio de los hombres de tierra adentro y de los propios capitalinos. Pero tomando nota del crecimiento irrefrenable de varias poblaciones, le aconsejé que concentrara la lucha tanto en las villas como en el campo, y que en eso yo en nada podría ayudarlo, pues nunca había operado en terreno urbano; en el contexto de esa combinación de luchas, lo orienté a reunir a los indios aún agrupados o dispersos, y a hacerle justicia a esos fieles combatientes de la libertad, devolviéndoles la autonomía política en el seno del sistema; y a reunir junto a ellos a los gauchos pobres y a los trabajadores de las duras faenas rurales. Sendic me escuchaba y se veía que tomaba nota en su mente, a falta de papeles. Le dije que el ejército debía ser el pueblo en armas, y que reafirmaba mi idea de armar toda la gente que se pudiese, para mejor defensa del sistema; y que esa política debía extenderse a los ríos y mares, armando una poderosa marina comercial y militar de la confederación y de cada provincia en particular; Sendic agregó que ello también debía aplicarse a la fuerza aérea, en una observación que no entendí en absoluto. Y siempre recuerde –le dije- que lo decisivo en un dirigente es que sepa mandar obedeciendo, de tal manera que su autoridad siempre cese ante la presencia soberana del pueblo. Por eso y para eso el pueblo debe ser tan ilustrado como valiente, y las escuelas habrán de florecer por doquier. Sendic me preguntó por qué no había vuelto a la Banda. Le contesté que no me sentía identificado con aquel país aislado, inventado por Inglaterra en alianza con las elites portuaria y rural, y bautizado con el nombre de República Oriental del Uruguay. Y agregué que si hubiera vuelto hubiera tenido que guerrear, pues Inglaterra y aquellas elites me perseguirían por mis ideas. En eso estaba cuando el visitante dijo que infelizmente se le acababa el tiempo, por razones que no podría explicarme y que yo no entendería (a esa altura quedábamos solo él, Lenzina y yo alrededor de las brasas grises). Me agradeció más con los ojos que con su voz mansa y le dio la mano a Lenzina, diciéndole que Bandera se le parecía; inquirido por el parecido aclaró que se trataba de un pardo luchador que lo acompañaba en el norte del río Uruguay; Lenzina se satisfizo con la comparación. Cuando me dio la mano le pedí que no me retratara para los suyos, pues lo decisivo son las ideas y no las narices. Me prometió que respetaría mi deseo. Y se fue al tranco lerdo, como había llegado. Al pasar la portera, súbitamente desapareció sin dejar huella. Lenzina se persignó al son de un “¡cruz, credo!”. Yo, que había visto tanta cosa, no supe explicarme aquella. Le comenté a Lenzina que quizá, después de todo, aquel muchacho no estuviese loco. Lenzina meneó la cabeza, aún mirando hacia la portera. Y nos dedicamos a recoger y ordenar los restos del asado...

Y así, con esos puntos suspensivos, terminaba el tercer folio.


 

SEXTO ESCRITO


ECOMUNITARISMO: ¿QUIÉN HACE LA REVOLUCIÓN?

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Ya en los años 1960 tanto el Che como Marcuse dijeron que la clásica clase obrera no era más el sujeto que protagonizaría la revolución que superase el capitalismo rumbo al socialismo y el comunismo. El Che dijo que la clase obrera de los países imperialistas era cómplice de sus oligarquías en el saqueo a los países dependientes, porque se beneficiaba con ese robo (pues, agrego yo, le daba acceso al confort básico que el capitalismo de los países ricos le ofrecían, y que tenía como algunos de sus objetos más representativos a los electrodomésticos e incluso, a veces, el automóvil). Marcuse, a su vez, extendió esa consideración al decir que la clase obrera había sido cooptada por la lógica de vida productivista-consumista-destructiva del capitalismo, interiorizando incluso su modelo represivo en lo concerniente a lo estético-erótico. Por eso, dijo, aunque la base material-tecnológica estaba creada para dar el salto cualitativo hacia una sociedad poscapitalista según lo ideado por Marx, los sujetos capaces de llevar adelante la lucha en pro de esa revolución estaban representados por los movimientos tercermundistas de liberación (en la época simbolizados por el Vietnam que combatía contra el imperio yanqui y por el socialismo) y en EEUU y Europa por los estudiantes rebeldes y por los hippies que se negaban a aceptar el paradigma capitalista que reunía como características descollantes el consumismo basado en el trabajo alienado, el militarismo represivo y la moral sexual hipócrita y mojigata. Pero Marcuse aclara que no cree que por sí solos ninguno de estos dos últimos movimientos sea capaz de liderar la revolución. El Che por su parte, basándose en la experiencia revolucionaria cubana, había destacado el papel del campesinado como protagonista de la guerrilla capaz de crecer hasta llegar a la victoria.

A esta altura de los tiempos vemos que en Abya Yala las grandes centrales sindicales de base obrera se han amoldado de hecho a los límites impuestos por el capitalismo. La prueba está en la circunstancia de que no se plantean ir más allá del capitalismo con rumbo socialista-comunista, sino que se limitan a reclamar mejores salarios y mejores condiciones de vida DENTRO del capitalismo.

En óptica ecomunitarista creemos que en Abya Yala está llamado a protagonizar el salto más allá de los límites capitalistas un Bloque diverso que debería integrar a los pueblos indígenas (fieles a su modelo de Buen Vivir comunitario-ecológico), los campesinos que cuidan la tierra practicando la agricultura orgánica y/o la pecuaria sostenible, los pescadores artesanales que evitan la sobrepesca, y un mosaico que incluye a partes de los excluidos del mercado y consumo capitalista, de las víctimas (y sus parientes) de las guerras/masacres causadas por el capitalismo, del estudiantado (aún no absorbido en la maquinaria productiva capitalista), y a sectores de movimientos como los sindicales (de asalariados), cooperativistas, ambientalistas, feministas, de negros (y otras minorías), de vecinos, y aún a individuos y/o grupos de las capas medias (como intelectuales, docentes, artistas y comunicadores alternativos). Claro que la composición de ese Bloque varía de país a país según sus características; pero/y consideramos en perspectiva ecomunitarista que son indispensables las coordinaciones continentales.

La gran dificultad y el gran desafío consiste en articular (a partir de las formas organizativas “comunidad” y “red”, en cada país y en el Continente) en un solo gran Movimiento a todos esos componentes diversos para que actúen con continuidad perseverante con rumbo al ecomunitarismo en todas sus dimensiones, para que se haga realidad el principio que reza “de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”; tal realización se hace posible con la abolición del desempleo a partir del reparto de las labores entre todas las personas aptas, e incluye la adopción de la frugalidad ecológica voluntaria, la abolición del salario y del dinero (porque las necesidades diversas de cada persona son atendidas directamente en bienes, servicios y condiciones de vida, sin ninguna medición ni mediación dineraria), y la reducción de la actividad productiva al mínimo tiempo necesario y ejercida en sistema de rotación según las vocaciones y capacitaciones de cada persona, para que cada persona se desarrolle como individuo universal en esa actividad y también más allá de ella (por ejemplo, gozando del ocio que permite disfrutar la vida, y/o practicando artes, y/o ayudando en tareas comunitarias, etc.).

Recordemos que el Ecomunitarismo se basa en las tres normas fundamentales de la ética, que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad individual de decisión, realizar esa libertad en búsquedas de acuerdos consensuales con l@s demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana. (Esas normas balizan el terreno de lo que habrá de ser considerado como necesidades legítimas, a las que hace referencia el principio citado más arriba y la distribución de bienes, servicios y condiciones de vida a las que aludimos antes). Y el Ecomunitarismo se compone de las siguientes dimensiones (cuyo enunciado es fundamental para que la acción cotidiana tenga siempre un contenido y un sentido precisos, evitándose así los grandes equívocos y las trayectorias en círculo): una economía ecológica y sin patrones (de base comunitaria y/o cooperativa), la política de tod@s (basada lo más que sea posible en la democracia directa, a través de mecanismos asamblearios, plebiscitos y referendos), la educación ambiental generalizada (tanto en los espacios formales como en los no formales), la comunicación horizontal y simétrica (que ponga en manos de las comunidades y/o en las asociaciones de los componentes del citado Bloque los instrumentos de comunicación que actualmente están en manos de los capitalistas, desde la prensa escrita hasta la audiovisual y llegando a internet), un sistema de seguridad y defensa (mientras ambos sean necesarios) basado en el pueblo en armas, y un sistema de integración continental solidaria y de ayuda mutua (que apunte a extenderse a la Humanidad entera). La citada educación ambiental ecomunitarista habrá de abarcar (además de los aspectos cognitivo-ético-comportamentales de la educación entendida en su recorte tradicional) también una educación física formativa y cooperativa (y no competitiva, y nuca dineraria), una educación sexual libertaria (que promueva el libre placer consensualmente compartido, y combata el machismo y la homofobia), y una educación erótico-estética que promueva una despierta sensibilidad para la belleza de lo humano y de la naturaleza no humana (velando por la preservación-regeneración de la salud de ambos, como lo exige la tercera norma fundamental de la ética) y que ponga en las manos de tod@s las herramientas para hacer arte y para disfrutar las artes.

