Escrito por Aleqs Garrigóz
La siguiente carta fue escrita por mí, en la proximidad de la publicación de mi primer poemario, Abyección (2003), y remitida a J. L., uno de los poetas más reconocidos del estado de Campeche, México, con el que solía intercambiar correspondencia en aquellos años, buscando su favor para escribir un texto para presentar el libro, lo cual no se concretó. He rescatado este texto de mi viejo correo electrónico, y he decidido publicarlo con motivo del cumplimiento de los primeros 20 años de la publicación de Abyección, en el marco de las actuales celebraciones que por ello se han hecho.
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En este correo electrónico adjunto la versión corregida de mi libro Abyección, tal como la presumiría antes de ser enviada a la imprenta.
He hecho significativos cambios respecto a la versión que ayer releíste, siendo algunos de éstos –los más significativos– en el encabalgamiento y la puntuación para mejorar el ritmo; como también para ello he empleado el uso de la sangría y de los puntos suspensivos.
También, obviamente, debí eliminar radicalmente esos notables vicios de que, como bien observaste, tenía originalmente mi obra: adjetivos que sobraban, redundancias, rimas excesivas. Te pido una disculpa de antemano por haberte expuesto a semejante gravedad.
De modo que omití algún poema y agregué nuevos, cuidando de cualquier manera de la unidad que yo creo ver en el libro. A pesar, más de un par de poemas quedó intacto.
El epígrafe que uso para la canción “Mi sol”, tomado de Alejandra Pizarnik, lo he escogido porque siento que expresa igualmente el sentimiento que intenta traducir en palabras esta pieza. Quise establecer un diálogo con la fascinante poeta argentina y, del algún modo, hacerle un homenaje.
De esta manera creo que el trabajo bruto del que hablabas ha sido redondeado y configurado hasta lograr una forma conceptual válida.
Quiero que no dejes de recordar que estos versos los empecé a escribir desde mis 15 años y hoy los pienso editar a manera de un autorregalo. He ideado el libro para ser leído en una sola sentada, dada su longitud.
Creo que este trabajo es de una honesta, intuitiva y nada pretensiosa escritura, cuyo otro fin, aparte del meramente expresivo, es el de ser testimonio de la fluctuación emocional y perplejidad que se llega a vivir en una adolescencia cuando ésta es trágica.
No busco la inmortalidad ni la ovación –esta vez– con la publicación de este libro: sólo es una forma personal de honrar esa etapa de mi vida, en torno a la salida de la pubertad, que para mí fue en verdad cruel; y de aportar algo a nuestro patrimonio poético mexicano, en el que deben existir lecturas propositivas para todo tipo de sensibilidades, pues, en verdad, no me parece que la calidad de esta obra sea por nada nefasta.
Contrario a lo que llegaste a pensar, con estas importantes correcciones no me arrepentiré de esta obra prima, como lo han hecho muchos autores hoy muy prestigiosos, pues representa algo muy valioso en mi vida: mi incursión formal en la literatura, de lo que de ninguna manera podría renegar o avergonzarme en un futuro.
Haré un tiraje de mil ejemplares que pienso vender para apoyarme en los gastos de mi pobreza, regalar a amigos y donar a bibliotecas públicas. Haremos la impresión un amigo y yo en la imprenta de su padre, y él me dará un precio al costo de producción, para lo cual yo y mi amigo trabajaremos en todos los aspectos técnicos como obreros, para abaratar tal costo.
Para tal efecto, debí crear mi propio sello editorial, el cual llamé The flow of the youth; e incluso yo mismo diseñé y dibujé su logotipo, el cual es una figura que evoca al mismo tiempo una flor exótica y un pene eyaculando.
Para la portada he pensado en una ilustración que yo mismo hice. Pero creo que sería mejor que sólo apareciera el título del libro y el nombre artístico que uso en letras blancas sobre un fondo totalmente negro.
Y tengo pensados para el prólogo o el texto de contraportada a tres candidatos a quienes he escogido por su firma y mi relación de amistad con ellos. Entre quienes estás tú. Siendo de entre ellos tú quien de verdad quiero.
El título de Abyección obedece a la premisa de que muchos de los sentimientos que en el libro prevalecen, como el ansia de morir, la autohumillación y el masoquismo, así como la evocación de ciertas parafilias o ideaciones se califican de abyectas por la sociedad convencional. Críticamente, en la literatura esta palabra designa lo más bajo en el ser humano: el asco, la perdición, el vicio, el pecado. De allí la relación.
El pequeño retazo textual que abre el libro lo escribí yo, y es una referencia directa a mi narcisismo.
Espero que veas en esta oportunidad de escribir un texto para mi libro una forma de comunión conmigo, además de un acierto, ya que, no es por presumir, pero, actualmente, no habiendo siquiera cumplido lo que llaman “mayoría de edad”, bastante gente del medio artístico ve en mí mucho potencial y me han hecho saber que puedo, si trabajo arduamente y con perseverancia, tener un brillante futuro.
Dejándote abrazos afectuosos, y en espera de tu interés y tu benevolencia, quedo de ti,querido J. L.
APÉNDICE: TRES POEMAS DE ABYECCIÓN (2003)
SOY
Aquí,
estorbando de nuevo al mundo, soy defecto sin luz,
cadáver usado,
retazo con sangre y pus.
Extraño ser
siempre dispuesto al martirio, escupido por cerdos y esclavos, amante de lo torcido.
Obcecada bestia
que adora su inmundo destino.
***
IMAGEN CERO
Una niña reposa sobre sus heces, dependiente de una jeringa.
Duerme casi todo el día.
Su casa es un basurero
en un callejón sin salida.
Lágrimas pestilentes brotan de su interior. Tiene podrido el corazón.
Pero a pesar de todo no está tan perdida:
aún le queda perder la vida.
***
ATRÁS Y ADELANTE
Delante de mí tú. Detrás de ti yo.
Tan cerca de ti yo. Tan lejos de mí tú.
Delante de mí todo. Detrás de ti nada.
***
4
DÉBIL Y ENFERMO
Débil y
enfermo,
sufriendo
voy.
Derramando
sangre,
vomitando
dolor.
La tristeza en mi
cara; mi seguridad en
tu olor.
Enamorado de mi tortura
asesina, me humillo y persigo
tu voz,
el sonar de tus
zapatos, tu pretendido
resplandor.
Mi infelicidad:
jamás negado
amante de tu
mezquina vanidad.
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