Oscuras yacen las sombras de su velo.
Etéreas, consumidas.
Distantes a la vista, silenciadas al caminar.
Sombras, sin embargo, clandestinas que iluminan los barbechos.
Travesía, larga travesía.
Casa en círculo o de cuatro pisos, escaleras, pisadas y huellas.
Magia en aquel índice, en aquella caricia, larga y dormida.
Te recuerdo, te (re)encuentro.
Sombras dejas por tu luz asomada en las colinas.
Agua corre por tus venas, dulce miel licuada en tu sonrisa.
Calor, calidez, tus abrazos.
Susurros del corazón te dicen, te nombran...te invocan.
Luz, sombra y latidos. Te tengo, te escapas...
Te quedas.

Foto de Gloria Henríquez (@Gloriosa_Fotografía).
Mi madre junto a Gabriela Mistral
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