Ese Movimiento en pro del ecomunitarismo no aceptará plegarse a los límites que quiera imponerle la legalidad capitalista, y tampoco centrará su acción en la disputa electoral que hoy ofrece la seudodemocracia seudorrepresentativa capitalista, aunque no renuncie a valerse de una y otra cuando lo crea pertinente. Porque sabe que la revolución que apunta hacia el ecomunitarismo se construye más acá y más allá de esas instancias. Más acá en las múltiples iniciativas cotidianas comunitarias, asociativas y aún individuales que vayan promoviendo cada una de las dimensiones que componen el Ecomunitarismo. (Por ejemplo, y para tomar solo una de las dimensiones del mismo, hoy ya es posible que l@s docentes que así lo deseen usen las brechas que deja el sistema educativo del capitalismo para promover la educación ambiental ecomunitarista, aunque la misma no pueda desarrollarse plenamente a causa de las limitaciones que le imponen los controles capitalistas). Y más allá de la legalidad capitalista y de su modelo electoral porque la historia ha mostrado que las revoluciones se han consumado cuando las fuerzas insurrectas saltaron por encima de los límites de la participación que les ofrecía el viejo régimen, estableciendo una nueva legalidad. Dicho eso hay que recordar que el Ecomunitarismo apunta a la abolición del Estado en base a la administración comunitaria de las cosas y del intercambio sostenible entre los humanos y el resto de la naturaleza, al mismo tiempo en que apunta a la superación del Derecho Positivo y de la Moral, en base a los Cuasi-Razonamientos Causales que componen las normas de la Ética que la comunidad elabora y deroga o reelabora argumentativamente.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs), "Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco", disponible gratuitamente en


 

SÉPTIMO ESCRITO


FÚTBOL: ¿OPIO DEL PUEBLO? LA RESPUESTA DEL ECOMUNITARISMO

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

En 2016 publiqué en dos revistas universitarias (una salvadoreña y la otra brasileña) el artículo “El papel mediático del ídolo futbolístico en Latinoamérica: un estudio de caso” (ver file:///C:/Users/Intel/Downloads/El_papel_mediatico_del_idolo_futbolistico_en_Latin.pdf

y file:///E:/Sirio%202016/Libros%20y%20art%C3%ADculos/Idolo%20f%C3%BAtbol%20in%20Diaphonia.pdf)

En el mismo, tras aclarar que me encanta mirar fútbol en la TV (aunque el deporte que más y mejor practiqué en mi juventud fue el básquetbol), analicé en detalle las notas que el principal diario de la derecha en Uruguay dedicó en aquel año a la estrella uruguaya del fútbol Luis Suárez. Y mostré que el tratamiento de dicho ídolo en esas notas cumplía dos funciones: la de dar por identificación con el ídolo la sensación de valía, influencia y poder a una mayoría que carecía de esas condiciones a causa de su pobreza o situación precaria de existencia (recordé el análisis que hizo Fromm acerca de la sensación de poder que el pueblo alemán sintió a través del poder real del Führer), y avivar en esa población pobre o de existencia precaria la esperanza de que alguno de sus hijos o nietos, dedicándose al fútbol, podría ascender (arrastrando consigo a su familia) hasta el círculo de los “ricos y famosos”, sin cuestionar el capitalismo.

Obviamente que a esas funciones se suma otra conocida desde hace muchísimo tiempo (en especial cuando un Gobierno en apuros inventa o agudiza un conflicto internacional para canalizar la atención de la nación hacia un enemigo externo) en esa promoción mediática incesante de los ídolos futbolísticos: la de desviar la atención del pueblo para que no concentre su interés en cuestiones cruciales como la referente a por qué hay tanta gente en la pobreza mientras una elite vive con gran lujo.

Por eso, dije, en tales circunstancias el fútbol podía ser considerado como el opio del pueblo (parafraseando la célebre frase que Marx dedicara a la religión).

Ahora, en junio de 2023 Montevideo está al borde de quedarse sin agua potable (por repetidos errores u omisiones ambientales de los sucesivos gobiernos) y la que se distribuye a sus habitantes a través de la red hídrica tiene un grado de salinidad que compromete la salud de bebés, hipertensos y otras personas en estado sanitario frágil, al tiempo en el que perjudica el buen funcionamiento de ciertas máquinas que usan esa agua. El gobierno de turno reza por lluvias superabundantes que puedan resolver la crisis.

Pero en junio de 2023 la selección de fútbol sub 20 de Uruguay acaba de coronarse por primera vez campeona del Mundo. A la distancia sufrí y sudé mirando por TV cada partido de ese Mundial y disfruté placenteramente esa victoria. La gran prensa uruguaya (escrita, radios y TV) la festejó y exaltó a la saciedad y promovió la caravana de los jugadores que por tres horas recorrió muchos kilómetros de Montevideo, acompañada desde las aceras por un público de decenas (quizá centenas) de millares de personas. Así reforzaba esa gran prensa aquellas dos funciones opiáceas que en 2016 dije que el capitalismo hace jugar a los ídolos del fútbol, y, de paso, desviaba la atención de la aguda crisis hídrica padecida por los montevideanos (acorde a la tercera función opiácea que más arriba señalé).

Pero además me llamó la atención otro hecho que no había destacado en mi artículo de 2016. En uno de los programas futbolísticos radiales más conocidos de Uruguay (que también tiene imágenes en su difusión a través de youtube) los periodistas insistieron una y otra vez en el hecho de que la particular combatividad que los futbolistas uruguayos habían demostrado en el torneo mundial que los consagró como vencedores (combatividad conocida como la “garra charrúa”) se debía en última instancia al hecho de que la mayoría de ellos venía de familias pobres y hacían del fútbol un mecanismo desesperado de supervivencia; y dichos periodistas agregaron que así había ocurrido siempre en la historia victoriosa del fútbol uruguayo en las competencias internacionales, y que ese no era el caso de los futbolistas italianos que fueron vencidos por los uruguayos en la final del torneo mundial sub 20 de 2023.

Lo que me parece revelador de esa tesis es que en ningún momento pasó por la cabeza de esos periodistas la cuestión de la legitimidad y necesidad de la lucha contra la pobreza material para erradicarla en Uruguay (y en el mundo), y la pregunta sobre qué consecuencias tendría esa erradicación (en Uruguay y en el mundo) en la combatividad de l@s futbolistas (y otr@s deportistas). La citada cuestión indica una aceptación tácita de la idea de que la pobreza material sería insuperable; lo que es falso a la luz, ya no de la propuesta poscapitalista ecomunitarista, sino también de la situación de varios países capitalistas europeos. Y la pregunta omitida no permite entender la combatividad que demuestran año tras año los futbolistas de países que varias veces han ganado o llegado a las finales de campeonatos mundiales de mayores pero en los cuales la pobreza material absoluta ha sido erradicada o reducida a expresiones mínimas (piénsese en Alemania, Suecia u Holanda).

La respuesta ecomunitarista

El Ecomunitarismo, basado en las tres normas fundamentales de la ética (que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad individual de decisión, realizar esa libertad en la búsqueda de acuerdos consensuales con l@s demás y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana) acaba con la pobreza material y tiende a realizar el principio que reza “de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”. Una de las dimensiones del Ecomunitarismo es la educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada (en las instancias educativas formales y no formales). Y un componente de dicha educación es la educación física educativa y cooperativa (en vez de la competitiva que promueve el capitalismo). Esa educación incluye entre sus actividades la redefinición de los deportes actualmente existentes según una modalidad educativa, cooperativa y no crematística. En 2015 escribí el artículo “Notas sobre ecomunitarismo e esporte educativo e cooperativo” (ver https://e-revista.unioeste.br/index.php/diaphonia/article/view/10200 y su versión en español en las páginas 44-57 de https://www.editoraphillos.com/sirio-lopez-velasco2)

Entonces dije que podemos enunciar como principios del deporte educativo-cooperativo en perspectiva ecomunitarista, los siguientes: 1) nunca será practicado por dinero, 2) priorizará la cooperación (fundamentada en la segunda y primera norma de la ética), o sea la actividad consensual basada en la libertad de contribución de cada uno, y, 3) siempre velará por el respeto a la tercera norma de la ética, o sea por la preservación-regeneración de la salud de la naturaleza humana y no humana; así se fomentará la actividad que promueva tal salud y se luchará contra (incluso mediante su prohibición) las actividades que intrínsecamente implican lastimar a otros participantes (como ocurre en el boxeo y deportes semejantes al mismo) o a dañar o contaminar gratuitamente a la naturaleza humana (como ocurre con los deportes motorizados, que, además de ese defecto, también despilfarran materiales y combustible).

Y agregaba (lo que aquí rescato con unas pocas correcciones) que en perspectiva ecomunitarista también podemos delinear una reformulación del fútbol (también generalizable, con las debidas adaptaciones, a otros deportes). En primer lugar se podría simplemente renunciar a contar los goles. Ahora bien, si en un período de transición se resolviera contarlos, podrían ser adoptadas las siguientes reglas (entre otras posibles con el mismo espíritu): 1) de los goles que marque cada equipo en un partido, será contabilizado solamente uno de cada jugador (lo que obliga a que el equipo se esfuerce cooperativamente para que todos sus integrantes marquen su gol; si un jugador marca un segundo tanto personal, éste no será contabilizado); 2) en equipos de hasta 6 jugadores, solamente será válido aquel gol que suceda después de que en la jugada que lo originó todos los jugadores del equipo hayan tocado la pelota (para fomentar el juego colectivo-cooperativo); se admite solamente una “interrupción” por el toque de algún adversario, y si el mismo hizo dos, se debe recomenzar el conteo de los toques; para equipos de 11 jugadores o más se puede fijar la regla de que para que un gol sea válido por lo menos la mitad más uno de los jugadores del equipo que lo marca haya debido tocar la pelota (valiendo la regla de la “interrupción” antes citada); y, 3) habrá rotación en la posición del portero y de todas las posiciones de defensa y ataque tras cada gol válido (para fomentar el desarrollo de múltiples habilidades en cada participante).

Y en el capitalismo, ¿cabe disfrutar el fútbol?

Dicho todo lo anterior creo que, sorteando las trampas opiáceas, los instantes de relajación y disfrute dentro del capitalismo no solo son parte del derecho a la felicidad, sino que también son momentos necesarios para la preservación de la salud psicofísica indispensable para llevar adelante con fuerza la lucha ecomunitarista. De ahí deduzco que es lícito disfrutar aun dentro del capitalismo del fútbol bien jugado, rechazando todo fanatismo o chauvinismo, aunque sepamos que dicho deporte está pervertido por el capitalismo. Porque en esos momentos de disfrute no olvidamos nunca que inmediatamente después continúa la necesaria lucha contra el capitalismo, en perspectiva ecomunitarista. (Lo mismo vale para otros momentos de disfrute dentro del capitalismo, como lo son, entre otros, una fiesta familiar o con amig@s, o un baile).

Ahora bien, cuando en algún lugar está en peligro algo tan esencial para la vida humana como lo es el suministro de agua potable (como ocurre en Montevideo en junio de 2023), parece indiscutible que la solución de tal carencia debería constituirse en una prioridad absoluta que deje en segundo plano y postergue cualquier otra actividad. A ese respecto recuerdo que cuando, entre otros lugares, hace casi 35 años me alojé una semana en una Escuelita rural del norte uruguayo a los efectos de realizar una investigación lingüística para el ADDU (Atlas Lingüístico Diatópico y Diastrático del Uruguay), las tres maestras que heroicamente ejercían en aquella remota escuelita suspendieron las aulas durante un día para que todos (ellas, los alumnos, mi esposa y quien escribe estas líneas) acarreásemos en baldes desde el manantial cercano el agua que era indispensable para el funcionamiento de aquel establecimiento y que era almacenada en un aljibe.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

OCTAVO ESCRITO


FILÓSOF@S Y PROPUESTAS REVOLUCIONARIAS: LA VISIÓN ECOMUNITARISTA EN POQUÍSIMAS PALABRAS

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Estas brevísimas líneas pretenden introducir a un diálogo-debate que juzgo

esencial en el actual momento histórico (en especial en Abya Yala).

En 2022 publiqué un capítulo intitulado “El filósofo y las luchas sociales en América Latina en el siglo XXI ” (en las páginas 265-279 del libro “Libertad y justicia social para el cambio social – Teoría y conceptos”, organizado por Pablo Guadarrama y Lucia Picarella, vol. 2, NaSC Free Press, Università degli Studi di Salerno, Fisciano-Salerno, Italia, en https://www.narrativesresearch.org/book-series/archive ) Casi al final de ese capítulo decía “De los filósofos se espera hoy que se comprometan en la lucha de los movimientos socio-ambientalistas-políticos de liberación manteniendo su exterioridad crítica como filósofos. Creo que esta posición (que me parece ya han defendido Dussel y Hinkelammert) sitúa al filósofo en una tensión heroica pero indispensable: por un lado tiene que estar dispuesto a morir luchando junto a sus herman@s de causa, y, al mismo tiempo, debe guardar la distancia que permite criticarse y criticarlos, para evaluar permanentemente el rumbo de lo hecho, de forma a alertar sobre los errores cometidos o posibles, y ayudar a iluminar el futuro. Claro, que como es falible, el filósofo sólo ejercerá de forma creíble y consecuente esa segunda tarea si siempre está dispuesto a autocriticarse en primer lugar”.

Asumiendo esa posición hacía mía la tesis de que la/el filósof@ que se identifica con la lucha popular que apunta a un más allá del capitalismo (en mi visión, el Ecomunitarismo), desde su singular posición debe hacer las propuestas que juzgue pertinentes para mejorar el camino que su pueblo está transitando.

Con ese entendimiento acabo de decirle a un filósofo boliviano que se identifica con el Proceso de Cambio inaugurado por el primer gobierno de Evo Morales y que ocupó un cargo en el actual gobierno de Arce y Choquehuanca, que había visto en youtube varias conferencias suyas; y le agregué que apreciaba su enfoque de la política basado en el sentir/pensar indígena y le pregunté cuáles propuestas concretas deducía de ese enfoque para Bolivia en las diversas dimensiones que constituyen el Ecomunitarismo (le mencioné la economía comunitario-ecológica y sin patrones, la política de tod@s, la educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada, la comunicación libre y simétrica, la estética de la liberación y la política internacional).

Por toda respuesta ese colega me envió su más reciente conferencia. En la misma, además de reiterar los fundamentos de su propuesta de una política espiritual, decía en un par de pasajes que la construcción del Estado Plurinacional en Bolivia tiene defectos, y que había que trabajar la Pedagogía. Entonces le pregunté cuáles considera que son esos defectos y cuáles eran sus propuestas pedagógicas, aunque fueran iniciales y provisorias, y le recordaba que en mi propuesta ecomunitarista avanzo ideas para cada una de las citadas dimensiones y que en ese contexto incluyo ciertas directrices para la acción pedagógica (en la educación formal y no formal) que se basan y amplían la pedagogía elaborada por Paulo Freire.

Entonces el colega me envió la siguiente respuesta, que transcribo literalmente: “Señor Sirio, sus preguntas son demasiado puntuales y esquemáticas, como alguna vez señalé a quiénes reclaman respuestas inmediatas: nunca hay que quitarle protagonismo al pueblo. Si somos coherentes no es un modelito ideal de funcionamiento perfecto pensado en el escritorio la solución sino el modo cómo el propio pueblo va desplegando sus propias potencialidades. El mundo intelectual está abarrotado de ‘propuestas’ pero el pensar radical no funciona verticalmente de arriba a abajo. Varias interrogantes suyas las he ido trabajando en mis varios libros pero no para diseñar recetarios sino para ofrecer diagnósticos de situación que permitan al pueblo despertar sus capacidades políticas e históricas. Ese es mi humilde aporte que puedo ofrecer, por eso me dedico más al desmontaje de los mitos modernos y capitalistas para ofrecer criterios de evaluación de la propia Praxis popular revolucionaria. Gracias por su comprensión”.

Coherente con lo que había manifestado en el capítulo del libro que mencioné al principio de estas líneas le respondí lo siguiente: “Colega: Seré muy breve. Entiendo tu auto-limitación pero no la comparto. No hablo de recetarios. Como dijiste en el último minuto de tu más reciente coloquio, la teoría es fundamental para continentalizar la experiencia boliviana. Ahora bien, 1) esa teoría incluye las propuestas-soluciones concretas que se dan en Bolivia, desde la estructuración del Estado Plurinacional hasta la Pedagogia (pasando por las otras dimensiones que cité); 2) creo mucho en la idea de que solo el diálogo mutuamente enriquecedor sobre/para las propuestas-soluciones concretas entre lo que llamas ‘el pueblo’ y l@s intelectuales (orgánic@s, sean o no parte de alguna estructura político-partidaria), nos permitirá encontrar los caminos para superar el capitalismo (con rumbo ecomunitarista); por eso defiendo la tesis de que l@s intelectuales deben hacer propuestas concretas (aunque a veces genéricas), así como oirán las que vienen del pueblo, y ambos dialogarán para implementar y corregir el camino hacia el Ecomunitarismo. Saludos: Sirio”.

Y en ese punto está este diálogo, que juzgo indispensable y que espera la contribución de otr@s filósof@s e intelectuales (en especial de nuestra Abya Yala), para que continuemos caminando junto a nuestros pueblos.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

NOVENO ESCRITO


NUESTRAMÉRICA ECOMUNITARISTA SOBERANA ANTE UCRANIA: NI EEUU-OTAN, NI RUSIA, NI CHINA

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Mientras aún se aguardan los efectos que provocará la rebelión del grupo Wagner del 24/6/23, nos ocuparemos en estas breves líneas del extenso artículo de autoría del científico y asesor gubernamental ruso Sergei Karaganov, que Resumen Latinoamericano publicó el 23/6/23 con el título “Una decisión difícil pero necesaria: el uso de armas nucleares puede salvar a la humanidad de una catástrofe global” (ver https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/06/23/rusia-sergei-karaganov-una-decision-dificil-pero-necesaria-el-uso-de-armas-nucleares-puede-salvar-a-la-humanidad-de-una-catastrofe-global/)

[En internet se encuentra una extensa nota de Wikipedia en inglés fácilmente legible sobre Sergei Karaganov, informando sobre sus importantes cargos e influencia en Rusia, y resumiendo los ejes de su pensamiento].

En este artículo publicado por Resumen Latinoamericano Karaganov defiende como valores, además de la historia, a "la familia, la patria, el amor entre un hombre y una mujer, y la fe" (al mejor estilo de un reaccionario latinoamericano como Bolsonaro), y dice que las armas nucleares fueron una creación de Dios (!?). Y si bien en este texto critica en una frase y al pasar al capitalismo, todo su discurso no tiene otro centro que el poder de Rusia (e, incidentalmente, de China) opuesto al de EEUU y "Occidente" (al mejor estilo de la geopolítica imperialista de la Doctrina Monroe, pero pensada desde Rusia). Eso es evidente en la forma en que trata la guerra en Ucrania (país cuya propia existencia pone en cuestión) y en su propuesta de "cambio de dirección hacia el Este". Y lo más peligroso para toda la Humanidad en este artículo es que propone el uso de las armas nucleares (no solo en Ucrania, sino que amenazando también al territorio de otros países) para hacer retroceder a EEUU y a "Occidente".

Conste que al proponerlo Karaganov ni cogita la posibilidad de que ese uso desencadene una respuesta nuclear de EEUU-OTAN, lo que daría lugar a una contra-respuesta rusa, matando de inmediato a centenas de millones de personas en Rusia, EEUU y Europa, y, por efectos de la radioactividad, a corto y medio plazo a otras centenas de millones en el resto del mundo, o, simplemente, matando a toda la Humanidad.

Solo en la última frase de su texto Karaganov da un objetivo supuestamente humanista a su discurso, al hablar (sin decir que no sería capitalista) de un futuro mundo multipolar, pluricultural y multicolor. (Lo que no se pregunta Karaganov es si después de una guerra nuclear sobraría gente para habitarlo).

La impresión que da es que al ver que la guerra en Ucrania se ha empantanado, Karaganov tiene el mismo reflejo del General yanqui-imperialista MacArthur cuando percibió que no ganaría la guerra de Corea y pidió la autorización del Presidente de EEUU para usar allí las mismas armas nucleares que acababan de doblegar a Japón (autorización que, felizmente, le fue negada). Y ese reflejo de Karaganov puede verse peligrosamente agudizado en la cúpula rusa tras la rebelión del grupo Wagner.

Ante toda esta locura, no hace falta ser leninista (en 1914-1917) para entender que en el conflicto descrito por Karaganov la única parte “buena” es la población civil que lo paga con su vida o el exilio, y la gente que es enrolada por la fuerza para combatir en alguno de los bandos, y que lo que cabe es oponerse por igual a ambos bandos (y a Zelensky) luchando para que la Humanidad trascienda el capitalismo (rumbo al comunismo, dijo Lenin, y yo digo rumbo al ecomunitarismo); eso incluye la superación de todos los nacionalismos y la instalación de la paz perpetua y la cooperación solidaria entre todos los pueblos. A Karaganov hay que recordarle la consigna que llevó en su país a la victoria a la Revolución de Octubre de 1917: "Paz, pan y tierra" (sabiendo que el mundo padece hoy con muchas guerras, incluyendo la de Ucrania, que unos mil millones de seres humanos no comen hoy lo suficiente para gozar de buena salud, y que “tierra” significa hoy, además de la reforma agraria anti-capitalista, el amor y defensa de la Pacha Mama, como lo exige la tercera norma fundamental de la Ética).

Hay que aclarar que cuando en mi juventud me enrolé en el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros, de Uruguay, teníamos la noción de lo nacional que sigue: son legítimos los movimientos que apuntan a liberar a un país de la opresión colonial, neocolonial o imperialista; pero el triunfo de esa causa no debe servir para fortalecer cualquier tipo de nacionalismo chauvinista, sino para abrir a ese pueblo liberado a la convivencia pacífica y de mutua ayuda solidaria con todos los pueblos del mundo; y eso es aún más válido cuando ese movimiento de liberación nacional pretende que su país se enrumbe hacia el poscapitalismo (en mi propuesta, el ecomunitarismo), donde ha de primar el internacionalismo humanitario-ambiental y nunca el nacionalismo.

Ahora bien, alguien podría preguntarnos: ¿”no representa la lucha que lidera Zelensky una resistencia nacional anti-imperialista tan legítima como la vietnamita en el siglo XX, opuesta a una potencia que invade su país?”. Y la respuesta es “no”, porque Zelenzky no es más que la punta de lanza del imperio yanqui-OTAN en Ucrania y en la región (contra Rusia e indirectamente contra China).

En ese contexto considero que es loable la decisión que adoptaron A. Latina y el Caribe en el Tratado de Tlatelolco (de 1967) al declararse tierras libres de armas nucleares. Y también considero loables las actuales iniciativas de los Presidentes Lula, López Obrador y Arce para que se instale cuanto antes una Mesa de negociación para llevar la paz a Ucrania, sin embanderarse con ninguna de las partes en guerra en esa región. Pues Nuestramérica, caminando hacia el Ecomunitarismo, debe unirse solidariamente y ser soberana ante cualquier potencia (sea ésta EEUU y sus satélites de la OTAN, Rusia, o China) y tener una voz independiente y pacificadora en el concierto de las actuales naciones. (En el futuro ecomunitarista toda la Humanidad habrá de constituir una gran familia que resuelva exclusivamente mediante el diálogo y el consenso sus eventuales diferencias, como lo exigen las dos primeras normas fundamentales de la Ética).

Resta esperar que, así como en su tiempo sucedió con la guerra de Vietnam, se levanten en EEUU y Europa (incluyendo también ahora a Rusia) poderosos movimientos populares que obliguen a sus actuales gobernantes a seguir los pasos de los tres presidentes latinoamericanos arriba citados, aunque sea por mero instinto de conservación; y que lo mismo ocurra en el resto del mundo, a partir de la enérgica movilización de todos los pueblos, que deben advertir que su propia supervivencia está hoy amenazada por la posibilidad más que nunca real de un holocausto nuclear de alcances planetarios.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

DÉCIMO ESCRITO


EN ÓPTICA ECOMUNITARISTA 50 AÑOS DESPUÉS EL PROGRAMA DE LOS TUPAMAROS SIGUE VIGENTE

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Como no vivo en Uruguay las brevísimas líneas que siguen no pretenden inmiscuirse en el debate de ese país (algo a lo que no tengo derecho), sino que abordo las situaciones aquí analizadas con la esperanza de que quizá estas consideraciones puedan ser útiles en buena parte de Abya Yala (que el actual Vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca define como “tierra madura de la eterna fertilidad y juventud, en permanente renovación”). Lo hago como un observador externo que, no casualmente, es un filósofo que se ocupa de temas de la filosofía política. Claro que no puedo dejar de advertir a la lectora o lector que no debe obviar el componente emocional que pudiera tener este análisis, por el hecho de que en mi juventud pertenecí al Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros, de Uruguay.

El 27/6/23 el cierre del Parlamento, que ocurrió 50 años antes, fue ampliamente recordado en Uruguay; pues ese acto marcó la oficialización de la dictadura que, promovida por EEUU, ya venía de antes y que, también oficialmente (porque ni los militares ni los civiles golpistas dejaron de hacer política hasta hoy) duró hasta 1985. Esa dictadura le costó al pueblo uruguayo (incluyendo el MLN-T) decenas de miles de pres@s violad@s y torturad@s, miles de exiliad@s, más de un centenar de desaparecid@s y otr@s tant@s asesinad@s.

Ahora bien, en el marco de la mencionada rememoración no faltaron voces en la derecha civil y militar (incluyendo a la gran prensa) que intentaron deslegitimar la lucha que el Movimiento de Liberación Nacional –Tupamaros había librado hasta 1973.

Es por ello que cabe recordar los ejes del claro y escueto Programa que el MLN-T hizo público en marzo de 1971, para compararlo con un apretado resumen de varios aspectos importantes de la situación que vive Uruguay en 2023 (recordando que desde 1985 han gobernado alternadamente en Uruguay los tres Partidos más votados desde 1971, a saber, el Colorado, el Nacional, y el llamado “progresista” Frente Amplio, que lo hizo por tres períodos seguidos entre marzo de 2005 y marzo de 2020).

Entre los ejes de aquel Programa (ver su versión completa en https://cedema.org/digital_items/120 ) destaco los siguientes: 1) Reforma Agraria con expropiación de los latifundios. 2) Reforma urbana para dar cobijo a los necesitados de vivienda. 3) Entrega de las grandes fábricas y los grandes comercios a sus trabajadores. 4) Estatización de la Banca y del Comercio Exterior. 5) Distribución de la riqueza tendiendo a que cada persona recibiese lo requerido por sus necesidades. 6) Educación y salud públicas de calidad. 7) Revisión de las sentencias y recuperación de los apenados mediante la educación y el trabajo antes y después de su liberación. 8) Defensa armada de la Revolución (que concebíamos con carácter anti-imperialista, promotora de la integración solidaria y soberana de Nuestramérica, y orientada hacia el socialismo).

Ahora bien, repasemos muy brevemente la situación actual de Uruguay en cada uno de esos campos.

1.

En vez de Reforma Agraria el Uruguay conoció desde 1985 una tal concentración y extranjerización de las tierras, que en 2023 se calcula que más de la mitad del territorio no pertenece a uruguayos, y hay multinacionales que poseen más de doscientas mil hectáreas. Y allí se extendieron como plagas los bosques de árboles exóticos destinados a producir pasta de celulosa para multinacionales que la exportan casi sin pagar impuestos a través de carreteras, vías férreas y espacios portuarios construidos a golpe de una creciente deuda pública; además, esos bosques se tutean con megamonocultivos transgénicos de soja y arroz que usan cantidades industriales de agrotóxicos (incluyendo algunos ya prohibidos en EEUU y/o Europa). Al mismo tempo el campo uruguayo se ha ido vaciando al punto de que si en 1960 medio millón de personas residían de forma permanente en el campo, hoy ese número se ha reducido a tan solo unas 150 mil (de las 3 millones y medio de personas que habitan en Uruguay); y eso ocurre en un país que siempre ha vivido esencialmente del campo.

2.

Al revés de lo pretendido por la propuesta de reforma urbana del MLN-T, en las periferias de Montevideo y de otras ciudades uruguayas fueron aumentando los asentamientos no urbanizados donde campea la pobreza y la violencia azuzada por el tráfico de drogas. En 2021 había en Montevideo 346 de esos asentamientos; y en 2022 eran unos 650 en total en Uruguay, con una población de unas 200 mil personas.

3. y 5.

La elite empresarial disfruta el lujo de Punta del Este (y se reúne con políticos, incluyendo los del Frente Amplio, que les piden inversiones y les prometen que nunca serían expropiados), mientras casi un tercio de los trabajadores gana un salario que no cubre ni un tercio de una Canasta Familiar del Índice de Precios de Consumo. (De las 1,65 millones de personas ocupadas medio millón gana menos de 25 mil Pesos, y la referida Canasta tiene un costo de 80 mil Pesos). Al mismo tiempo se calcula que el 1% de la población posee más de la mitad de la riqueza nacional

4.

En 2023 operan en Uruguay 2 Bancos públicos y otros nueve bancos (de los cuales 7 son grandes Bancos extranjeros, con sede en EEUU, Inglaterra, Canadá, España, Australia y Brasil, y que se nuclean en la Asociación de Bancos Privados del Uruguay), además de varias instituciones financieras. Esas casas bancarias y financieras privadas hacen pingües negocios y se sospecha que por lo menos algunas de ellas también manejan dinero del narcotráfico y de otras fuentes ilícitas.

5.

Los grandes exportadores e importadores se hacen la fiesta a costa del simple ciudadano que paga caro por la carne, la lana y el cuero que se exportan en abundancia, y vive acogotado para pagar las cuotas de las deudas contraídas en la compra de artículos importados. (Dicho eso hay que recordar que la propuesta ecomunitarista pregona la frugalidad ecológica voluntaria). En 2022 el principal rubro de la exportación total de Uruguay que alcanzó los 13.356 millones de dólares fue la carne bovina, con un valor de 2.557 millones de dólares (o sea, 20% del total exportado). Al mismo tiempo, en abril de 2023 Montevideo era la capital más cara de Sudamérica en el costo de vida más alquiler (incluyendo, entre otros rubros, los alimentos, el transporte, los servicios y el ocio).

6. La educación y la investigación científica públicas aún no conquistaron la parte del Presupuesto Nacional reclamada desde hace décadas. La salud de los ricos está cubierta por caros servicios exclusivos, mientras la salud pública en Montevideo (donde vive más de un tercio de la población del país) sufre a causa de la salinidad de un agua seudopotable que en junio de 2023 está en inminente estado de agotamiento, porque los sucesivos gobiernos dejaron morir al río que abastece a la capital uruguaya.

7. En el Uruguay de 2023 uno de cada 240 uruguayos está preso y las grandes cárceles son infiernos dantescos.

8.

Uruguay todavía entrena a su Policía y sus Fuerzas Armadas (que mantienen las mismas tesituras antipopulares que tuvieron en la dictadura) con asesores yanquis. Y siendo Presidente de la República, José Mujica presionó para lograr la posición negativa del Diputado (ex integrante del MLN-T) que tenía el voto decisivo para la anulación de la Ley que garantiza la impunidad de la casi totalidad de los uniformados que durante la dictadura asesinaron, violaron, torturaron, y robaron niños y bienes de los detenidos; y con la presión de Mujica, los militares y la derecha, esa ley fue mantenida. Muy pocos de los cuerpos de los más de cien desparecidos por la dictadura han sido encontrados.

A nuestra manera y con proyección para toda Abya Yala incorporamos las ideas del Programa del MLN-T en las diversas dimensiones del Ecomunitarismo, que hemos detallado en libros, artículos y varios textos muy breves, a veces dirigidos exclusivamente a colegas de Uruguay. (Por ejemplo, para el gran problema planteado por la proporcionalmente enorme población carcelaria existente en ese país, hemos sugerido la solución basada en capacitación y trabajo agropecuario en Granjas Estatales; de paso, aclarábamos, si después de cumplida la pena se lograra el afincamiento en el campo de esas personas/familias, se revertiría por lo menos en parte la alarmante despoblación que viene sufriendo el campo uruguayo). A muchos de esos escritos se puede acceder gratuitamente en la referencia bibliográfica que sigue abajo, recordando que el Ecomunitarismo es el orden comunitario-ambiental poscapitalista en el que se realiza el principio que reza: “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

UNDÉCIMO ESCRITO

ECOMUNITARISMO Y “PODER”: NOTAS ACLARATORIAS

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

No soy el primer filósofo que se ha ocupado del “poder”. Ahora bien, como sigo oyendo y leyendo discursos que lo abordan de una forma que creo equivocada, sintetizo en estas notas telegráficas mi definición y las consecuencias que de ella se derivan en óptica ecomunitarista.

Marx aclaró que el capital no es una “cosa”, sino la relación social que existe entre los dueños de los medios de producción y sus asalariados; aunque el capital se encarne en varias “cosas”, como lo son, por ejemplo, una suma de dinero que se valoriza (crece) extrayendo plusvalía de los trabajadores, las instalaciones y máquinas de una fábrica que pertenece a un capitalista (dos de los componentes del “capital constante”), y el monto de salarios que el capitalista paga a sus trabajadoras-es (que constituye el “capital variable”).

Algo similar ocurre con “el poder”.

Empiezo aclarando lo obvio, a saber, que cuando se habla de “poder”, es necesario distinguir el verbo del sustantivo. El verbo significa, según lo dice cualquier diccionario “tener la facultad o capacidad de hacer algo”.

Pero el problema filosófico, político y para la vida de todos los días aparece cuando nos ocupamos del sustantivo, o sea, de “el poder”.

Porque para muchos “el poder” aparece como una “entidad/dimensión” o “cosa”. Al concebirlo como cosa se habla de “tomar el poder”, como se habla de tomar un castillo por asalto, o tomar un martillo. Y al concebirlo como entidad/dimensión se lo piensa como un “algo” que estaría presente/escondido (al estilo de lo “en potencia” aristotélico) en el interior de una persona.

SOSTENEMOS QUE “EL PODER” NO ES NI UNA COSA NI UNA ENTIDAD/DIMENSIÓN, SINO QUE CONSISTE EN LA RELACIÓN SOCIAL ASIMÉTRICA QUE EXISTE ENTRE QUIEN DECIDE Y QUIEN NO DECIDE.

Y esto se aplica en los más diversos órdenes de la vida, desde el universo familiar hasta el de la política (local, provincial, nacional, regional-continental y mundial), pasando por la economía, etc.

Así, en una familia patriarcal a la vieja usanza, quien decide es el “padre de familia” y a él están subordinados, porque no deciden, su mujer, hijos y demás habitantes de la casa.

En la empresa capitalista quien decide es el patrón o un representante suyo, y a él están subordinados, porque no deciden, l@s asalariad@s que le venden su fuerza de trabajo. Y a tal punto están subordinad@s a la decisión del primero que, por más capacitad@s y deseos@s de trabajar que estén, solo podrán hacerlo si un patrón o un representante del patrón l@s contrata, y solo podrán seguir trabajando en la empresa mientras el patrón o su representante lo deseen (pues en sus manos está la decisión de despedir a un/a trabajador/a cuando se les dé la gana). Esa relación asimétrica gana contornos muy escabrosos cuando el patrón o su representante la extiende (o intenta hacerlo) hacia el cuerpo de la o el asalariad@ más allá de su función productiva, queriendo hacerlo objeto sexual (y si la o el asalariado se niega, puede ser echad@ y perder su ganapán).

En la política real de la seudodemocracia seudorrepresentativa capitalista solo unos pocos deciden acerca de las cuestiones cruciales que afectan la vida de tod@s.

En el plano mundial eso se hace explícito en el hecho de que solo cinco países son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (el verdadero órgano decisivo con facultad de mandato ejecutivo, incluso vía militar, para las cuestiones que se ventilan en la ONU) y, por si fuera poco, tienen allí poder de veto sobre cada resolución.

En la política real de la seudodemocracia seudorrepresentativa capitalista a nivel local y nacional, los ricos, las multinacionales y el imperio yanqui-OTAN que compran los votos de los supuestos representantes, hacen que en las cuestiones cruciales los mismos voten contra los intereses de sus supuestos representados (sea en materia de salarios/jubilaciones dignos, seguridad social omniabarcante, vivienda decente, salud y educación pública y gratuita de calidad, calidad ambiental de la vida, etc.).

En la política continental impera sobre Nuestramérica la voluntad de los gobiernos de EEUU a través de ese “Ministerio de colonias” que es la OEA.

Así “el poder” es la relación social asimétrica que existe entre quienes deciden y quienes no, que en los ejemplos que hemos citado se encarna, respectivamente, en la autoridad imperativa del pater familias, del capitalista, de los países dominantes, de la potencia dominante en Abya Yala, y de las clases dominantes a escala local, provincial y nacional en cada uno de los países de Nuestramérica.

Ahora bien, como se sabe, hemos deducido las tres normas fundamentales de la Ética escrudiñando la gramática profunda de la pregunta que la instaura, a saber, “¿Qué debo hacer?”. Y esas normas no exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad individual de decidir, realizar esa libertad en la búsqueda de acuerdos consensuales con l@s demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana.

El Ecomunitarismo es el orden comunitario-ambiental poscapitalista en el que se aplican cotidianamente y en todos los ámbitos esas tres normas.

Como se percibe fácilmente, su aplicación extingue el “poder” así como lo hemos definido. Porque en aplicación de las dos primeras normas (que en perspectiva ecomunitarista siempre se combinan con la tercera) TOD@S deciden (a partir de su libertad de hacerlo y en decisiones consensuales con l@s demás). Así, se acaba la asimetría existente entre quienes deciden y quienes no, o sea, queda abolido el “poder”.

Veamos cómo sería la realidad ecomunitarista, abolición del “poder” mediante, en los ejemplos que hemos dado.

En la familia ya no hay un solo miembro que decide, sino que la vida familiar se ordena según la decisión consensual de sus miembros (decisión que parte de la libre opinión de cada uno de ellos).

En la economía (que en el Ecomunitarismo debe ser ecológica, según lo exige la tercera norma ética fundamental) son l@s productoras-es libres libremente asociad@s quienes administran los medios de producción (en especial tierras y empresas), para hacer realidad el principio ecomunitarista que reza “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”. O sea que ya no hay en la economía la asimetría decisoria que impera en el capitalismo, y, por ejemplo, aplicando el citado principio, nadie queda marginado de la actividad productiva por decisión de otr@ (por lo que se acaba el desempleo); como lo recordé en otro escrito, entre los incas incluso a los ciegos se le atribuía una labor (la de desgranar el maíz), a cambio de la cual recibían lo necesario para vivir.

En la política continental se acaban los mandatos del imperio yanqui-OTAN, y Nuestramérica decide de forma soberana y solidaria (como intenta empezar a hacerlo a través de organismos como la UNASUR y la CELAC).

En la política mundial la actual ONU es sustituida por la Organización de los Pueblos Unidos, donde no hay miembros permanentes de ningún Consejo de Seguridad y tampoco derecho de veto de ningún miembro, y todas las decisiones son adoptadas por consenso (para el bien y la entreayuda solidaria de todos los pueblos del Planeta).

En la política local y nacional habrá de primar la democracia directa en base a asambleas (que buscan siempre el consenso), y cuando sean necesarios, los plebiscitos y referendos (hoy muy facilitados por las herramientas que nos da internet, que permitirían ampliarlos incluso a niveles continentales y aún mundiales, según sea el alcance de la cuestión en discusión). A quien le parezca ilusoria la apuesta ecomunitarista al consenso (siguiendo lo que exige la segunda norma ética fundamental) les recordamos que hace varios años Evo Morales aclaró que esa es la práctica cotidiana de los aimaras, que discuten todo el tiempo que sea necesario para alcanzarlo, tratando de evitar por todos los medios la división de la comunidad entre mayoría y minoría.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

DUODÉCIMO ESCRITO


LA POSICIÓN ECOMUNITARISTA: NUESTRAMÉRICA SOBERANA (NI EEUU-OTAN, NI RUSIA, NI CHINA)

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

En los tiempos que corren es bastante frecuente que voces latinoamericanas que dicen defender la liberación nacional-continental y el socialismo se pronuncien explícita o implícitamente haciendo eco a posiciones de Rusia y/o China.

Creo que eso debe entenderse a la luz del engañoso adagio que reza “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Pero para demostrar con un contraejemplo que ese adagio es engañoso basta mencionar que nadie que en A. Latina reivindique la liberación nacional y el socialismo considerará un amigo al grupo "Estado Islámico", criminal y verdugo de las mujeres, por el hecho de que éste sea (a aparezca como) enemigo de EEUU y la OTAN.

Sin duda que la aplicación del mencionado adagio por las voces mencionadas se debe al largo rosario de crímenes que el imperio yanqui (luego y hasta ahora reforzado por la OTAN) ha cometido contra Nuestramérica desde los tiempos de Bolívar (quien en una carta escrita el 5 de agosto de 1829 al Coronel Patricio Campbell, discutiendo la idea de un sucesor y barajando opositores, se refirió a “…los Estados Unidos que parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias, a nombre de la libertad”).

Ahora bien, en encuentro sostenido el 20 de julio de 2023 el Presidente de China, Xi Jinping, llamó a Henry Kissinger “viejo amigo” (ver https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/07/20/china-xi-se-reune-con-kissinger-que-abordo-el-presidente-chino-con-su-viejo-amigo/). Y los motivos que expuso al usar esa expresión se justifican DESDE LOS INTERESES DE LA CHINA QUE HOY DESPUNTA COMO POTENCIA MUNDIAL DE PRIMER ORDEN.

Pero ocurre que en perspectiva ecomunitarista defendemos la independencia solidaria y soberana de Nuestramérica en el concierto mundial. Así lo dijimos en el breve texto publicado en la última semana de junio de 2023, relacionado a la guerra en Ucrania, que intitulamos “Nuestramérica ecomunitarista soberana ante Ucrania: ni EEUU-OTAN, ni Rusia, ni China” (ver https://www.aporrea.org/internacionales/a322725.html). Y usamos totalmente a propósito la parte final de ese título que decía “NI EEUU-OTAN, NI RUSIA, NI CHINA”, para reafirmar la postura bolivariana de la necesaria independencia soberana de Nuestramérica.

Reafirmo otra vez esa postura ecomunitarista ahora que el Presidente chino llama “viejo amigo” a Kissinger. Pues éste, que tuvo incidencia en la política exterior de EEUU por lo menos desde 1969 (cuando asume como Consejero de Seguridad Nacional, hasta 1975) y fue Secretario de Estado entre 1973 y 1977 (ocupando la primera plana en los Gobiernos de Nixon y Ford) es reconocidamente nada menos que el mentor del Plan Cóndor (exterminador y torturador de jóvenes, de mujeres y hombres, en todo el Conosur latinoamericano) y el incentivador y protector de las dictaduras que sucesivamente enlutaron a Uruguay (con miles de presos/torturados y exiliados, un centenar de desaparecidos, otros tantos asesinados y algunos bebés robados), a Chile (al precio de la vida de Salvador Allende y del sufrimiento de decenas de miles de chilenos asesinados, desaparecidos, presos/torturados y/o exiliados ) y a Argentina (con otros tantos miles de asesinados o desaparecidos, y decenas de miles de presos/torturados y/o exiliados, y muchos niños robados).

Así que queda muy claro que Kissinger no es para Nuestramérica ningún “viejo amigo”, sino lisa y llanamente un “viejo genocida”.

Vale la pena recordar que cuando en una de sus varias premiaciones absurdas, en 1973 los organizadores de los Premios Nobel concedieron a Kissinger el Premio Nobel de la Paz por las negociaciones con el Vietnam masacrado por los bombardeos estadounidenses (en guerra apoyada por la OTAN e incluso por algunos gobiernos vasallos del Tercer Mundo, incluyendo algunos latinoamericanos), el otro galardonado, el negociador vietnamita Le Duc Tho, rechazó dicho premio, para no equipararse a uno de los asesinos de su pueblo.

Cuidan de sus intereses las potencias EEUU-OTAN, Rusia y China.

Por nuestra parte reafirmamos lo manifestado en nuestro breve texto referente a la guerra en Ucrania cuando decíamos: “Pues Nuestramérica, caminando hacia el Ecomunitarismo, debe unirse solidariamente y ser soberana ante cualquier potencia (sea ésta EEUU y sus satélites de la OTAN, Rusia, o China) y tener una voz independiente y pacificadora en el concierto de las actuales naciones. (En el futuro ecomunitarista toda la Humanidad habrá de constituir una gran familia que resuelva exclusivamente mediante el diálogo y el consenso sus eventuales diferencias, como lo exigen las dos primeras normas fundamentales de la Ética)”.

Y a quienes hablan de pluripolaridad y de economía les decimos que es obvio que Nuestramérica debe mantener una diplomacia pacificadora y de contacto con todos los pueblos, y que, si es conveniente, debe comerciar con todo el mundo, incluyendo a EEUU, la Unión Europea, Rusia y/o China, porque el lema básico del Ecomunitarismo (apoyándose en las tres normas fundamentales de la Ética) reza: “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos Y LA INTERCULTURALIDAD”.

Pero debe hacer lo uno y lo otro desde la construcción, manutención y reforzamiento de su integración solidaria, su independencia y su soberanía.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

DECIMOTERCER ESCRITO


PARA QUIÉN Y POR QUÉ ESCRIBO HOY. UNA BREVE RESPUESTA DESDE EL ECOMUNITARISMO

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Hace algunos meses publiqué un muy breve texto intitulado “A esta altura ya no leo, releo” (ver https://rebelion.org/a-esta-altura-ya-no-leo-releo/)

En estas escasas líneas me pongo ahora del otro lado de la escritura e intento aclarar para quién y por qué escribo ahora, a los 71 años.

A un colega le dije recientemente que escribir es como lanzar una botella con un mensaje al mar, esperando con la duda anclada en el pecho que el envío llegue a manos receptivas.

Ahora la pregunta es por qué después de haber sufrido en más de siete décadas tantas derrotas y tantas decepciones alguien se dispone a lanzar aquella botella.

Y la otra interrogante que acompaña necesariamente a esa pregunta es: ¿para quién se escribe a esa altura de la vida? Sobre todo cuando quien lo hace es alguien que, contra viento y marea sigue sublevándose contra un capitalismo globalizado que aparentemente triunfa en casi todo el Planeta y en casi todas las esferas de la existencia de cada persona, y propone y apuesta a una alternativa para superarlo en todos los órdenes: el Ecomunitarismo.

A la interrogación sobre el por qué respondo: porque la Humanidad y el Planeta se merecen algo mejor que el capitalismo (que amenaza seriamente la supervivencia de la primera y la de buena parte de la vida en el segundo), y porque soy testarudo.

Lo mejor está sintetizado en el lema mayor del Ecomunitarismo que (apoyándose en las tres normas básicas de la Ética) reza “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”.

Y la testarudez parece ser una característica necesaria para todo paso adelante que la Humanidad haya dado y se proponga dar hacia una mejor calidad de vida. Tomo por testigo a la perseverancia con la que el grupo de cazadores de los pueblos amazónicos acecha o persigue a las presas que habrán de alimentar a toda la tribu (pues lo cazado será rigurosamente distribuido entre todos). Y también invoco la milenaria perseverancia del pequeño agricultor comunitario o familiar que desde las llanuras hasta altas estribaciones de los Andes insiste una y otra vez en sembrar el maíz, la papa o la quínoa, sabiendo que la sequía o la inundación lo castigará sin falta en este o en el venidero año. Y pude presenciar la estoica persistencia con la que día tras día trabajadores mal dormidos cabeceaban en el ómnibus antes mismo del amanecer cuando iban a ganarse el pan que habría de alimentar a su familia.

Y ni que hablar del comportamiento tozudo y heroico que ante prolongadas y muy crueles torturas much@s compañer@s (la gran mayoría constituida por desconocid@s para el gran público), mantuvieron por amor a la causa de los pueblos originarios y/o de la liberación nacional y el socialismo (o el anarquismo).

Mi tozudez no llega ni al tobillo de la demostrada por es@s compañer@s, pues mi empeño en la esperanza de superar el capitalismo ha costado a mi familia y a mi persona un mínimo precio; en el periodo de la dictadura solo impuse durante cinco años a mis padres y a mi hermana, para su seguridad, una completa incomunicación, que significó su total ignorancia sobre si estaba vivo o muerto (con el consiguiente sufrimiento que ello significó para ellos); y por mi parte no sufrí ni un día de cárcel y para mí el exilio, más que un castigo, fue un premio, pues me permitió aprender mucho con el descubrimiento del mundo y con la prosecución de los estudios; además, por si lo anterior fuera poco, el exilio me dio a mi hija y mi hijo, regalos de la compañera que comparte mi camino hace 51 años. Y en la segunda mitad de mi vida ese precio se ha reducido a cero pues la docencia universitaria y desde 2019 la jubilación me han permitido llevar un tren de vida repleto de comodidades.

Sobre el para quién escribo la respuesta no es menos clara: para las y los jóvenes de edad y/o de ánimo que no aceptan que el capitalismo pueda ser el fin de la Historia humana.

Hay que notar que hoy el capitalismo aparece como “casi” triunfante en todo el Planeta y en todas las dimensiones de la existencia porque son muchos millones y en cada rincón de la Tierra las y los que no aceptan ese triunfo y se baten contra él desde trincheras que van de lo local a lo planetario. Esas son las personas que establecen diariamente lazos amorosos o de amistad verdadera, y/o que perseveran en o inventan modos comunitarios de vida solidaria y ecológica (como los practicados en comunidad por los pueblos originarios), y/o que defienden a riesgo de su vida, libertad o comodidad las nobles causas de los más pobres (siguiendo la consiga artiguista de 1815 que exige “que los más infelices sean los más privilegiados"), de los malvenidos (como los migrantes que mueren tratando de llegar a la Europa o a los EEUU del imperio yanqui-OTAN, en cuyas entrañas hay, por cierto, much@s antiimperialistas y anticapitalistas), de los discriminados por su cultura indígena, o por el color de su piel o por ser mujeres, o por su opción de género, y/o que defienden la salud de la Pacha Mama en todas sus expresiones (según lo exige la tercera norma fundamental de la Ética).

Para ell@s y para l@s que en el futuro serán como ell@s, escribo. Ojalá mi nieto (hoy con 4 años y medio) decida hacerles compañía.

A todo eso agrego que el Ecomunitarismo apuesta a la constitución de toda la Humanidad como una gran familia de pueblos que colaboran pacífica, complementaria y solidariamente entre sí. (Hemos avizorado en lugar de la actual ONU, con potencias nucleares como únicos miembros permanentes de un Consejo de Seguridad y con derecho a veto, sobreponiéndose a lo que resuelva la Asamblea General) la conformación de la Organización de los Pueblos Unidos, sin miembros con derecho a veto y resolviendo por consenso la entreayuda amistosa y los eventuales diferendos. Ahora, con esa misma perspectiva ecomunitarista, hasta que exista la división asimétrica entre potencias y países que no son potencias, así como la división en bloques, proponemos la conformación de Nuestramérica como bloque integrado solidariamente, independiente y soberano, que al mismo tiempo en que se libera del domino de cualquier potencia, promueva la creación de esa Organización de los Pueblos Unidos. Hace poco, cuando una vez más defendí esa idea en sendos artículos en los que desde el título afirmaba la mencionada postura con un subtítulo que rezaba “ni EEUU-OTAN, ni Rusia, ni China” (ver https://www.aporrea.org/internacionales/a322725.html y https://www.aporrea.org/internacionales/a323381.html )

un compañero me comentó, insinuando una supuesta soledad a la que me vería reducido con esa posición, que en vez de “Ecomunitarismo” debería hablar de “lopezvelasquismo”. Mas ahora le respondo que algunas voces me han manifestado su concordancia desde distintos países de Nuestramérica, y que me siento en buena compañía enarbolando esa bandera, pues con ella, entre much@s otr@s, me ubico al lado de Bartolina Sisa, Juana Azurduy, Manuela Sáenz, Artigas, Bolívar, Martí, Sandino, Sendic Antonaccio y el Che.

Y si mi crítica al capitalismo, mi propuesta y mi esperanza ecomunitarista y mi prédica en favor de una Nuestramérica independiente, soberana, e integrada en la mutua solidaridad, resultaran vanas, es obvio que muchos más teclados y tiempo que los que le robo a la Humanidad para promoverlas se desperdician hoy en mil sofismas, fútiles vanidades y estupideces.

Tú, lectora y lector, habrás de decirme si vale la pena que siga escribiendo, mientras la incierta salud lo permita... y... haya ganas...

Queda en el aire la pregunta acerca de hasta cuándo habrá alguien dispuesto a publicar lo que escribo. Pero dicho eso, aunque se cerraran todas las puertas, nada impediría que, si lo creo necesario, escriba solo para mi familia, o incluso, solo para mí mismo.

Y por último, debo agregar que en los últimos dos años he optado por escribir mayoritariamente textos muy breves, de tres o cuatro páginas, que en algún momento bauticé con el nombre de “píldoras ecomunitaristas”. Dos son los motivos de tal elección. En primer lugar siempre me impresionó cómo el refranero popular logra condensar profundos pensamientos en una sola frase; y entendí que si nuestra filosofía quiere dialogar con el pueblo, debe adoptar esa economía en las palabras. Y en segundo lugar porque la mayoría de l@s jóvenes de hoy, formados en los tiempos de la cultura audiovisual, muestran poca disposición para leer textos largos; y como la propuesta ecomunitarista apunta a un futuro poscapitalista, apuesta a la acción de quienes por su edad están más aptos para construirlo, a saber, l@s jóvenes; de ahí la opción por resumirla en textos que por su extensión no sean descartados a priori por la juventud.

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

DECIMOCUARTO ESCRITO


POR LA RUPTURA ECOMUNITARISTA CON LA “CASTA” POLÍTICA. BREVES NOTAS A PARTIR DE UNA CHISPA

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Ya en 2018 destacamos la paradoja que constituía el hecho de que mientras que la supuesta izquierda (rebautizada como “progresista”) aceptaba las reglas de juego y los límites del capitalismo, políticos ultraneoliberales ganaban gran apoyo social presentándose como “antisistema” (ver https://rebelion.org/la-paradoja-la-supuesta-izquierda-no-es-mas-antisistema-y-si-se-presenta-como-tal-el-fascismo/ ).

Entonces nos referíamos al caso brasileño de Bolsonaro, y ahora el hecho se repite con Javier Milei en Argentina. Ese personaje quedó en primer lugar, con el 30% de los votos válidos, en las recientes PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) disputadas entre precandidatos a la presidencia (en la elección que se realizará a fines de 2024). Para un análisis global de esas PASO no se puede omitir, entre otros muchos factores, el dato de que las mismas, a pesar de tener voto obligatorio, registraron una abstención record del 30 %. Ahora, Milei construyó su candidatura presentándose como enemigo de la “casta” (ese es el término que usa) que ha gobernado Argentina, y con ese comodín enarboló banderas profundamente antipopulares (oponiéndose, por ejemplo, a la educación y salud públicas, a los derechos laborales y al fortalecimiento del fondo de pensiones). Claro que Milei ya muestra la hilacha de la mentira cuando solo una semana después de esas PASO dice (para ganarse los votos de Juntos por el Cambio, la agrupación derechista que quedó en segundo lugar en esas PASO y es afín a Mauricio Macri) que en caso de acceder a la Presidencia integraría a Macri a su Gobierno. (Recuérdese que Macri integra la “casta” pues gobernó Argentina entre 2015 y 2019 y endeudó a ese país en 50.000 millones de dólares con el FMI; deuda cuyo pago pesa como plomo en las alas del pueblo argentino ante cualquier intento de consolidar políticas públicas que le permitan mejorar su calidad de vida).

Pero no tenemos derecho a inmiscuirnos en el debate argentino pues no conocemos en detalle ni la Historia reciente ni la actual situación de ese país.

Lo que abordaremos en estas breves líneas es una chispa de lo que podría ser un ejemplo de ruptura con la casta política que se oriente hacia la mejora de la calidad de vida de las mayorías (ojalá que asumiendo una perspectiva ecomunitarista). Y esa chispa se encuentra en Uruguay, país cuya Historia y situación actual manejamos con razonable conocimiento.

En el primer semestre de 2023 la coalición gobernante en Uruguay aprobó una contra-reforma de la Seguridad Social que entre otras medidas antipopulares mantiene en materia de jubilaciones (junto a un sistema público debilitado) el sistema privado y estafador de las AFAP, aumenta la edad jubilatoria, y rebaja los montantes jubilatorios o de pensiones que recibirán en el futuro diversos sectores. Nótese: 1) Que la actual coalición gobernante está formada por el Partido Colorado que gobernó sin interrupción por casi un siglo hasta 1958, el Partido Nacional, que desde esa fecha ha gobernado algunas veces, y un novel Partido militar, Cabido Abierto, creado en 2019 (con representación parlamentaria y ministerial desde marzo de 2020) y que defiende abiertamente a los asesinos y torturadores de la dictadura que asoló a Uruguay por lo menos desde 1968 y “oficialmente” desde 1973 a 1985. 2) Que las AFAP, creadas en 1996, se mantuvieron durante los tres períodos sucesivos de gobierno del “progresista” Frente Amplio entre marzo de 2005 y marzo de 2020.

Pues bien, una vez aprobada esa contra-reforma, el Frente Amplio (que representa a casi toda la oposición parlamentaria, con excepción de un Diputado que no lo integra y tampoco hace parte permanente de la coalición gubernamental) anunció que, en caso de ganar la próxima elección presidencial a fines de 2024, le haría enmiendas (sin especificar cuáles).

Sin embargo a partir del sindicato de los trabajadores de la Seguridad Social (ATSS) y algunos sectores sociales y políticos populares sin representación parlamentaria, comenzó a germinar otra idea. La misma consiste en proponer un plebiscito para, entre otras cosas: a) eliminar las AFAP y volver a un sistema público único de Seguridad Social y jubilaciones con solidaridad intergeneracional, b) fijar constitucionalmente la edad jubilatoria en 60 años, y, c) establecer en la Constitución un piso decente para las jubilaciones y pensiones.

La coalición gobernante y varios sectores importantes del Frente Amplio se manifestaron contra ese plebiscito. Y desde el Frente Amplio algún sector dijo que a lo sumo acompañaría un referendo para derogar algunos aspectos regresivos de la contra-reforma aprobada (sin especificar cuáles, y manteniendo las AFAP). Y tal posición fue repetida por los máximos dirigentes de la ampliamente mayoritaria Central de trabajadores de Uruguay, el PIT-CNT.

Así, la iniciativa de la ATSS se enfrentaba a la oposición de prácticamente toda la “casta” política que ha dominado en Uruguay desde 1985 (y aún antes, en lo referente a los Partidos Colorado y Nacional), y también a los máximos dirigentes del PIT-CNT.

Pero hete aquí que en una reunión de la Mesa Representativa de esa Central ocurrida en la segunda semana de agosto de 2023, dieciséis sindicatos votan a favor del plebiscito propuesto por ATSS (mientras que 14 lo hacen por el referendo “blando”, y otros 14 se abstienen). Como ese organismo decide por mayoría simple, el PIT-CNT quedó así comprometido con la promoción del mencionado plebiscito.

Y lo que más queremos destacar aquí es que pocos días después de la decisión de la Mesa Representativa del PIT-CNT, una encuesta reveló que el 39% de los uruguayos votaría a favor en ese plebiscito (mientras que el 26% lo haría en contra y hay un 30% de indecisos).

De esos números concluimos que son posibles los “despegues” populares en relación a la casta política dominante, que apunten, no hacia una regresión autoritaria-ultraneoliberal, sino hacia el Buen Vivir de las mayorías (y esperamos que ello pueda ocurrir en perspectiva ecomunitarista).

Claro que aquí hablamos de lo que no pasa de ser una chispa. Pues queda por delante: a) la expectativa de que el PIT-CNT respete la decisión de su Mesa Representativa, b) la muy ardua recolección de las firmas de nada menos que del 25% del Cuerpo Electoral (tal es la absurda exigencia de la actual Constitución uruguaya) para hacer realidad el mencionado plebiscito conjuntamente con la primera vuelta de la elección presidencial de fines de 2024, c) la obtención de la mayoría en ese plebiscito, y, d) más allá de ese plebiscito, la gigantesca labor de transformar ese Bloque popular anti-casta puntual en una fuerza organizada permanente que bregue por superar el capitalismo en un sentido ecomunitarista, entre otros aspectos en lo que se refiere al establecimiento de una democracia que sea predominantemente directa ( a través de mecanismos asamblearios, plebiscitarios y referendarios, hoy muy facilitados por las herramientas de internet), para hacer realidad el principio que reza “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad” (ver https://www.aporrea.org/actualidad/a322407.html ).

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco”, gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

DECIMOQUINTO ESCRITO


¿POR QUÉ TENER EL DERECHO DE JUBILARSE A UNA CIERTA EDAD Y DE HACERLO CON UNA RETRIBUCIÓN DECENTE? UNA BREVÍSIMA RESPUESTA ECOMUNITARISTA (Y NO SOLO PARA URUGUAY)

Sirio López Velasco (lopesirio@hotmail.com)

Filósofo – Dr. en Filosofía- docente universitario jubilado (en Brasil)

Un compañero sindicalista uruguayo me pidió un breve texto sobre la cuestión jubilatoria, para llevarlo a la consideración de diversas instancias de la principal Central de trabajadoras-es del Uruguay (el PIT-CNT), que hoy está enfrascada en una importante reflexión y acción referente a ese tema (en el contexto del tema más abarcador de la Seguridad Social).

Las líneas que siguen pretenden satisfacer su pedido (y quedan sometidas a la crítica y observaciones de cada lector-a, y no solo de Uruguay).

La palabra “trabajo” viene de la expresión latina “tripalium” que se refería a un instrumento de tortura (formado por tres palos a los que la víctima era estaqueada). Y recordemos que ya la Biblia abordaba la actividad productiva como un castigo y sufrimiento cuando dice que, por haber pecado, Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso y obligados a ganarse el pan con el sudor de su frente.

Pero hay que preguntarse ¿es justo y fatal que ello sea así?

Y la respuesta es negativa. En el mundo entero hay ejemplos de diversas actividades productivas (agrícolas, de pesca, etc.) en las que las gentes participan (o participaban) cantando y compartiendo sonrisas y chistes.

También hay que reflexionar acerca de la pregunta sobre si el ser humano debe vivir para producir (trabajar), o debe y merece producir (trabajar) para vivir. En Nuestramérica hubo relatos de Misioneros que se asombraban de que en los pueblos originarios las personas trabajaban lo mínimo indispensable para cubrir sus necesidades y el resto del tiempo lo dedicaban a compartir con familiares y amigos, o simplemente a disfrutar del ocio.

La respuesta ecomunitarista dice que para que las personas puedan desarrollarse según las vocaciones y preferencias de cada una, el tiempo en el que producen con y para la comunidad debe ser el mínimo necesario. Así sobrará abundante tiempo para dedicarlo, por ejemplo, a los afectos, al deporte educativo-cooperativo, a las artes, a la cooperación comunitaria voluntaria, y al simple disfrute de la vida en el ocio que revigora el cuerpo, la mente y el ánimo.


Por eso debe ser fijada una duración máxima para la jornada laboral y una edad que dé derecho a pedir la jubilación. Hace un siglo que la primera ha sido fijada en buena parte del mundo en 8 horas diarias (y hoy entre 40 y 48 horas semanales), y dado el gigantesco aumento que la productividad ha conocido en ese siglo, es hora de que se disminuya su extensión diaria y semanal, sin disminución del salario. (Según la OIT la jornada laboral semanal promedio actual en Uruguay es de 42, 1 horas; ver nuestro breve artículo sobre la disminución de la jornada laboral en https://www.aporrea.org/internacionales/a321568.html )


Y la edad mínima que daba derecho a la solicitación de la jubilación había sido fijada en muchos países en 60 años. Porque se consideraba que a esa edad la persona ya había contribuido más que lo suficiente con la comunidad, y que los avances de la Medicina le permitían gozar aún de algunos años sin la exigencia de horarios obligatorios, para poder dedicarlos a las actividades o al ocio voluntarios a los que nos referimos antes.

Hoy en perspectiva ecomunitarista reafirmamos la pertinencia de esa edad (y habrá posibilidad de reducirla progresivamente en el futuro, cuando usando el gran desarrollo tecnológico ya obtenido y habiendo sido eliminado el desempleo, cada persona, contando con la contribución de todas las personas aptas para producir, pueda trabajar menos sin que por ello sea afectada la satisfacción de las necesidades del conjunto de la comunidad). Hoy la Constitución de cada país (y eventualmente la de cada Departamento/Provincia/Estado) debe fijar en 60 años (o menos) la edad mínima (que no pueda ser aumentada en ningún caso) a partir de la cual se accede al derecho de pedir la jubilación. Para algunas situaciones/profesiones (como las insalubres) esa edad deberá ser menor.

Ahora bien, el lema fundamental del Ecomunitarismo reza: “De cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”.

Ese lema apunta, entre otras cosas, a que la jubilación debe tener un montante mínimo (en dinero o en especie y servicios, pues el Ecomunitarismo prevé la futura eliminación del dinero) que permita a cada persona satisfacer sus necesidades (y contribuir a la satisfacción de las de sus familiares y allegados). Ese montante varía de cultura a cultura y de país/región a país/región y debe ser establecido y periódicamente corregido en cada uno de esos contextos.

Si a algunos aquel lema le parece demasiado soñador le recordamos que en la cultura incaica no había miseria ni mendicidad (como nos lo refiere el Inca Garcilaso de la Vega) y que incluso los huérfanos, viudas y personas con necesidades especiales (como los ciegos, a quienes se daba la labor de desgranar el maíz) recibían lo necesario para vivir dignamente. Hoy, con la gigantesca productividad que las actuales tecnologías permiten y permitirán, es totalmente posible satisfacer las necesidades básicas (en materia de alimentación, vivienda, salud, educación/cultura, etc.) de cada miembro de la Humanidad; basta que la comunidad asuma la administración de los medios de producción para que los frutos de los mismos se distribuyan de la manera señalada. La Constitución de cada país (y eventualmente la de cada Departamento/Provincia/Estado) debe fijar un parámetro irreductible para esa retribución básica.

Mas el lema fundamental del Ecomunitarismo nos exige respetar los equilibrios ecológicos, lo que significa que la satisfacción de las necesidades en cuestión nunca podrá comprometerlos, y que se debe evitar toda devastación o contaminación grave e irreversible (al tiempo en que se produce sin agrotóxicos ni transgénicos, se reducen-reutilizan-reciclan los insumos y residuos, y se usan predominantemente energías limpias y renovables, como la solar y la eólica).

Para estos temas y muchos otros (relativos a la economía ecológica y sin patrones, a la democracia predominantemente directa, a la integración soberana y solidaria de Nuestramérica y de la Humanidad, a la educación ambiental/sexual/física/estética en todos los espacios y para todas las edades, y/o a la administración y uso de los medios de comunicación), puede consultarse el libro “Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco” (organizado por José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín) y disponible gratuitamente en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640


 

Sirio López Velasco

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